La dama y el oso es la obra presentada por Joe Justiniano como parte de El viaje teatral, primera edición del Festival de Teatro de Noveles Directores, programado hasta el 1° de octubre en la sala Luis Peraza de Los Chaguaramos. Esta pieza publicada en 1959 fue escrita por Ida Gramcko, poeta, dramaturga, ensayista, narradora, cuentista y periodista venezolana, nacida en Puerto Cabello en 1924 y fallecida en Caracas en 1994, merecedora por su producción poética del Premio Nacional de Literatura 1977.
Dotada de un profundo sentido poético, La dama y el oso es una muestra del talento y la habilidad de su autora en el manejo de la palabra, combinando géneros y sugiriendo imágenes, símbolos y metáforas que le permiten trascender en su discurso narrativo con esta, su primera pieza teatral. Como una exploración del universo femenino puede entenderse este texto a través de la relación que en su inicio se establece entre la dama protagonista, su amigo el poeta y Bonifacio, el oso que repentinamente irrumpirá en escena, alterando la aparente tranquilidad de su vida.
Época de importante reflexión para el pensamiento feminista, la década de los cincuenta finalizaba con el impacto causado por Memorias de una joven formal (1958) de Simone de Beauvoir, como continuación de una obra a favor de la emancipación femenina que tuvo por parte de la autora francesa una atención destacada tras la aparición en 1949 de su ensayo El segundo sexo, considerado como el despegue intelectual de un movimiento que en los sesenta entraría en la llamada segunda ola con luchas por temas como la sexualidad, la familia y la reivindicación en el plano laboral entre otros aspectos.
Joe Justiniano asume el reto de adaptar La dama y el oso, saliendo airoso del intento, atrapando al espectador desde su entrada a la sala, con la visión de una escenografía que como un sobrio espacio interior se transforma en un gran útero, capaz de albergar el universo femenino de su protagonista, hasta verse irrumpido por lo masculino, con la llegada de un oso frontino (también conocido como andino y sudamericano), amigo del poeta. El oso es un mítico símbolo asociado como figura totémica con el poder, gracias a su particular combinación de valentía, paz, benevolencia, paciencia e incluso introspección, entre otros elementos.
Las telas que delimitan el espacio de la escena teatral lo convierten en una estructura orgánica capaz de jugar, entre luces y sombras, con las vivencias más íntimas y personales de la dama, que le llevarán a confrontar su espíritu, con lo humano y lo animal, en experiencias vinculadas a su desarrollo como persona, entre el amor y la pasión, desde su condición de mujer y madre.
Lya Bonilla es la encargada de interpretar a tan complejo personaje, asumiendo con audacia y entrega su desarrollo. A ella le acompañan Boris Paredes como el poeta, junto con Ricardo Lira, Oriana Álvarez y Miguel Suárez.
La puesta en escena se sustenta en la escenografía realizada por Joe Justiniano y Ricardo Lira, apoyada por la iluminación de Guillermo Díaz Yuma y la música original de Boris Paredes.
La dama y el oso podrá ser vista hasta el 17 de septiembre. El viernes la función será a las 6:30 pm, y el sábado y domingo a las 4:00 pm.