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El futuro de Venezuela no se puede negociar con ‘el cáncer Maduro”. Felipe González, ex presidente de España

En un encuentro del importante Foro Atlántico de la Fundación Internacional para la Libertad, celebrado en Madrid en la Casa de América con la participación de Felipe González y Mario Vargas Llosa, con la moderación del popular cantante  Bertín Osborne, al cual también fue invitada la esposa del presidente de la Asamblea Nacional y presidente interino de la República diputado por el estado Vargas Juan Guaidó, quien fuera impedida ilegalmente de salir del país, el dos veces presidente de España Felipe González condenó la celebración de todo diálogo con Nicolás Maduro en términos más que taxativos. Dijo textualmente: “El futuro de Venezuela no se puede negociar con el cáncer Maduro”. A la aclamación estruendosa de la asistencia se sumaron los aplausos del Nobel de Literatura peruano y del moderador del evento. Era la opinión de la sala: el cáncer venezolano debe ser extirpado de raíz y cuanto antes.

Es la crítica más relevante y de mayor importancia que haya recibido el diputado Guaidó a lo largo de su carrera, y muy en particular luego de los dos graves fracasos que sufriera en sus dos intentos más señalados y resonantes de enfrentar a la tiranía: el 23 de febrero, cuando pretendiera hacer entrar al país la ingente ayuda humanitaria enviada por Estados Unidos y celebrar un encuentro con importantes primeros mandatarios de la región desplazados hasta Cúcuta como colofón del levantamiento de las fuerzas armadas y la destitución “del cáncer de Venezuela”. Y de seguidas el golpe de Estado del 30 de abril, fracasado en gran medida por haberse adelantado en un día a la fecha acordada con los complotados para permitir la huida de su jefe político Leopoldo López y su traslado a la Embajada de España.

De allí el quemante consejo a Guaidó, que algunos medios de la red reseñan como “una nalgada” de quien más que dobla la edad del diputado guaireño: “Ruego a Guaidó que no señale un día D y una hora H para que se produzca algo. Un señalamiento produce frustración porque parece que, si algo no pasó, es que no pasará. Esto es un proceso y hay otras iniciativas sobrevenidas», comentó González. (Al Navío, 24 de junio de 2019).

Esta vez los señalamientos no vienen de “los radicales” supuestamente antiguaidosistas, así reproduzcan textualmente los términos con los que muchos de sus críticos nacionales se han referido a ambos graves traspies del joven e inexperto político venezolano. Vienen de quien es, sin ninguna duda, la figura más relevante del mundo socialista hispanoamericano. Debieran, pues, ser tomadas en consonancia con quien los expresa. Y provocar una profunda reflexión, tanto de Guaidó como de Leopoldo López, para dar un golpe de timón y enmendar rumbos.

No sería en el vacío, pues en esa misma circunstancia y haciendo acopio de una generosidad que debemos agradecerle al notable líder del socialismo español agrega que “esto es un proceso y hay otras iniciativas sobrevenidas”. ¿Cuáles debieran ser dichas iniciativas? Desde luego y bajo ningún concepto, seguir dialogando con el “cáncer Maduro”. Lo que debiera traducirse en un fin inmediato a todas las tratativas que se intentan en Estocolmo y el retiro sin más dilación del escenario sueco de los señores Stalin González, Gerardo Blyde, Martínez Móttola y el ex rector del CNE, responsable de la consultoría para la busqueda elección presidencial con participación de Nicolás Maduro.

Son tan lúcidas y esclarecedoras las palabras de Felipe González y tan claro, llano y explícito el rumbo que nos recomienda, y que aconsejamos sea asumido de inmediato por el conjunto de las fuerzas opositoras, que nos vemos en la obligación de reproducirlas in extenso según la información de Al Navío: «Latinoamérica está enferma. Enferma por Nicolás Maduro. Por el cáncer Maduro. América Latina entera está comprometida en la esperanza de recuperación por el cáncer Maduro. Por lo que supone Venezuela en términos de estabilidad para la región”, dice González.

Por eso, para resolver el problema en Venezuela, propone “una solución latinoamericana”. Una “solución política” en la que participe la oposición, el régimen, el Grupo de Lima y también la Unión Europea. Pero, ¿eso no es lo que está ocurriendo en Oslo? Según González no. Piensa que “la negociación no está bien planteada” porque se está explorando que Maduro sea candidato en una futura elección.

“Me gustaría que la UE y el Grupo de Lima se sienten en Oslo, o donde sea, y que se pongan de acuerdo en que Venezuela necesita un gobierno de transición sin Maduro que garantice un proceso electoral de nueve a 10 meses, que se recomponga el censo electoral, que no existe, porque no se puede hacer con un censo controlado por Diosdado Cabello. No se puede perder el tiempo negociando a cachitos si sueltan a Leopoldo López o a Gilber Caro. No es digno democráticamente”, señala el ex presidente español.

Añade que la negociación en Oslo le despierta muchas dudas. “Muchas dudas. El problema no es decidir si uno se sienta o no. El problema es no tener claro para qué se sienta a dialogar. Si hay confusión en la opinión pública, el diálogo beneficia a la supervivencia de un régimen más insano que una dictadura. Es una tiranía que añade a un régimen dictatorial que hace lo que le da la gana”.

González insiste en que los “derechos no se negocian, los derechos se exigen”. Por eso en Oslo lo que debería decir el equipo de Juan Guaidó, según González, es: “No me hagan perder la dignidad. No me hagan renunciar a la Asamblea Nacional. Que no haya un solo preso político. No vamos a renunciar a exigir eso”.

Esta intervención despertó la ovación del público. El anfiteatro Gabriela Mistral de la Casa de América de Madrid aplaudió al unísono. Incluso el escritor Mario Vargas Llosa y el cantante Bertín Osborne, quienes acompañaban a González en la mesa, se sumaron a los vítores.

González afirmó que “le duele en el alma Venezuela”. Por eso pide a los líderes internacionales que sean firmes cuando condenan al régimen. “Uno tiene que ser más claro y exigente en la defensa de los principios democráticos”, apuntó.

González, quien define a Maduro como “un mentiroso”, sí le cree en dos cosas. En que no volverá a perder unas elecciones, y en que no saldrá del poder ni por las buenas ni por las malas.

“Maduro puede mentir mucho, pero hay una cosa que la repite y no se apiada. Nunca volveré a perder unas elecciones, dijo una vez. Y dijo que la oposición no volverá al poder ni por las buenas ni por las malas. Es una declaración de principios. Es una declaración que tiene que tener en cuenta la comunidad internacional para que sepa con qué material está jugando. La Asamblea Nacional debe ser reconocida. La asamblea nacional prostituyente [asamblea nacional constituyente, el Parlamento inventado por el chavismo] no debe tener ningún criterio. Así no se puede”, agregó el ex presidente español.

González también apeló al éxodo para defender que con Maduro no se puede negociar nada. “Hay 4 millones de venezolanos que salieron del paraíso de Maduro. Ellos saben que no habrá una transición democrática si la preside Maduro”.

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