COLUMNISTA

Advertencias y amenazas

por Mitzy Capriles de Ledezma Mitzy Capriles de Ledezma

Mucho tiempo ha transcurrido desde que se advirtió al mundo la amenaza representada por el régimen que encabezaba Hugo Chávez Frías en Venezuela. Antes de asumir el poder por la vía constitucional ya Chávez había dado señales de su auténtico talante. Era un golpista écontumaz. Las pruebas las dejó en sus correrías conspirativas en los pasillos de la escuela militar y entre las paredes del Museo Militar de Caracas. Eso fue público y notorio. Todo el mundo estaba advertido de que ese personaje solo usaría las virtudes de la democracia para escalar a la cúspide del poder a la que no pudo treparse por el rumbo sinuoso del golpismo.

También estaba advertido el mundo de las relaciones de Chávez y ahora de Maduro con los movimientos narcoguerrilleros que operan en Colombia. Inolvidable aquel discurso de Chávez en el propio parlamento venezolano pidiendo que se le otorgara rango beligerante al jefe de la FARC Manuel Marulanda, al que hasta una estatua le erigieron en la parroquia caraqueña del 23 de Enero.

Todavía circulan por las redes sociales las tenidas de Chávez, continuadas por Nicolás Maduro, con los jefes de los movimientos de Irán. Son prolijos los entendimientos para que se instalaran en Venezuela con sus armas, para que exploten irregularmente el Arco Minero y ahora, según declaraciones de Maduro, saldrán miles de adolescentes venezolanos con destino a Teherán para ser “formados y capacitados”. ¡Que Dios nos agarre confesados!

Los intercambios militares con Rusia han llegado al extremo que sobrepasa la simple operación de compra-venta de todo tipo de equipos bélicos. Ahora se hacen en territorio nacional juegos de entrenamiento en el que participan delegaciones de militares rusos con los criollos.

Al lado de las advertencias no han faltado las amenazas. Chávez y ahora Maduro juraron derrumbar esos imperios. Por eso justifican sus tropelías con el mundanal negocio de las drogas, aduciendo que todo se vale a la hora de atacar esos poderes imperiales. Venezuela es una amenaza tal cual, como está ahora, buena parte de nuestro territorio, convertido en pasto fácil de los carteles de drogas que se apoderan de espacios en los estados Zulia, Apure, Táchira y Amazonas. Desde esos lares lo que sale son cargamentos de cocaína y marihuana.

Como consecuencia de esa tragedia se anunciaron la puesta en práctica de un cerco antinarcóticos, se publicaron anuncios ofreciendo recompensas por la captura de altos funcionarios que junto a Maduro están solicitados por organismos judiciales y policiales y se activaron innumerables sanciones a decenas de integrantes de esa amplia red de tropelías y corruptelas.

Al día de hoy, lo cierto es que Maduro siente que se puede burlar de todos esos procedimientos, se carcajea de la risa recibiendo a delegados de la Casa Blanca y entretiene a dirigentes de la llamada oposición en un supuesto juego electoralista. En México se desarrolla un sainete de diálogo del que solo saca provecho el propio dictador venezolano. Sin embargo, las declaraciones del senador estadounidense Bob Menéndez le salen al paso advirtiéndole que las amenazas van en serio, porque para proteger las democracias se hará indispensable promover las diligencias pertinentes e implementar los mecanismos existentes para evitar males mayores.