COLUMNISTA

Alejandro Andrade muestra la cultura de la corrupción del chavismo

por Antonio de la Cruz Antonio de la Cruz

Cuando Alejandro Andrade admitió la semana antepasada que había incurrido en lavado de dinero en Estados Unidos, declarándose culpable ante una corte del Distrito Sur de Florida por el cargo de conspiración para lavado de dinero al participar en esquemas de sobornos por más de mil millones de dólares, reveló la razón de ser del régimen que ha gobernado Venezuela los últimos 20 años. La corrupción como una práctica común del chavismo. 

Andrade viene de las filas del movimiento 4 de Febrero. Egresó de la Academia Militar en 1987, la misma promoción de Diosdado Cabello. Fue guardaespaldas de Hugo Chávez durante la campaña presidencial del año 1998 y secretario privado cuando obtuvo la presidencia.

A la sombra de Chávez, Andrade ascendió a cargos de alta responsabilidad como presidente de la Oficina Nacional del Tesoro (2007-2010) y del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, Bandes (2008-2010), entre otros.

Desde estas entidades, Andrade tejió una red con la complicidad de banqueros y corredores de bolsa a nivel nacional e internacional que le permitió la manipulación financiera de los papeles del Estado, notas estructuradas y bonos de la deuda externa de Argentina, Ecuador, Bolivia y Bielorrusia adquiridas por el gobierno bolivariano.

El esquema fraudulento consistía en obtener un alto spread en la operación –Bandes vendía barato y compraba caro los mismos papeles–, dejando altas ganancias que se repartían entre los implicados (50% recibió Andrade en el caso del juez federal Robin L. Rosenberg).

Este formato ha sido también utilizado por el sistema cambiario, Cadivi, a través del cual se importaban con dólares preferenciales alimentos y medicinas con sobrefacturación, dejando un alto margen de ganancias a repartir entre los involucrados. A tal punto que en 2009, los contenedores cargados de comida se deterioraban en los almacenes fiscales. Tal era la industria de la corrupción  que la estatal petrolera Pdvsa entró en el manejo de la importación de alimentos.

De acuerdo con Jorge Giordani y Héctor Navarro, quedaron por este mecanismo 300.000 millones de dólares en manos de la corrupción durante el período 2003-2013.

Por lo tanto, la gran promesa de Chávez de acabar con la corrupción adeco-copeyana durante 40 años de gobiernos era falsa. Su régimen la llevó a una escala mayor, porque fue el gran saqueo de las divisas del país sin importar las consecuencias, el colapso socioeconómico de Venezuela.

Según el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue, el costo de la corrupción en México equivale a 10% de su producto interno bruto. Un monto correspondiente a 110.000 millones de dólares en 2017.

Asimismo, el Índice de la Percepción de la Corrupción 2017 de Transparency International coloca a México y Venezuela en los últimos lugares de la lista de 180 países, 135 y 169 respectivamente. Por lo que se puede derivar que el costo de la corrupción en Venezuela durante las administraciones de Chávez-Maduro han estado entre 15%-20% PIB, equivalente a 35.000 millones de dólares en 2017, para un total de 610.000 millones de dólares para el período 2002-2017.

Por lo tanto, Andrade expone la cultura de la corrupción de la revolución bolivariana. Otra muestra es Claudia Díaz, también ex tesorera de la nación durante los años 2011-2013, quien amasó una fortuna al estilo de Andrade. Y así, se podría seguir exhibiendo el entorno de Chávez y Maduro.

Además, Andrade amenaza la imagen de Chávez de redentor de los pobres y espadachín de la justicia, acabando con la corrupción de los adecos y copeyanos, porque Andrade conoce los secretos del propio Chávez. A tal punto que sabía que no había una revolución, ni una ideología del socialismo del siglo XXI, por lo que Andrade venía colaborando con una de las agencias de Estados Unidos desde que formaba parte del régimen. Su error fue creer que era más vivo que los demás. Resultó ser que varios de los co-conspiradores, enjuiciados en Estados Unidos, lo señalaron como el “dueño de la lavandería”, sin que Andrade lo hubiese comunicado oportunamente a las autoridades estadounidenses. 

Diosdado Cabello sabe el impacto de Andrade al demostrar la corrupción chavista. De la misma forma que lo hizo Marcelo Odebrecht en Brasil con los gobiernos de Lula y Dilma. Por ello, Cabello se desmarcó del ex tesorero hace 6 días. Dijo: “La revolución fue lastimada por Andrade”. ¿Cuál revolución? Lo que hay en Venezuela es un Estado mafioso corrupto. Y la corrupción ha tenido un enfoque sistémico con Chávez y Maduro, administrando las arcas de la nación.

En conclusión, Andrade ha sido uno de los máximos exponentes de la cultura corrupta chavista. Por ello su importancia para escudriñar las coimas pagadas por más de 600.000 millones de dólares, el costo total de la corrupción hasta 2017 en Venezuela.