COLUMNISTA

Carabobo: ¿Ejército libertador y de honor?

por Luis González Del Castillo Luis González Del Castillo

¡Dedico este artículo, gracias a la deferencia que me permite El Nacional, a los dignos oficiales venezolanos, verdaderos herederos de las glorias de nuestro Ejército libertador venezolano: “Forjador de libertades”. Me refiero a los íntegros. A los que no desean sostener esta situación de destrucción de la patria. A aquellos que por decenas están hoy encarcelados por no apoyar la genocida y vergonzosa tiranía que nos oprime como nación. Me refiero a los que no están en complicidad con oficiales superiores que se han prostituido por dinero, por falsos, fáciles e inmerecidos grados militares, que solo muestran su cobardía y traición al pueblo de Miranda, Bolivar, Sucre.

¡La grandeza de Miranda derivaría en todo el gran movimiento libertador de la América hispana! Carabobo sería la expresión militar de su siembra de ideales libertarios de creación de nuevas repúblicas americanas en las conciencias de esa juventud gloriosa de su época. Miranda sabía que con sus sacrificIos preservaría sus jóvenes oficiales para el momento preciso: ¡como fue y es ho en Carabobo!

Solo tres lustros pasarían desde que Miranda emprendió la invasión liberadora a Venezuela, fallando en los dos intentos de la filibustera expedición de 1806. Primero intentó el desembarco en marzo, por Ocumare de la Costa, donde le capturarían la Bee y la Bacchus (la abeja y la Baco), dos de las tres embarcaciones con que habían salido de Haití. Se replegó en la nave Leander (bautizada así en honor a Leandro, el mayor de sus dos hijos con la inglesa Sara Andrews) hacia las llamadas islas británicas: Grenada, Barbados y Trinidad. Saldría de esta última un 24 de julio, en su segundo intento, con el cual si logró desembarcar el 3 de agosto de 1806, sin encontrar apoyo o reacción popular que le acompañara con la sublevación civil para el inicio de la lucha por la libertad.

Miranda había viajado antes a Washington a solicitar apoyo para su propósito liberador. En encuentro privado con el presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson, y su secretario de Estado, James Madison, se sabe que discretamente lo recibieron y apoyaron, para no transgredir abiertamente la disposición o Acto # 1794 que establecía la no participación de Estados Unidos en contra de algún reino o Estado que estuviera en condición de paz oficial con este país.

Contando ya 56 años de edad y con toda la experiencia del mundo en el que había luchado por la misma causa libertadora, y de defensa de los derechos del hombre en tres continentes ¡ese 1806 ondeó su sueño tricolor!, nuestro ahora tricolor en Venezuela, Colombia y Ecuador. Decide regresar a Londres a esperar mejores circunstancias del entorno. 

Miranda, respetado y conocido por sus ejecutorias y preparación intelectual, influyó en toda su generación e influirá inmortalmente en todas nuestras generaciones posteriores. Permaneció en Londres, desde donde formó grupos de discusión sobre su ideal o unidad de propósito para la preparación de la liberación de Suramérica. Allí acudieron en 1810 a pedirle se sumara a la conducción del movimiento de independencia: Bolívar, López Méndez y Bello. Dos años antes se habían iniciado esas circunstancias propicias que esperaba Miranda y que gracias a la toma en 1808 de España por  parte del poder de Napoleón Bonaparte, quien habiá colocado de regente a su hermano José Bonaparte, provocaba el rechazo de las colonias a ser pasadas de una esclavitud a otra.

Pueblo libertario de Venezuela: Carabobo nos reclama que actuemos. Carabobo es ejemplo y suma de fuerzas patriotas para combatir la tiranía, entonces la dominación española. Es la unión de las fuerzas de la Gran Colombia en contra del desprecio al ciudadano. El mismo que sostuvo la discriminación social y política de los nacidos en el territorio de las colonias españolas de América del Sur frente a los nacidos en la península española. Esa era la realidad del cambio geopolítico de aquella época. Hoy es el derecho a la libertad de trabajar y organizarse para producir. Libertad para pensar y para elegir. Hoy Carabobo es el derecho a la democracia y al respeto al patrimonio público.

Carabobo debe ser la unión de la familia de la auténtica Fuerza Armada libertadora de Venezuela junto al pueblo, para que defienda los derechos de la nación frente a las mafias del crimen que la ha secuestrado. Que ha tomado el Estado venezolano para favorecer intereses extraños a nuestra nación, como los de la tiranía castrocomunista que nos devora. Mafias con intereses de cúpulas de civiles politiqueros  en complicidad con altos mandos militares, que se dicen venezolanos y que son verdaderos corruptos que han robado a manos llenas el Tesoro Nacional y le han permitido al narcotráfico, violando su juramento militar de proteger a nuestro territorio, controlar zonas estretégicas de nuestras fronteras. Todo ello es contrario al honor militar y a nuestros derechos como familias libres, de bien; familias que queremos trabajar y vivir en paz. Es el momento de reflexionar y comunicarse, comando a comando, jóvenes oficiales libertarios. Deben preguntarse ya si se puede mantener por más tiempo esta debacle moral y social de un pueblo que sale en huida de su propio país, cuando antes en Carabobo demostró coraje y pundonor, saliendo del territorio luego de Carabobo, pero para liberar a otros pueblos.

La juventud venezolana muy mayoritariamente se ha expresado en las calles con valentía y sacrificando sus vidas por la libertad, ¡como en Carabobo! Te pregunto joven oficial venezolano ¿y tú qué harás? 

Termino asumiendo, y te pido que asumas las palabras de nuestro precursor Miranda:  “Muera la tiranía, viva la libertad» 

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