Es cierto que la ecología es un tema que preocupa a todos, pues los cambios climáticos y daños que ha ocasionado el deterioro del ambiente son cada vez más dramáticos. Deben llamarnos a la reflexión para comenzar a realizar esas transformaciones en nuestros hábitos, que aporten un granito de arena a este gran problema.
Las situaciones que agravan el cambio atmosférico no pueden ser ignoradas. Aspectos como la sustitución de la energía por sistemas más amigables que consuman menos recursos no renovables, buscar una solución a los desechos sólidos, minimizar las emisiones de los vehículos automotores, así como establecer mejores condiciones del uso de los recursos naturales y de la tierra, deben ser los objetivos de programas que promuevan dirigentes de nuestras naciones.
Sin embargo, por otro lado encontramos una gran pregunta sobre el tema: ¿cómo hacer para que nuestra inquietud por proteger la madre naturaleza se convierta en resultados palpables, previniendo el mal uso de los recursos naturales?
Entre algunas de las medidas que se pueden considerar, que representarían pequeños cambios en ese intento por causar el menor impacto posible en el medio ambiente, están: revisar periódicamente las fugas de agua en las instalaciones hidrosanitarias y demás dispositivos con el propósito de evitarlas, recurrir al uso de la luz natural en lo posible para minimizar el consumo de luz eléctrica, cambiar las lámparas por fluorescentes por otras de menor consumo, apagar el aire acondicionado en nuestra ausencia, desconectar los aparatos eléctricos cuando no están en uso. Todas ellas se pueden convertir en hábitos que hagan la diferencia.
Plantar un árbol, rescatar áreas verdes, apoyar campañas de limpieza, participar en seminarios para aprender sobre los efectos del deterioro ambiental y sus consecuencias en la humanidad, asistir a eventos que promuevan el ambientalismo, pueden también entusiasmarnos a participar de manera activa, a incentivar en el colectivo tareas para propiciar el desarrollo sostenible, por un mundo más próspero pero ecológicamente equilibrado.
Es necesario hacer un esfuerzo por recordar la importancia del aporte que la naturaleza brinda a la sociedad y los riesgos que corremos si seguimos explotando estos recursos de manera inconsciente, sin tomar medidas oportunas para revertir estos daños. Todavía estamos a tiempo para extender esta lucha contra las amenazas que vive nuestro planeta.