Un activo en una burbuja presenta una diferencia sustancial entre su precio actual en el mercado y su valor fundamental, con una dinámica caracterizada por un rápido, y a menudo acelerado, incremento del precio seguido, en algún momento, por un descenso precipitado y pronunciado.
En una entrevista que le hicieron el pasado mes de octubre, Richard Turnhill, estratega de BlackRock y, por tanto, el administrador de dinero más grande del mundo, afirmó que no posee bitcoins y que tampoco sabe cuál es su valor fundamental.
La entrevista incluyó predicciones alcistas sobre prácticamente toda clase de activos, con un último comentario negativo sobre el bitcoin. Turnhill dejó en claro que su posición se basa en la investigación: “Yo diría que las criptomonedas muestran muchas características de una burbuja en este momento, lo que significa que se han verificado incrementos de precios espectaculares. El argumento principal para comprar bitcoins es que los precios han subido y, por lo tanto, seguirán aumentando con el tiempo. Sin embargo, no existe un valor fundamental correcto o incorrecto para el bitcoin. Uno podría pensar ‘¿cuál es su valor fundamental?’ usted sabe, soy un inversor, me gusta pensar y tomar decisiones basadas en el valor fundamental de las acciones y no puedo responder cuál es el valor fundamental para el bitcoin o cualquier criptomoneda. Por ese motivo, no tengo bitcoins”.
A propósito, la posición de Turnhill no difiere de la expresada por Warren Buffet hace 3 años: “Aléjense del bitcoin, es básicamente un espejismo”.
Ahora bien, un trabajo reciente de Ken Alabi, PhD en Ingeniería y Computación, afirma que las redes blockchain parecen seguir la ley de Metcalfe (“Digital blockchain networks appear to be following Metcalfe’s Law”, Electronic Commerce Research and Applications, Volume 24, July-August 2017, págs. 23-29).
La ley de Metcalfe establece que el valor de una red es proporcional al cuadrado de la cantidad de usuarios. En su trabajo Alabi afirma: “Se demostró que el crecimiento en el valor de la red estaba relacionado con el número de direcciones únicas”. Esto concuerda intuitivamente con nuestra comprensión de cómo debería funcionar el valor del bitcoin; si usted amigo lector es el único titular de un bitcoin, no es muy valioso porque no hay nadie con quién intercambiar bienes, servicios y divisas; sin embargo, si muchas personas tienen bitcoins, entonces debería ser más valioso, ya que ahora habría muchas personas con quienes potencialmente materializar los intercambios.
Stephen Powaga, de ETF Momentum Investing, se apoya en el trabajo de Alabi para afirmar que en el nivel más básico, bitcoin es una red distribuida de pagos y, como todas las redes, debe estar sujeta a la ley de Metcalfe. Esta relación se ha observado en muchas industrias en las que una mayor adopción aumenta la utilidad general de la red, como el uso de Internet en Europa, el valor de Facebook y, más recientemente, el valor de la firma china Tencent Holdings.
Tom Lee, cofundador de FundStrat Global Advisors también se apalanca en el hallazgo de Alabi y afirma, en una entrevista que le hicieron el pasado 10 de noviembre: “Si construyes un sencillo modelo que valora al bitcoin como el cuadrado del número de usuarios multiplicado por el valor de transacción promedio, 94% del movimiento del bitcoin en los últimos cuatro años se explica con esa ecuación”. Aquí hay que aclarar que lo que Tom Lee hizo fue una regresión lineal múltiple con el precio del bitcoin como variable explicada y la dirección única y el volumen negociado, ambas como variables explicativas, obteniendo un coeficiente de determinación ajustado de 0,9446.
Volviendo a Powaga, este utiliza la métrica “precio a valor Metcalfe” (P/VM) para estudiar y comparar la evolución del bitcoin. La métrica recuerda la razón precio a valor libro utilizada en la valoración por múltiplos o “valoración relativa” tal y como la denomina Aswath Damodaran. Mientras más alto el valor de la relación P/VM, mayor es el precio que esperan los inversores para un mismo número de participantes en la red.
De lo anterior extraigo para ustedes, amigos lectores, dos conclusiones: una es que Powaga, con su métrica P/VM, encuentra que el valor actual de la misma es mucho menor que la burbuja previa de los años 2013/2014, con lo cual se puede concluir que la “burbuja” actual del bitcoin no es tan burbuja como parece.
La segunda es que el bitcoin no vale nada: lo que vale es la red.
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