Mucho más que un buen amigo, que ya es bastante decir, tengo un hermano de la vida que ha dedicado la suya a la carrera militar. Él me comentó, a manera de provocación, creo, respecto del hecho cumplido de las primarias en Venezuela. Conocido el desbordado apoyo con que contaba María Corina Machado, muy por encima de cualquier otro aspirante, me decía entonces que para qué se había empleado tanto esfuerzo en hacer el evento eleccionario de primarias. Sabiendo que el régimen no aceptará perder el poder ni por las malas ni por las buenas, me increpó, ¿qué es lo harán ahora? De eso trata este artículo, el cual, gracias a deferencia que me permite El Nacional, se lo dedico a dicho hermano de la vida, así como a todos esos hermanos y hermanas de la vida que luchan hoy por la libertad y la justicia en Venezuela, en Ucrania, en Israel y en Palestina; contra Hamás en el Medio Oriente y en cualquier otro rincón del planeta.
Vayamos a la primera interrogante: ¿para qué se ha empleado tanto esfuerzo en realizar primarias si se sabe que el régimen no aceptará perder el poder, ni por las malas ni por las buenas?
Respuesta: La razón del poder no es lo mismo que el poder de la razón. A todos los oficiales dignos, de cualquier Fuerza Armada del mundo, les importa saber que luchan del lado correcto de la historia. Una nación no debe ser convertida en mercenaria, como ha pretendido convertir el madurismo a nuestra nación venezolana, mediante la intervención castrista, y con miserias y dádivas, mientras ellos siguen robando a manos llenas nuestras riquezas naturales en complicidad antipatriótica.
Nuestra lucha tiene su fundamento en valores y principios de defensa de la vida, de la libertad, de la igualdad ante la ley. El ser humano nace con el derecho individual de dar a su vida un significado, buscando satisfacer sus necesidades materiales e inmateriales. Tiene derecho al libre emprendimiento, y a la propiedad privada. Tiene derecho a disponer de sus bienes y de sus capacidades humanas para dar bienestar a su familia y a su comunidad. Sin menoscabo del derecho de otros, y bajo la máxima de que “el respeto al derecho ajeno es la paz” (prócer mexicano Benito Juárez).
La consulta democrática, directa al ciudadano, sin intermediarios que se sientan con un derecho superior a interpretar sus aspiraciones y a usurpar su soberanía fue y seguirá siendo imprescindible. La imposición del corrompido sistema del dedo mágico que designa a un sujeto para que ejerza un poder definitorio del cumplimiento o no del pacto social o constitucional convenido por una sociedad debía ser derrotado. Para ello el único método efectivo por excelencia: las elecciones libres. No respetarlo fue, y sigue siendo, buena parte de lo que nos trajo hasta aquí. Así se corrompieron partidos y partidarios. Así se defraudaron naciones enteras. Así se violaron, y se siguen violando derechos de las mujeres, de los niños, de los ancianos, de los más débiles, de los menos preparados para ejercer su defensa en libre competencia, entre ciudadanos con derechos iguales. La conciencia del deber moral y del excelso amor al prójimo, como así mismo, da con la fórmula correcta para ese ser humano con noción del honor y del deber. Para la búsqueda de libertad y felicidad. La propia y la de sus hermanas y hermanos de familia, como de la vida.
Debemos rescatar siempre, como principio esencial de la libertad y de la democracia, el consultar al ciudadano.
Recordemos por un instante cómo llegó Nicolás Maduro a la candidatura a la Presidencia de Venezuela. Su escogencia se realizó, en lugar de al menos mediante primarias dentro de su partido PSUV, bajo el dedo impositivo del presidente Hugo Chávez. Reelecto éste último en 2012, y sabiendo que estaba gravemente enfermo, cosa ya por demás fraudulenta pues dependía físicamente y emocionalmente del tratamiento al que estaba siendo sometido en La Habana, ungió a este sujeto manejable, y de obediencia a la tiranía comunista de los hermanos Castro. Operaba ya en el sistema la función del control total que a partir del 2002 se había iniciado. Desde la instalación de las supuestas “misiones médicas cubanas barrio adentro” para la infiltración, el objetivo fue, tal cual lo lograron, como todos sabemos ahora claramente, el fraude de permanente sostenimiento del poder sobre el gobierno que exista en Venezuela, para beneficio de la macabra alianza castrista-madurista contra nuestros esclavizados pueblos. Ese es el régimen que pretende ahora desconocer una libre competencia electoral contra la contendiente que hemos escogido los venezolanos. Ese es el modo mafioso en que su antipolítica pretende seguir el cobarde chantaje de judicializar al disidente. Utilizará seguramente más represión, tortura sicológica y física, contra una nación que está a punto de su hartazgo total, con impredecibles reacciones y consecuencias de una legítima defensa.
Por ello nuestro acto eleccionario, con origen en la soberanía popular, fue personal e intransferible. Es indispensable ahora entender que en esta decisión reside la razón insustituible e inalienable de Maria Corina Machado como candidata electa a la presidencia de Venezuela, Elección de forma soberana y directa por ciudadanos venezolanos mayores de 18 años. Esta es una decisión definitiva e inequívocamente intransferible, insustituible e inalienable de venezolanos del pueblo soberano.
No podía ser de otra manera. Ningún otro método de escogencia de nuestra candidata a la presidente podría tener, como de hecho hemos logrado, el otorgamiento de la legitimidad de origen, y por tanto la representatividad para el ejercicio de todos los derechos y deberes que le asigna dicha candidatura a presidente de Venezuela.
En nuestro caso venezolano la realidad le asigna un poder especial a la elección primaria realizada, para enfrentar a una dictadura usurpadora del poder desde la propia muerte de Chávez en diciembre de 2012, y con el fraude electoral del 14 de abril del año 2013, y prosiguiendo con el fraude continuado desde mayo de 2018 hasta hoy. Entonces, las elecciones primarias realizadas el pasado domingo 22 de octubre han reivindicado el derecho de una nación a que se le consultara, no sólo sobre la designación de su candidato a la presidencia de la República, cosa que después de una década logramos históricamente, por segunda vez, sino que por las circunstancias han definido con el poder soberano la líder, y a través de ella al equipo que dirigirá nuestra conquista de la libertad y la justicia para una Venezuela pisoteada, nacional e internacionalmente, por apetencias de todo tipo de intereses distintos al bienestar de nuestra nación.
Ante la segunda pregunta: ¿y después de las primarias qué es lo que harán ahora? Triunfar hermano, triunfar. Ha llegado la hora de una nueva dirección política, y de la “alianza por la libertad” para construir esa Venezuela del reencuentro, de la justicia, del orden y la prosperidad, para todos!
@gonzalezdelcas/ [email protected]
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional