Como pasa en todas partes, cuando se produce un apagón en una comunidad la vida se interrumpe.
En un contexto extremo de colapso de servicios y normalidad quebrantada, inducido y aprovechado por el régimen, se producen emergencias. Estas deben ser abordadas de inmediato, porque conciernen a aspectos fundamentales para la existencia de las personas.
Alimentación, salud, educación, transporte, son algunos de esos aspectos fundamentales que, al vulnerarse, afectan negativamente nuestro bienestar propio, el de nuestras familias, amigos, vecinos. Son aspectos que, al violentarse, generan efectos destructivos sobre nuestras comunidades, así como en la sociedad en la que nos desenvolvemos.
Para Alimenta la Solidaridad, un apagón interrumpe el acceso a insumos y genera mayores crisis de agua o de gas. Compromete la conservación de alimentos. Las madres involucradas en la organización y funcionamiento deben enfrentar estas crisis en los comedores al mismo tiempo que en sus propios hogares. Las redes de apoyo, afectadas igualmente por la emergencia, están sobresaturadas y más limitadas en sus capacidades de respuesta.
No podemos interrumpir las actividades. El almuerzo del programa significa para muchos niños la única comida del día. La continuidad de los almuerzos es vital en la contingencia de muchas familias frente a la crisis alimentaria que se vive. Este es un compromiso compartido por todos los involucrados en el programa.
Así, en medio de la emergencia, líderes locales ayudan a generar cadenas de transporte para el agua, involucrando a vecinos de distintas comunidades. En contacto con los comedores, logramos surtirnos. En algunos casos podemos ponernos en contacto con proveedores que nos incluyen en sus planes de contingencia. Debemos asegurar los suministros en medio de la incertidumbre de la restauración del servicio. En muchos comedores deberá prepararse más comida para atender la emergencia a personas de mayor vulnerabilidad en la comunidad, como las de la tercera edad.
Los almuerzos se producen, pero la actividad de las madres no se detiene. Deben enfrentar las próximas horas. Otra noche sin electricidad y sin saber si pueden pasar días así. El seguro agravamiento en la inestabilidad del servicio cuando este se restituya.
En este contexto extremo, las madres, y todos los involucrados en el comedor, volverán mañana para seguir asegurando el almuerzo de los niños. Un compromiso compartido a lo largo de la red de Alimenta en distintas comunidades del país. Un compromiso que involucra a más de 10.000 niños y a sus familias. Un compromiso que mantenemos en medio del apagón.
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