COLUMNISTA

AL CALOR DE LA BUTACA: La eternidad en un instante

por El Nacional El Nacional

Escrita en 1979 por José Ignacio Cabrujas, El día que me quieras se ha convertido no solamente en su obra más celebrada, sino, además, en referencia fundamental tanto del teatro venezolano como del latinoamericano.  Desde el montaje original realizado por su propio autor en el teatro Alberto de Paz y Mateos en 1979, han sido varias las veces que se ha representado en nuestro país, incluida la versión realizada en 2005 por Juan Carlos Gené, para el Grupo Actoral 80, a propósito de los 10 años de la muerte de Cabrujas (1937-1995).

El 21 de junio de 1935, Carlos Gardel vino a Caracas para presentarse en el teatro Principal, viajando luego hacia Medellín, donde fallecería pocos días después, el 24 de junio, como consecuencia de un accidente aéreo. En diciembre de ese mismo año moriría en Venezuela Juan Vicente Gómez, terminando con 27 años de dictadura en el país.

Ídolo mundial de la canción popular, Carlos Gardel llegaría a una ciudad provinciana, sumida bajo un duro gobierno, que recibía con algarabía la visita del célebre cantante, compositor y actor, figura máxima en la época del llamado “tango canción”. Sobre ese suceso, Cabrujas desarrolló esta obra, situada en el hogar de los Ancízar, que se convierte en el escenario al cual llegará Gardel para una doméstica visita de cortesía, al rato de concluir su aclamada presentación en el Principal.

Su llegada coincidirá con el estremecimiento causado en la familia por la decisión de María Luisa (Martha Estrada), la menor de las hermanas Ancízar, en abandonar su hogar para viajar a Ucrania, acompañando a su novio Pío Miranda (Héctor Manrique). Entre la utopía y la mentira, Pío la ha seducido haciéndola soñar con un mundo mejor, alterando la vida de su hermana mayor Elvira (una magnífica María Cristina Lozada), de su sobrina Matilde (Angélica Arteaga) y de su hermano Plácido (Juan Vicente Pérez).

La eternidad del recuerdo se posará en esa casa tras el instante en que Gardel sale de ella, acompañado por su fiel Lepera (Juan Carlos Ogando), marcando un antes y un después en la vida de la familia Ancízar.

Sócrates Serrano da vida al también llamado “morocho del abasto”, saliendo airoso en su caracterización ante el reto impuesto de asumir un personaje personificado antes por actores como Jean Carlo Simancas (su primer intérprete, retomándolo en unas funciones en 2013), a quien le siguieron Héctor Myerston, Gustavo Rodríguez, Karl Hoffman (en el montaje dirigido por Ibrahim Guerra para el teatro del Paraíso en 1996), hasta Iván Tamayo, quien lo representó a partir del año 2005.

Aún puede apreciarse, hasta el domingo 16 de abril en el teatro Trasnocho, este magnífico y atemporal texto que por encima de lo anecdótico retrata las alegrías y las frustraciones de unos inolvidables personajes en búsqueda de la felicidad o, al menos, de un sentido a la vida aún cuando ello pueda situarse en quiméricas ilusiones, ubicadas a kilómetros de distancia.

José Pisano

@jose_pisano