COLUMNISTA

Congreso de la Organización Demócrata Cristiana

por Carlos Malo de Molina Carlos Malo de Molina

El pasado 30 de mayo di una conferencia en el 22 Congreso de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) por invitación de la propia organización, realizada a través de su presidente Juan Carlos Latorre, reelegido para el período 2019-2022. El Congreso fue una inigualable ocasión para reunirme con la federación de partidos políticos demócratas cristianos de toda América, el otro grupo de partidos importante sería la Internacional Socialista de América Latina.

Mi conferencia versó sobre democracia, libertades y elecciones en estos nuevos tiempos; la idea que quería expresar es el cambio vertiginoso que ha dado el mundo en todo en todos los aspectos y materias, incluida, cómo no, la política, cambios que van a ser mucho mayores en los próximos años. 

Un vicepresidente socialista español en los años ochenta dijo que, con la llegada al poder del PSOE, la transformación de España sería tan evidente, “que no la va a conocer ni la madre que la parió”; en esa misma línea, se puede decir del actual mundo como lo conocemos y, desde luego, también de la política, que en apenas unos años no los conocerá ni la madre que la parió.

De hecho, si en la primera revolución industrial, sucedida en la segunda mitad del siglo XVIII, se experimentó el mayor proceso de transformación económico, social y tecnológico de la historia, podemos decir que ahora estamos viviendo otra época que ha dado pie a un punto de inflexión en la historia de la humanidad, estamos asistiendo a una revolución que no ha sido producto, como se esperaba, de grandes instrumentos tecnológicos en forma de grandes máquinas o, como se decía hace 50 años, una revolución atómica, sino que la revolución industrial que estamos viviendo es el fruto de un concepto nuevo que hace unas décadas ni se suponía, como es la revolución de la comunicación.

Situaría, por darle un momento concreto, el comienzo de la revolución de la comunicación el día de la caída del muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989. Sin profundizar mucho en ello, la clave de la revolución de la comunicación se basa en que estamos viviendo en tiempo real, en la inmediatez de los sucesos, eso significa que, por ejemplo, hace 1.000 años cuando alguien innovaba algo en una parte podía tardar más de 100 años en llegar al otro extremo del mundo conocido en aquella época, cuando todavía América ni se había visitado y por tanto no figuraba en los mapas, entonces si alguien, a partir de esa primera idea quería provocar un complemento o reacción a la originaria tardaba a su vez otros 100 años en llegar al origen.

Ahora, si alguien innova o expresa una idea nueva se conoce de manera casi instantánea en prácticamente todo el mundo, y la reacción vuelve al origen también inmediatamente generando un sistema interactivo vertiginoso de continua innovación de ideas, proyectos e investigaciones.

En el campo de las ideas, por mucho que se quiera decir, solo existe un sistema político que funciona y que está probado, es la democracia representativa; siendo un estorbo e incluso una alteración de la misma, los sistemas de democracia participativa que, como concepto pueden ser interesantes, pero que están llevando a una manipulación de la democracia contribuyendo a generar sistemas totalitarios.

De la misma manera, sobre la eficiencia del sistema económico, el único sistema que ha demostrado su equilibrio, su eficacia en la gestión es la economía de mercado dándose la paradoja de que, hasta los sistemas de izquierda radical e incluso antiguos países comunistas, que dicen seguir siéndolo, han adoptado la economía de mercado sin ningún tipo de cortapisa. Estos elementos han sido utilizados por todas las democracias que funcionan.

En el caso segundo, el de la economía de mercado, era bandera de la derecha, pero ha sido totalmente recogida por la izquierda.

El tercer concepto serían las libertades, los derechos sociales y civiles que en las últimas décadas han sido fundamentalmente enarbolados por la izquierda, lo que puede ser considerado un éxito político de su lado, en contraposición con los otros éxitos de la derecha que, más en unas zonas que en otras, pero de manera general no ha sabido asumir como éxitos propios.

Todo esto se vive en la era digital que podría ser el nombre que le pudiéramos dar a la época posterior a la revolución de la comunicación en la que se esperan cambios espectaculares como la transformación de todo el comercio en digital, la desaparición de la mayor parte de los centros comerciales, el uso masivo de las impresoras 3D que ya se utilizan para la construcción de edificios, y se podrán usar para cualquier cosa, drones, inteligencia artificial, caminando de manera imparable hacia la automatización total de la manufactura

Está en ciernes la revolución de la biotecnología, incluyendo la manipulación de células madre, el reemplazo de órganos y el retraso e, incluso, la eliminación de la muerte del ser humano, sin olvidar los órganos biónicos, los robots humanoides y los humanos robotizados.

Retomando la cuestión política, existe el gravísimo problema del populismo que emerge cuando hay crisis económica, como acaba de pasar y como pasó después del crack del 29 tras el que surgió el nazismo después de la Segunda Guerra Mundial y el fascismo de Mussolini. El populismo también puede proceder de errores graves y malas prácticas de los partidos en determinados países, pongamos como ejemplo que todo lo que ocurre en Venezuela y todo el poder que adquirió Chávez se debió, sin duda, al mal comportamiento de los partidos de aquella época y al exceso de corrupción que existía, problema que sigue siendo fuerte en el mundo entero, pero especialmente grave en toda América Latina.

Lo bueno que tiene que los populismos llegan y hacen un daño horroroso, pero se acaban marchando asentándose en sistemas democráticos a la vieja usanza que son los que hasta ahora han demostrado que funcionan y son los que conocemos.

En la política, una de las grandes novedades de esta época es la transversalidad; al no haber diferencias ideológicas fundamentales y ser más cuestiones de matices o posiciones concretas de determinados partidos, la esencia de cualquier alternativa es abrirse para ser aceptada por toda la sociedad simultáneamente,siendo un problema para los que pretendan ubicarse en un sector ideologizado porque limitarán la posible presencia en todo el abanico político social.

La clave en definitiva es, más bien, demostrar la eficiencia en el trabajo político gestionando el país, que los ciudadanos te vean como grupo de personas buenas y honestas con credibilidad y que crean que esa alternativa política realmente quiere luchar en beneficio de sus ciudadanos y del país.

Tuve la oportunidad y el privilegio de asistir a este Congreso como experto politólogo y asesor político por indicación inicial de un gran héroe de la lucha por la democracia y las libertades en Venezuela que es Roberto Enríquez, que era el presidente de Copei, partido que fue intervenido por el Tribunal Supremo chavista de Venezuela y que fue reemplazado por otros dirigentes que se convirtieron en títeres del chavismo. Desde hace dos años y tres meses, Enríquez está asilado en la Embajada de Chile en Caracas, como invitado en el domicilio del embajador.

En este Congreso de la ODCA tuve la oportunidad de encontrarme con otro gran luchador de las libertades venezolano, máximo dirigente de Primero Justicia, Julio Borges, con quien tuve la oportunidad de reunirme e incorporarlo al grupo de personas con el que consulto los temas de los documentos para el desarrollo y superación de la actual situación de Venezuela y el paso a la democracia.

Me llamó la atención el gran recibimiento que todos los dirigentes venezolanos tienen en el mundo entero, sirva como ejemplo que todos los participantes en el Congreso casi hacían cola para fotografiarse junto a Julio Borges como merecido reconocimiento al brillante papel que la lucha de los venezolanos está teniendo en el mundo.

También tuve la oportunidad de entrevistarme con líderes nicaragüenses que tienen otro gravísimo problema por el desarrollo de sus libertades y la democracia, en este caso pude hablar con José Dávila, dirigente de Voluntad Humanista Socialcristiana de Nicaragua, y con Agustín Arquín, uno de los principales luchadores sociales por la regeneración democrática, así como me hablaron de monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, actualmente en el Vaticano.

En la reunión también participaron varios exiliados cubanos en representación de las agrupaciones que pertenecen a ODCA. Fue interesante escuchar su visión sobre lo que respecta a su país, me refiero a Andrés Hernández, presidente del PDC de Cuba, y Orlando Gutiérrez, quienes manifestaron su profundo deseo de un cambio democrático en Cuba.

En el Congreso también pude reunirme y escuchar interesantes aportaciones de líderes consolidados de la democracia cristiana latinoamericana como Efraín Cepeda, senador y recientemente presidente del Senado de la República de Colombia; Mike Eman, ex primer ministro de Aruba, y María Liberia Peters, ex primera ministra de Curazao; así como escuchar, hablar y reunirme con otros importantes dirigentes. Quiero hacer una mención especial a Miguel Ángel Rodríguez Echeverría, ex presidente de Costa Rica, cuya ponencia fue brillante.

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