COLUMNISTA

El cese de la usurpación se hará por las buenas o por las malas

por Carlos Malo de Molina Carlos Malo de Molina

Es más que probable que el cese de la usurpación se produzca en las próximas horas o algo más de tiempo, pero lo que no cabe duda es que se va a dar, más pronto que tarde. El 30 de abril comenzó la llamada Operación Libertad. Ese día se produjo la liberación de Leopoldo López y militares disidentes se levantaron contra el gobierno usurpador, saliendo el pueblo venezolano de nuevo a las calles comandados por Juan Guaidó.

Lo que está ocurriendo en Venezuela tiene en vilo a la comunidad internacional. El desenlace subió un nivel más, es el comienzo del final y a lomejor puede estar resuelto antes de publicar este artículo o poco después, con todos los problemas que pueden surgir a partir de ahora porque en términos de violencia se va a peor. Solo queda esperar que sea lo más pronto posible y con el menor derramamiento de sangre.

Pero indudablemente todos debemos tener claro que el cese de la usurpación se va a producir por las buenas o por las malas.

La salida por las buenas es una amnistía con una serie de condiciones, pero esta opción solo es posible si el chavismo sale de manera rápida y colabora. Será una amnistía sin negociación, en la que los chavistas abandonen de manera inmediata el gobierno y la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, también incluyendo gobernadores de todos los estados y alcaldes de los municipios donde gobiernen los chavistas, con sus respectivos gobiernos.

Las condiciones de la amnistía no pueden ser negociadas. Se procurará la salida del país de unos 40 cargos, los principales responsables del movimiento chavista,y su traslado a un país de acogida donde estarán controlados y del que no podrán salir, y una amnistía a los que se queden en Venezuela. Se les embargarán los bienes mal habidos a todos aquellos que tengan un patrimonio neto superior al medio millón de dólares y no puedan justificar el origen de sus fondos.

La amnistía tendrá carácter condicional, se aplicará a todo tipo de delitos, pero con condiciones, para el caso de los 40 que salgan de Venezuela y vayan al país asignado siempre que no reincidan en los delitos cometidos anteriormente y de los que han sido amnistiados, cumplan las normas que se les imponga con sus condiciones impuestas en el país asignado y no salgan del país o intenten hacerlo. En caso contrario, y con las debidas garantías jurídicas, se le retiraría la amnistía y se le podría juzgar por todos los delitos anteriores y posteriores, con todo su rigor. Igualmente, pasaría con todos los chavistas que quedasen en el país en relación con la mencionada reincidencia.

La firma del acuerdo de cese de la usurpación y amnistía, en el caso de que sea por las buenas, que debe ser firmado por la mayor parte de los partidos, aprobado por la Asamblea Nacional, por el chavismo, los militares, fuerzas de representación internacional y de forma prioritaria por Estados Unidos y el Vaticano.

De manera inmediata se producirá la disolución de la asamblea nacional constituyente, la recuperación de las atribuciones correspondientes a la Asamblea Nacional y se constituirá un gobierno de transición.

Este gobierno o junta de transición de la República Bolivariana de Venezuela será conformado por dos tercios de la oposición y una posible minoría de un tercio de chavistas, en la misma proporción que tiene la Asamblea Nacional y su duración máxima debe ser de un año. Sería deseable que dentro del gobierno hubiera independientes y personas representantes de la sociedad civil y organizaciones religiosas.

El presidente del gobierno de transición será de la oposición, debidamente consensuado entre todas las formaciones políticas y a ser posible, religiosas y sociales, y debe actuar por consenso, como un gobierno colegiado donde las decisiones han de tomarse por unanimidad o por la mayoría de sus componentes. Tanto el presidente del gobierno de transición como todos sus miembros no podrán presentarse a ninguna elección en los siguientes 5 años.

Este punto es crucial para preservar la unidad, lo que quiere decir que si el presidente de la transición tiene intereses de cara a las próximas elecciones pudiera estar gobernando en función de sus intereses personales electoralistas y de su partido y no ser ecuánime ni representar de manera clara y tajante al conjunto de toda la oposición, la ciudadanía y movimientos sociales en ese momento clave de la transición sin sombra de duda.

Y aunque pudiera ser objetivo y neutral, el mero hecho de que pueda percibirse que tiene este interés podría ser mal interpretado y mal visto por la oposición, las organizaciones sociales y religiosas y haría saltar por los aires lo que siempre hemos remarcado como el principal elemento actual que es la necesidad de la unidad que se debe mantener hasta los momentos previos de las elecciones.

Serán cesados y jubilados los militares de máximo rango, pero se mantendrá el resto de la estructura y será el gobierno de transición el que nombre a los nuevos mandos, en torno a 25 personas.

La presidencia de este período de transición debe convocar elecciones en un plazo mínimo de 9 meses y máximo de 12 meses (desde su nombramiento). La convocatoria electoral será a elecciones presidenciales, gobernadores, municipales y un referéndum para aprobar la nueva Constitución, se excluirá de esa convocatoria las legislativas a la Asamblea Nacional cuyas elecciones se celebrarán a los 6 meses del funcionamiento del gobierno de transición o junta de transiciónpara asegurar totalmente la vía democrática del proceso y que no haya en ningún momento un vacío legal.

En el caso de que las elecciones no sean convocadas por la Presidencia de la República, se convocarán automáticamente el primer domingo pasados los 12 meses desde la formación de este gobierno de transición. Las elecciones se realizarán de forma manual para garantizar el mayor y más eficiente control y transparencia del sistema electoral.

La Asamblea Nacional recuperará su capacidad de representación, legislación y las atribuciones estipuladas en la vigente Constitución hasta el final de la legislatura y en todo caso, hasta seis meses después de la toma de posesión del gobierno electo fruto de esas elecciones para preservarla como único elemento que es considerado democrático en la actualidad hacia el paso total, sin fisuras a la libertad y la democracia.

Los gobiernos de los estados y municipios que sean gestionados por chavistas serán reemplazados al mismo tiempo por gobiernos de transición. Y seguirán los mismos criterios de formación de la Presidencia de la República y de gobierno.

La Asamblea Nacional debe hacer una reforma parcial y exprés de la Constitución, reformando algunos elementos vitales, pero manteniendo gran parte de la vigente Constitución, algo que, a juicio de los constitucionalistas, si se hace bajo la óptica y funcionamiento democrático puede ser válido.

En todo caso, por la experiencia vivida durante el chavismo, se deberían cambiar algunos elementos como el sistema electoral, estableciendo que el período máximo en el cargo de presidente de la República sea de 5 años, sin reelección. Habría que propiciar para la elección del presidente de la República una doble vuelta si el primero no ha conseguido más de 50% de los votos o una diferencia de al menos 20 puntos sobre el segundo puesto. Si no se cumple esa condición, irían a una segunda vuelta el primero y el segundo.

Los sistemas presidencialistas puros acumulan en una sola persona demasiado poder, sería conveniente que con la reforma de la Constitución se hiciera un esfuerzo buscando una mezcla de un sistema presidencialista y uno más parlamentario, pudiera tomarse como ejemplo el sistema francés, en el que el presidente de la República es el jefe de las Fuerzas Armadas, controla la política exterior y nombra al presidente del gobierno en función del peso de los distintos partidos en la Asamblea de Diputados, el resto de las competencias son del gobierno que se forma en la Asamblea de Diputados. Este sistema disminuye la posibilidad de que un presidente de la República transforme la democracia en dictadura como ha ocurrido en Venezuela. De igual manera, teniendo en cuenta la poca credibilidad de voto electrónico y para evitar cualquier posibilidad o sospecha de manipulación del resultado, se hace necesario establecer el conteo manual de votos.

En todo caso, esa reforma constitucional se debe validar en las elecciones mediante referéndum buscando la aprobación de la población con una pregunta sencilla, un sí o no. Solo así el nuevo sistema tendrá la validez democrática que le otorga la aprobación mediante referéndum.

Todos estos planteamientos requieren un exceso de generosidad por parte de la oposición y de la sociedad en general y que en ningún caso se merecen los criminales que han conformado y dirigido el chavismo. En cualquier caso,deben ser aceptados y ejecutados lo antes posible, pues el tiempo de hacer las cosas por las buenas se está acabando y, pronto no quedará más remedio que ir por las malas.

Si es por las malas se aplicará todo lo mencionado anteriormente respecto al gobierno de transición, pero no habrá amnistía ni para dirigentes del chavismo ni ninguno de sus aparatos criminales y sus responsables, salvo excepciones puntuales aisladas como personas que a lo largo del proceso hayan ido renegando del chavismo y aceptando el nuevo sistema democrático y el gobierno de transición.

Por las malas, se les aplicará con la máxima severidad las penas que les corresponda a todos los criminales que se demuestre su participación en los crímenes de lesa humanidad del régimen o cualquier otro delito. Sí deben cumplir con todo el proceso de gobierno de transición definido aquí, y en concreto con la formación del gobierno o junta de transición y todas sus características, tanto de la nación como de gobernaciones y municipios, el calendario electoral, la reforma constitucional, las incompatibilidades y los cumplimientos de los plazos mencionados, pero en ningún caso con la participación de chavistas.

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