COLUMNISTA

Ciudades que aprenden

por Arminda García Arminda García

Partiendo del planteamiento de que el aprendizaje es el aspecto que proporciona a los individuos conexión con su historia, con el entorno, con su naturaleza, con su cultura y con su futuro, podemos observarlo como un factor determinante en las oportunidades de desarrollo, tanto desde el punto de vista social, económico y cultural.

En la actualidad, existe un movimiento mundial promovido por el Instituto de la Unesco para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida, bajo la filosofía de que la formación permanente propicia la transformación de la sociedad en todos los niveles. Con este fin, durante el año 2013, organizó en Pekín conjuntamente con China, la Primera Conferencia Internacional sobre Ciudades del Aprendizaje, con la participación de quinientos alcaldes de todo el mundo, organismos educativos municipales y conocedores de más de cien naciones.

Pero ¿cuál es la finalidad de este concepto? Considerando, que las ciudades son la fuente principal de las riquezas de los países y el resultado de la convivencia sobre la base de metas comunes, estas deben estar comprometidas con las transformaciones a través del conocimiento compartido que les permita su desarrollo, en la cual el aprendizaje sea el pilar.

En este sentido, estas urbes deben basarse en políticas para proveer herramientas necesarias y velar porque se cumpla de manera inclusiva, tanto en la educación básica como en la superior. Igualmente, les compete revitalizar la educación en los grupos familiares y comunitarios.

Del mismo modo, les corresponde garantizar la preparación de los ciudadanos para cumplir funciones laborales, así como su capacitación en el sitio de trabajo. Por otra parte, se obligan a desarrollar el acceso a las nuevas tecnologías en este proceso.

Finalmente, se comprometen a velar por la excelencia y el nivel de calidad de la enseñanza mediante los criterios más acertados, así como también apoyar la cultura del aprendizaje para toda la vida, observándolo como un proceso continuo que involucra distintos niveles del conocimiento.

Si esta, es la tendencia educativa del futuro, esperamos que algún día nos acerquemos a ese camino, donde contemos con planes para implementar una cultura de aprendizaje permanente y que los ciudadanos nos activemos, valorando el conocimiento como clave del desarrollo individual y colectivo, el cual nos permitirá construir ese país que queremos.