¿Saben cómo logró Fatou Bensouda ser nombrada fiscal de la Corte Penal Internacional? Ella trabajó durante varios años con el fiscal Luis Moreno Ocampo, era la vicefiscal y venciéndosele a este el período de 9 años que es el que corresponde, un grupo de países africanos comenzaron a protestar que esa Corte solo hacía justicia contra los negros, que era una justicia racista, justicia blanca, y anunciaron que se retirarían, que renunciarían al Convenio creacional de ese tribunal a menos que le dieran el puesto a la Bensouda. Y así fue, el dictador de Gambia, Yahya Jammeh, la propuso, ella era una de sus piezas fundamentales en el gobierno dictatorial que entonces llevaba ejerciendo 18 años matando y robando a diestra y siniestra. Había varios candidatos, pero ni siquiera se sometió a votación, los países –Venezuela entre estos– la nombraron “por consenso”.
En resumen, en el nombramiento de esta fiscal privó la presión política y económica porque de retirarse del Convenio los países africanos se reduciría drásticamente la razón de ser y el presupuesto de la Corte.
En el caso venezolano
Nunca ha estado la Fiscalía de la CPI en real actitud de investigar las decenas de denuncias que se le han interpuesto contra los gobiernos de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro, y es que ambos a sabiendas de lo que hacían y de lo que se proponían seguir haciendo ejecutaron maniobras para asegurar su impunidad. Chávez y Maduro se constituyeron en unos de los mejores aportadores de fondos para ese organismo. Venezuela es uno de los siete países que más dinero le suministran.
Otro detalle es que estando en el poder en Argentina el matrimonio Kirchner, una persona de su entorno y propuesta por ellos, la señora Silvia Fernández de Gurmendi fue nombrada presidente de la Corte Penal Internacional, y para el cargo de fiscal propusieron al abogado Luís Moreno Ocampo, argentinos todos, kirchneristas todos, y ya se sabe de la ligazón Chávez-Kirchner que así concurrieron a apoyar tales designaciones.
Este primer fiscal de dicha Corte, el abogado argentino Luis Moreno Ocampo cerró sin investigar una indefinida cantidad de denuncias, se dice que fueron 22, y de lo cual se tuvo conocimiento tiempo después cuando lo confesó en una entrevista que le hizo la periodista Patricia Janiot para CNN el 5 de junio de 2017, entrevista que he reproducido y comentado en un programa de Youtube (https://youtu.be/VrugdQgUrXk).
Después del zarpazo de aquel fiscal se supo que este recibía dinero de un magnate vinculado a una investigación. También que ese fiscal tenía cuentas secretas en bancos de paraísos fiscales. También que había contratado como asesor al mismo abogado que sirve de asesor a Maduro. En fin, se supo que toda una invasión silenciosa y corrupta había penetrado aquella institución creada para la justicia internacional.
Vencido el período de Moreno Ocampo, la persona que le sucedió en el cargo fue quien se desempeñaba como su segunda al mando por 8 años y que obviamente ha debido estar enterada de aquellos manejos indebidos que, en vez de perseguirlos, se acomodó a ellos; allí permanecen como asesores personas, política, ideológica y ¿económicamente? vinculadas al régimen socialista venezolano como son Baltasar Garzón y Alfred De Zayas, entre otros.
La llave que abre esas puertas
La Fiscalía de la CPI es la puerta de entrada para cualquier proceso, primero hay que pasar por la alcabala de Fatou Bensouda como antes lo era con Luis Moreno Ocampo, ambas personas sobre las que recaen fuertes dudas sobre su idoneidad. Ya vimos lo del anterior, ahora veamos como el régimen de Maduro, aprovechado alumno de su predecesor Chávez, desarrolla una intensa actividad para mantener las influencias allí dejadas por él, y es así como mientras se mantiene insolvente con las cuotas que a Venezuela le corresponde aportar a la ONU, es preciso y muy generoso en las cuotas y “contribuciones” a la Corte Penal Internacional, montos que maneja en total oscuridad.
Y para “fiscalizar a la fiscal” Maduro le nombró a una persona de su más cercano entorno como su embajadora, Haifa el Aissami, quien mantiene una activa relación personal con Fatou Bensouda, le lleva regalos y le pone en cercanía a la cabeza del aparato judicial de la dictadura, el señor Maikel Moreno, con quien comparte socialmente, se toma fotos y también le recibe regalos que impúdicamente aparecen reseñados en la prensa.
La segunda llave, la complementariedad
La regla básica para que se inicie una investigación de la Corte Penal Internacional es que haya inactividad judicial en el país de los hechos, o que aun habiendo esa actividad sea insuficiente o falsa. En esto consiste el principio fundamental para que dicha Corte pueda actuar y se denomina “Principio de complementariedad”. Es por esto por lo que la principal línea defensiva de los gobiernos denunciados es alegar que las denuncias se basan en hechos que son investigados y juzgados a lo interno. Luego, es obvio que lo primero que tiene que hacer su fiscalía es adentrarse al funcionamiento del sistema judicial nacional, constatar si en verdad se hacen procesos reales. Es decir, la fiscal Fatou Bensouda, amiga de Haifa el Aissami y por lo menos gentil anfitriona de Maikel Moreno, primeramente tendría que juzgar sobre ese tema, y si le diera curso a las denuncias contra Maduro implícitamente se estaría pronunciando contra el sistema judicial que ellos regentan.
¿Es creíble entonces que esta señora Bensouda pueda dictaminar contra el sistema judicial venezolano? ¿Podría acusarlo de no cumplir con las funciones que por tratados, por Constitución y por leyes le corresponde? Obviamente eso no es posible, se lo impide esa relación con quienes la dirigen y mantiene esa indebida relación que evidencia su falta de imparcialidad.
Walter Márquez se cansó de esperar
Yo hace rato llegué a la conclusión de que esa Corte Penal Internacional es inoperante, allí se conjugan intereses de todo tipo, desde presiones de las potencias hasta simple y llana corrupción, y ante ello me he dedicado a buscar alternativas pues no me gusta quedarme en la protesta, en la desilusión. Ahora mismo trabajo sobre la posibilidad de movilizar denuncias ante la Fiscalía Federal de Alemania, pues allá promulgaron un Código contra Delitos Internacionales que, aunque no es fácil activarlo, por lo menos no tiene las trabas de la CPI, y un grupo de venezolanos residenciados en aquel país está conmigo en eso, luego informaré.
Walter Márquez está en el mismo camino, justamente indignado porque la Bensouda le rechazó varias denuncias que consignó con abundante material probatorio, formalizó denuncia en contra de ella por ante el presidente de la Corte, magistrado Chile Eboe Osuji, y pidió que la separen del cargo. Rápidamente le acusaron recibo y le anunciaron que harían el debido trámite.
Esto es un hecho importante, por primera vez allá se van a dar cuenta que aquí no somos tan pendejos, por lo menos no por tanto tiempo.
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