COLUMNISTA

Cambio político nacional

por Julio César Arreaza Julio César Arreaza

El 10 de enero de 2019 es una fecha potente cargada de significado y con efectos trascendentales para el país, es el final de un período presidencial y no tendremos presidente electo, porque no se realizaron las elecciones correspondientes a su tiempo, con garantías. La mamarrachada del 20-M fue una consulta gobiernera de yo contra yo, extemporánea y desconocida internamente e internacionalmente por burdamente fraudulenta. Quién se autoerigió como ganador es un colosal perdedor que es objeto de contundente rechazo mundial.

Volviendo al 10-E, insistimos que esta fecha cargada de contenido, en una dictadura como la que enfrentamos, no tiene valor en sí misma si los demócratas no hacemos cosas previamente para que suceda la gran aspiración de las mayorías, que es el cambio político nacional. No cabe esperar pasivamente la fecha para luego ver qué hacer, esto constituiría una equivocación. Desde ya corresponde actuar e ir ejecutando acciones conforme a una hoja de ruta consensuada, paso a paso, para que el cambio político se logre. Resulta urgente operacionalizar las acciones acordadas. Las cosas no sucederán si no actuamos resueltamente.

Nuestra principal falla reside en la ejecución de la estrategia. Tenemos que prever y abortar la concreción de insistentes rumores, que ojalá sean infundados, tales como este: “Se habla de un acuerdo con el régimen negociado por diputados de AD y UNT garantizando control de la AN presidida por Guaidó para que Maduro sea reconocido por la AN y en agosto se harían elecciones generales. En los dos primeros meses del año se nombraría CNE. ANC y TSJ quedan intactos”. Ya conocemos de sobra el hamponato gobernante que fue capaz de suspender el referéndum revocatorio y sacó de la copa de un sombrero mafioso la asamblea nacional constituyente –inconstitucional e ilegítima en su origen y desempeño. Estamos combatiendo a un régimen forajido que ha usurpado al pueblo su poder originario. Se enterrará más hondo la institucionalidad en el mes de enero si no ocurre la transición que convoque a elecciones.

Los demócratas del mundo no reconocerán a Maduro, sin la participación pulquérrima de la soberanía nacional mediante elecciones limpias.

Miramos complacidos el avance del proceso ante la Corte Penal Internacional, allí se procesa el primer caso del continente americano donde se le han presentado crímenes de lesa humanidad en el territorio de Venezuela desde el 12 de febrero de 2014, y el genocidio de un pueblo transido de hambre y sin acceso a un sistema de salud porque no existe. Incoan también la acción la República Argentina, Canadá, la República de Colombia, la República de Chile, la República del Paraguay y la República del Perú. 

¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!