COLUMNISTA

Crisis dramática e inédita viven pacientes renales

por María Yanes María Yanes

Desde hace aproximadamente dos semanas el clamor de angustia y desesperación se hizo presente y público una vez más por parte de los pacientes renales crónicos en Venezuela y de aquellos que recibieron el beneficio de un trasplante renal. No obstante, en esta oportunidad la situación de crisis adquirió connotaciones dramáticas, revestida además de una gran impotencia no solo para las personas afectadas sino para todo el personal, tanto médico y el equipo multidisciplinario relacionado con el control y tratamiento de la enfermedad renal crónica y de trasplante renal. Organizaciones reconocidas como la Sociedad Venezolana de Nefrología, Organización Nacional de Trasplantes de Venezuela (ONTV), Provea y Codevida han manifestado públicamente su extrema preocupación con relación a las suspensión del programa de diálisis peritoneal, una de las modalidades aparte de la hemodiálisis, para el tratamiento sustitutivo de la función renal en aquellos pacientes con enfermedad renal crónica avanzada y que requieren ingresar a un programa de diálisis. Además de esto, se suma la suspensión de los trasplantes de donante cadáver a nivel nacional, decisión que tomó la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene) y que depende del Ministerio de Salud, la cual lo expresó a través de una comunicación emitida a todos los centros de trasplantes de órganos, no solo de riñón sino también de hígado.

Actualmente hay aproximadamente 15.000 pacientes en hemodiálisis a nivel nacional, y un promedio de 1.500 a 2.000 pacientes en diálisis peritoneal, modalidad aplicada fundamentalmente a niños, pacientes ancianos con problemas cardiovasculares y aquellos que tienen dificultad para poseer un acceso vascular que le permita conectarlo a una máquina de hemodiálisis o “riñón artificial “. Las empresas que importan los materiales de diálisis peritoneal también emitieron un comunicado en el cual consideran que debido a la falta de divisas para cumplir con el compromiso de la importación de dichos materiales, se han visto en la gran dificultad de garantizar de manera regular y permanente que estos insumos lleguen al país, por lo que sugieren que dichos pacientes sean ingresados a las unidades de hemodiálisis para continuar con la terapia de diálisis a fin de preservar la vida. No obstante, dichas unidades están colapsadas a nivel nacional, no solo por la condiciones de infraestructura y falta de mantenimiento, sino también por el aumento de la demanda de pacientes y escasez de insumos. ¿Cómo se pueden ingresar toda esa cantidad de pacientes en diálisis peritoneal a la modalidad de hemodiálisis? Sin embargo, el ciudadano presidente del Instituto Venezolano del Seguro Social (IVSS) expresó a través de las redes sociales lo siguiente : “Es falso que el programa de diálisis peritoneal esté cerrado”, pero los testimonios de pacientes sumado a la comunicación de las empresas importadoras manifiestan todo lo contrario. No hay una posición oficial por parte del IVSS al respecto, el cual es el responsable de que a los pacientes se les garantice el acceso permanente y regular de los materiales pertinentes.

En otro orden de ideas, se anexa el drama de las personas trasplantadas y que dependen de medicamentos inmunosupresores, los cuales también deben ser suministrados por el IVSS a través de la farmacia de alto costo. Hay una gran escasez de estos medicamentos tanto para el inicio, es decir, en el tiempo inmediato posterior a la realización del trasplante, y de mantenimiento. En la actualidad hay una emergencia nacional ya que se reportan varios casos los cuales han presentado rechazo del órgano trasplantado y tienen que ingresar nuevamente a diálisis en el caso del trasplantado renal, igualmente ya se corroboró el rechazo relacionado con un trasplante de hígado que presentó una paciente de apenas 13 años por la ausencia del medicamento inmunosupresor de mantenimiento conocido comercialmente como Prograf. Están en grave riesgo un promedio de 3.500 personas trasplantadas, niños y adultos.

De igual manera, la suspensión de los procedimientos de trasplantes debido a las precarias condiciones y falta de insumos en los centros de trasplantes sobre todo a nivel público, dejan a la deriva aproximadamente a 5.000 pacientes que están en lista de espera para obtener el beneficio de un trasplante y la esperanza de un cambio de vida que estos pacientes anhelan. Esta crisis es inédita, nunca se había presentado en la historia de la nefrología en Venezuela. La Sociedad de Nefrología ofreció públicamente su apoyo y colaboración a las autoridades pertinentes a fin de poder superar esta grave crisis. ¿Se mantendrán sordos a esta petición? Lo más probable. ¿Hasta cuándo tanta indolencia y desidia de este “gobierno”? Pareciera que la ideología y las improvisaciones siempre se imponen.