Con sus logros y derrotas la Mesa de la Unidad Democrática va para el análisis histórico. Soy Venezuela (SV) es el puente motivador que guía hacia la rebelión ciudadana, el “abc” para una bien articulada plataforma de base firme que reconstruya la democracia con AVC.
Es un artificio dañino comparar el actual proceso disidente venezolano con el mandelismo que acabó con un largo apartheid racista surafricano y con el político Solidaridad de Walesa que inició la caída del muro berlinés porque esos eventos finales fueron breves y resultado de una estrategia muy planificada sin tácticas dilatorias electoralistas, de calle ciega, diálogos y pactos fallidos del improvisado “como vaya viniendo vamos viendo” por nefastos veinte años.
Un exitoso gerente sabe construir su equipo sobre la selección de los mejores profesionales en cada sector de su negocio, detectando sin tregua mafias o delincuentes individuales. Las federaciones y cámaras de las áreas agrícola, pecuaria, minera, industrial, comercial y afines, hoy inoperantes bajo amenaza y chantaje militarista, pueden hallar por consenso al funcionario-eje, coordinador gerencial de esa competente coalición, dispuesto a dejar un relevo provisional en su propia compañía o consorcio para aportar su experiencia en la reconstrucción de la más importante empresa nacional hoy en quiebra: Venezuela. ¿Miedo a recibir los trillados adjetivos “patricio, derecha, oligarquía y etcéteras? ¿Con cuál autoridad moral atacan militares, tíos, militancia y constituyentes de la criminal narcotiranía castrochavista, ladrona de la riqueza nacional?
Sobre esa primera base adherir delegados por consenso de todos los sectores públicos y privados en salud, educación, trabajo, seguridad, transporte, comunicaciones, arte, ciencia más un Sanhedrín asesor de juristas y militares institucionales retirados que personalicen a sus colegas presos y exiliados. Algunos llaman “gabinete de sombra” esta manera de iniciar la desobediencia cívica constitucional, pero en verdad sería uno de luz legal, candela bajo control, imprescindible para liberar al país y a la región continental del incrustado cártel totalitario. Así recupera confianza activa la ciudadanía hoy sin ruta, brújula ni timonel.
Al mismo tiempo, la legítima Asamblea Nacional elige al nuevo CNE, la capacitada Súmate limpia con lupa al asqueroso registro electoral y los partidos políticos principales con el chiripero, todos sin doctrina ni masas a la vista, se modernizan en bloques reagrupados: liberal, conservador, izquierda democrática y los independientes con delegación también por acuerdo unitario. Es la taima para detener las vergonzosas peleas de tantos egos, dirigentes de poca gente, árboles sin raíz que ahora sí se adiestran para entrenar a la sociedad en el cumplimiento del constitucional 350. Las elecciones vienen por añadidura. Quien hoy se postula para cualquier cargo prostituye el sagrado voto y lo sabe.
¿Este plan es disparate, ridiculez, cuento chino y de abuelita? Puede que sí. Lo admito y pido disculpas por malgastar este privilegiado espacio periodístico. Sucedió que hace horas, en medio de ensoñaciones lúdicas y libidinosas, normales en la senectud, tuve una pesadilla. Atrapada en un laberinto cada minuto más alargado, grité por auxilio, y en tan alta voz, que despertaron también otros perdidos en el mismo atolladero. Y juntos, ahí mismito, encontramos la salida. Por sinrazones y pretextos, antes no la vimos.
Es que soñar cuesta mucho y se necesita compartirlo en AVC, o como quieran llamarla.
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