COLUMNISTA

Circunstancias

por José Rafael Avendaño Timaury José Rafael Avendaño Timaury

Si un pulpero en San José de Tiznados –hace doscientos años– era medianamente inteligente y hacía gala de ejercitar una cabal concepción de las nociones globales ya difusamente conocidas de términos como el de “estrategia” y “táctica”, podía estructurar un simple plan de negocios. Tener abastecimiento suficiente para satisfacer las demandas usuales de la población circunvecina. En tal circunstancia le era consustancial –también– prever determinados acontecimientos futuros que, de producirse, incidirían en el desenvolvimiento positivo de su actividad: Sequías inclementes, o procesos de crudo invierno. Imponderables como la recurrencia de plagas que seguramentetransgredirían el proceso de siembra y cosecha. De igual modo en la críade semovientesde la materia prima animal. Es decir, debería intuir y establecer una estrategia cónsona con las consecuentes e insoslayables tácticas para lograr los objetivos deseados. Para ello le era, necesario de igual manera, aprender o inventar; mediante experiencias propias, o con la adquirida por terceros en procesos similares. La capacidad de imaginar ha sido, es y siempre será un atributo insustituible de los grandes hombres: Los cabales hombres de Estado y los diversos líderes sociales de verdad verdad”. Vislumbrar todos aquellos hechos futuros que eventualmente habrían de producirse. Lo que en la actualidad algunos denominan pomposamente como “Prospectiva estratégica”. La misma no es otra cosa que una especie de cienciaque se dedica al conocimiento del futuro predecible para comprenderlo; y, de este modo, entreverlo cabalmentey así poder influir con propiedad en él.

El problema que Venezuela confrontará a partir del lunes 21 de mayo es más complejo y dramáticoporque trasciende todo lo imaginable: ¡Es unadificultad cierta de supervivencia! Tanto del Estado como de la nación. También en los aspectos individuales o colectivos de toda la ciudadanía y de la población general. Faltan apenas quince días para constatar lo ya vislumbrado de forma diáfana e inequívoca a nivel nacional e internacional: ¡La  prolongación indefinida del pernicioso, por letal, continuismo! A la hora de redactar estas líneas la oposición organizada al régimen presenta alternativa. Difusa por lo demás. ¡Abstención o votar! En ninguna de ambas opciones se ha señalado lo que debe hacerse en caso de consumarse las respectivas espectativas. Si la abstención es masiva –como esperamos la mayoría– se consolidará nuevamente el clarísimo concepto de ilegitimidad. Esta ilegitimidad es contradictoria –en su concepción y acepción total– a la posibilidad de ejercer a cabalidad algún tipo de mandato constitucional. Quienes lo intenten lo harán a su cuenta y riesgo. Por ello deberán afrontar todas las consecuencias predecibles: Insurrección generalizada; o la aceptación sumisa y cobarde de la usurpación.

Inexplicablemente aún no se ha producido una declaración formal didáctica por parte de un sector de la oposición organizada. Solamente han llamado públicamente a no votar. Sin explayar algún tipo de acotación ilustrativa que amplíe el cúmulo de generalidades insustanciales y de lugares comunes predicados. Resulta inaudito que la MUD y Soy Venezuela (Con sus “frentes” constituidos) intenten reunirse a posteriori. En una especie de cónclave, –parecido a aquel donde se elige al nuevo Papa– a partir del 21 de mayo para establecer (Nuevamente nos tropezamos con la “Estrategia y Táctica” pertinentes) la conducta política que atañe a la que debe ser asumida por la ciudadanía. A tenor de lo establecido –es vox populi– por el ya inédito y célebre filósofo patrio: “Como vaya viniendo vamos haciendo”. (¡Siempre a la defensiva, jamás con iniciativa propia!). ¿Persistirán en incoar procedimientos administrativos o judiciales ante el CNE, y el TSJ?… ¡El tradicional saludo a la bandera!… ¿Volverán los ejercicios aeróbicos como única manera para plasmar el descontento y combatir la inocultable depresión? ¿Incrementarán la actual diáspora al exterior –casi en tropel– de algunos jefes opositores con la finalidad de “vagar” de manera impenitente por el mundo para denunciar lo que ya es público y notorio? ¿Proliferarán las colisiones de ávidos micrófonos expectantes ante las bocas de los líderes opositores tradicionales y emergentes? Quienes nuevamente se sacudirán de la sibilina, cómoda y particularísima especie de “clandestinidad” en que se encuentran. ¿Resurgirán de manera vocinglera como avecillas Fénix convenientemente resucitadas por la conocida provocación gobiernera con la única finalidad de adquirir nuevamente notoriedad y pescuecear?… ¡La incapacidad de esta dirigencia está suficientemente demostrada!  Ya no merecen respeto, consideración ni acatamiento alguno. Derivado por sus reiteradas inconsecuencias y errores… Las interrogantes podrían continuar siendo enunciadas como un rosario “ad infinitum”…

La recta final del fraude electorero se encuentra adornada con nuevos y grotescos saltos de talanquera por parte de diversos pseudo opositores maromeros. La competencia para ignorar el vicioso comportamiento es ardua entre diversos partidos afectados. En PJ, UNT, VP y AD –entre otros– algunos de sus altos prebostes (muy conspicuos por cierto) han descubierto nuevamente el bombillo. Son apasionados creyentes imbuidos con fe de carbonarios ante las vertientes y posibilidades excelsas que brinda este chimbo carnaval electorero. Piensan que el triunfo –lucubrado en mentes febriles utilizando sin discreción alguna el particularísimo onanismo mental de los involucrados– del sargento; aderezado con esperanza inútil ante el inimaginable acatamiento de los resultados comiciales por parte de la tríada constituida por  “Maduro, CNE, FANB,es indiscutible. Ven reflejadas en el distorsionador y ocasional espejo circense sus impolutas imágenes de sedicentes burócratas en potencia. Me cuentan que Claudio Fermín y Eduardo Fernández se muestran –recíprocamente y con sonrisa incluida a lo Mona Lisa– amistosamente los dientes. En su disputa, casi como de hienas, por la confrontación in pectore que ambos mantienen para ser designados como vicepresidente ejecutivo de la república. Quien si no tiene competencia alguna en la cínica fábula orquestada; como jefe absoluto de finanzas y planificador estratégico en el utópico nuevo gobierno en ciernes de la sargentería, es el doctor Rodríguez.

No deseo cansar a los lectores con el recurrente término “políticos de gabinete”. Sin embargo creo procedente –en una especie de aldabonazo– alertar, ante el aletargamiento pertinaz de la ciudadanía, nuevamente a la opinión pública. Se trata del recrudecimiento de abruptos cambios por parte de diputados y dirigentes de partidos; quienes, sin asomo de pudor alguno, nos sorprenden a todos. Estos prototipos de líderes continuarán ejerciendo un modelo de acción política revestida con elementos viles y conductas perversas. No solamente por la carencia inexcusable de ética, (Algunos teóricos y politólogos de nuevo cuño y en “mangas de camisa” la consideran excluyente e impracticable en el cabal ejercicio de la política. Asumen como ejemplo señero inconmensurable a seguir a “pies juntillas” a Maquiavelo, Fouché y Clemenceau entre otros). También con camuflaje de distracción en los diversos aspectos consustanciados con el valor innegable e insoslayablede las ideologías.

En nuestro país hemos sido espectadores y testigos de excepción –casi mudos– ante esta manera perversa de hacer política. Donde los intereses subjetivos de los actores privan groseramente sobre los demás aspectos. AD, PJ, UNT y VP llevan la batuta. En VP se acaba de producir la premiación a las inconsecuencias de trasgresores cotidianos con una especie de perdón tácito –pero formal– (luego de seis meses de silencio) de un dirigente poseedor del “pedigrí” fundado como saltador de talanqueras; casi un valor agregado curricular. Fue readmitido con todos sus derechos como dirigente de esa tolda. En AD la ambigüedad persiste. Los demás (UNT y PJ) guardan ominoso silencio ante la defección de dos promiscuos y avispados dirigentes. Este tipo de conducta ejerce un elemento desmoralizador peligroso. No se trata de reconocer y enmendar conductas y posturas puntuales equivocadas mediante el sano juicio de críticas y/o autocríticas. Se trata, simplemente, de continuar apañando y propiciando la proliferación perniciosa de nuevos, sobrevenidos y dañinos tránsfugas quienes poseen una peculiar patología conductual establecida. La consigna fundamental de los impostores de ocasión se reducen a los cínicos interrogantes de: “¿Cuánto hay pa’ eso? y ¿cómo se come eso?

Si en esta nueva ocasión, –apenas dentro de 14 días– donde se establecerá y se ratificará la indiscutible ilegitimidad del régimen. Producto de la escuálida votación obtenida en lo particular por Maduro y su combo. De igual modo en lo referente a la participación global del electorado en el sainete puesto en escena. Si  el patrón de conducta a implementar por parte de la oposición organizada y por la ciudadanía en general es similar a lo que se hizo con motivo a la  ya pretérita y célebre elección de la Asamblea Nacional celebrada hace más de diez años. Es decir, ¡resignación plena! con los brazos cruzados y no hacer absolutamente nada. ¡Solo mascullar frustraciones! Esperando que “San Juan agache el dedo”… Las próximas y también predecibles consecuencias ante tales despropósitos serán idénticas: ¡Propiciará formalmente el mandato continuista de Maduro y su combo hasta 2024!

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