Vamos para año y medio en hiperinflación, el poder adquisitivo del 90% de los venezolanos se encuentra prácticamente en cero, al punto de que ya el salario de nueve de cada diez trabajadores no le alcanza ni siquiera para alimentarse un día como debe ser.
Las cifras de Cáritas de Venezuela son alarmantes, la misma declara la emergencia humanitaria basada entre otras cifras en que el déficit de medicinas básicas ya está por el orden del 98%; alrededor de 4,5 millones de venezolanos comen una vez al día, la desnutrición infantil aumentó 25%, lo que coloca a unos 300 mil niños que pudieran morir de hambre.
Todo esto refleja, sin lugar a dudas, que la ayuda humanitaria sigue siendo prioridad, para la mayoría de los venezolanos.
Por ahora son más de 700 toneladas de medicinas, insumos médicos y suplementos nutricionales que esperan en Colombia, Brasil y Curazao para ser traídas y distribuidas entre los sectores más críticos de la población.
Ayuda que Nicolás y su combo han impedido, solo porque este apoyo ha sido iniciativa de los factores democráticos, de no reconocer y con ello darnos la razón a los que hemos pedido apoyo en ese sentido. Lamentablemente, mientras todo esto ocurre, día a día son más las personas que fallecen debido a la grave situación que están viviendo.
El gobierno sigue jugando al desgaste, a la desesperanza y desmovilización. De nuestro lado hemos puesto la ayuda como prioridad, entendiendo que quien sufre cada vez más es nuestro pueblo en medio de esta diatriba, por ello es que desde Unidad Visión Venezuela hacemos un llamado a revisar la estrategia, y por ende a evaluar lo que se ha venido haciendo y hacer los ajustes que sean necesarios, para poder lograr el cambio, de lo contrario corremos el riesgo de que la misma sea condenada al fracaso.
Mientras todo esto avanza a paso de vencedores, tenemos a la mayoría de los gobiernos que nos apoyan pidiendo elecciones: Grupo de Lima, Grupo de Contacto, Mike Pence y hasta el propio Almagro; claro que dichos comicios serían con nuevo Consejo Nacional Electoral y observación internacional; pero, además, casi la totalidad de los países rechazan una posible intervención militar por parte de Estados Unidos. El propio Elliot Abrams ha afirmado que Maduro sí puede salir del poder sin intervención. No es que la crisis se vaya a solucionar con elecciones, pero sí es una herramienta para continuar arrinconando al régimen.
Sé que muchos no estarán de acuerdo, pero antes de atacarme vean que es la propia comunidad internacional la que hace el planteamiento en cuestión, por lo que los ataques no tienen ningún sentido e incluso a veces resultan hasta sospechosas estas posiciones “radicales” de ciertos “opositores”. Sin embargo, prefiero pensar que la pasión, la emoción y las vísceras le nublan el entendimiento a este grupito.
Coincido con la doctora Adriana Morán (@NuevaTec47) en que la propuesta de una salida pacífica y democrática con apoyo internacional es una apuesta ganar-ganar para la oposición, pues desmontaría la única narrativa del régimen, que es la de una ofensiva violenta en su contra, y lo coloca en la posición de tener que dar una respuesta política.
A esto hay que sumarle que Donald Trump lleva más de un año diciendo que “todas las opciones están sobre la mesa”. Pero la realidad es que en esta etapa la comunidad internacional apuesta al aislamiento diplomático y al embargo económico para derrocar el régimen de Nicolás Maduro.
Por ahora el gobierno tiene una papa caliente, ya que Guaidó regresará y cualquier cosa que decidan hacer juega en su contra. Si lo detienen van a alborotar más el avispero nacional e internacional. Si no lo detienen, darán una nueva prueba de que no cumplen lo que ofrecen.
Finalizo diciéndole a la mayoría de los venezolanos que vamos bien. Son alrededor de 60 países los que nos apoyan, más de 80% de los venezolanos, pero además nos asiste la razón, con lo que no hay el menor motivo para ser pesimista o caer en la desesperanza. Vamos muy bien Venezuela. El cambio es irreversible.
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