Yo bogaba ansioso por las tardes acuáticas
Bajo los hechizos subyugantes de los crepúsculos
Fluviales de pretéritos enigmas
Los barcos melancólicos saludaban a los
Habitantes ribereños con lerdo desgano
Mientras surcaban la tela acuática a la luz de
La luna llena
Los aborígenes se reunían alrededor de las
Fogatas y danzaban sensuales al fragor de una
música antigua que embriagaba los sentidos
de quienes hacían ilegibles arabescos en el aire
prístino de la noche bulliciosa
Ebrios de teluria la bóveda celeste observaba
Los cuerpos henchidos de ávidas turgencias
Y golosas ansiedades de multiplicados pálpitos
Sudorosos
Las mentes febriles de los danzantes se
Entregaban a los extravíos de los espíritus
Enloquecidos cabalgando potros imaginarios
Desbocados sobre ardientes praderas de ígneos
Deseos y voluptuosas ansiedades nocturnas