Los exmovimientos guerrilleros de la izquierda sesentosa en nuestros países de Latinoamérica han mutado. Se han transformado en híbridos, electorales-subversivos, armados y “aparentemente no armados” con grupos de choque que, entrelazándose, actúan hoy en Colombia, como lo hiciera y harán en cualquier otro de nuestros países, para desestabilizar las democracias de la región. Imponen una agenda de infiltración y vandalización de protestas como mecanismo de intimidación para colocar en jaque a los gobiernos temporales de la democracia continental (recuérdense acontecimientos del actual Chile de Piñera). Preparan el terreno para forzar victorias electorales, bajo claudicantes democracias que hablan de diálogos y negociaciones poniendo principios de libertad y democracia en riesgo, y que son absolutamente irrenunciables frente al crimen organizado.
Ha quedado suficientemente demostrado ante el mundo la participación directa de agentes pagados por la organización criminal transnacional de narcos, que negocian con sujetos como Nicolás Maduro en Venezuela. La jefatura continental de estas mafias transnacionales tienen “gerencia política y administración financiera” operando desde Cuba, y desde hace muchos años. Tienen cómplices en Europa que, manipulando la otrora socialdemocracia socialista y propositiva de gobiernos legítimos para la alternancia democrática, han llegado hasta a manipular al Vaticano para su movimiento de fondos criminales de lavado de capitales y otras “menudencias”.
Con base en la mayoría absoluta de diputados que conformaron la legítima Asamblea Nacional de la República Bolivariana (electa diciembre de 2015 con 112 diputados de los 167 del total) y conforme a la constitución promulgada el 24 de marzo del año 2000, nuevos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia fueron designados en 2017. Luego recordamos que estos magistrados tuvieron que huir al exilio, logrando instalarse un TSJ legítimo, y con apoyo de la Organización de Estados Americanos, OEA, en Washington, ese mismo año 2017.
Gracias a Colombia, y a su Senado, en 2018 se logró juzgar desde Bogotá, y en histórica jornada de lucha por la justicia y por la libertad en la región, a Nicolás Maduro Moros; sentenciándole a cumplir condena de dieciocho (18) años y tres (3) meses de prisión, por encontrarlo culpable de los delitos de “corrupción propia y legitimación de capitales”.
Hoy es de nuestra mayor responsabilidad alertar al mundo sobre las continuas actuaciones encubiertas de agentes del narcotráfico y del narcolavado que, bajo la fachada de pertenecer a grupos de discusión política como el Foro de Sao Paulo, por ejemplo, han creado mecanismos de financiación y “negociación” que les facilitan mediante dicho “crimen organizado” la desestabilización de nuestras democracias, debido tristemente a las inconsistencias de seudolíderes políticos que han traicionado la “voluntad popular” al entregar la lucha para supuestamente seguir “por otros medios”. Entre tanto, la participación activa de disidentes de las seudo “Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia”, FARC, y del seudo “Ejercito de Liberación Nacional”, ELN, constituyen una amenaza en acción permanente a la seguridad y a la paz hemisférica.
A través de este medio El Nacional, que persiste consistentemente pese al acecho de sujetos vinculados al narcotráfico y lavado internacional de capitales, en defensa de la libertad de expresión, la libertad en general y la democracia, nuestra Cátedra Internacional por la Libertad “Francisco de Miranda”, interpretando el sentir de dos pueblos hermanos, el venezolano y el colombiano, reitera expresamente su imperecedero agradecimiento por la acogida y solidario tratamiento humanitario que ha tenido el pueblo colombiano bajo el gobierno del señor presidente Iván Duque Márquez, su parlamento, Poder Judicial, es decir toda la nación y Estado colombiano, con los millones de personas de nacionalidad venezolana, colombiana de regreso a Colombia, y de multiplicidad de países antes residentes en paz de una Venezuela de la que han tenido que huir hacia el territorio de su hermana Colombia debido a la destrucción de la democracia venezolana y de sus instituciones. ¡No lo permitas tú, Colombia!
CátedraInternacionalLibertad@gmail.com / @gonzalezdelcas.