OPINIÓN

Colaboracionistas

por Carlos Malo de Molina Carlos Malo de Molina

Oliver Stone defiende la actuación de Putin: «Él solo quiere proteger a su pueblo»

En el día 66 de la invasión, los medios de comunicación se han desppueblo»ertado más optimistas con Ucrania y más pesimistas con Rusia. El diario El Mundo en uno de sus principales artículos escrito por Alberto Rojas lo titula “Rusia se desangra en su segunda fase de la guerra. Moscú logra un avance pírrico en el Donbas a costa de grandes pérdidas humanas y materiales mientras Ucrania se rearma desde Occidente”. Menciona importantes detenciones, fusilamientos de soldados por intento de huida y enfrentamientos que califica de fuego amigo entre el ejército ruso y grupos separatistas prorrusos, como ocurrió en la ciudad de Nova Kajovka. Los ucranianos ceden terreno lentamente de forma táctica y ordenada, causando importantes daños a los rusos “y volviendo a fortificarse unos kilómetros más allá”, aprovechándose de bosques y zonas urbanas donde actúan más eficazmente en forma de guerrilla.

Desde el punto de vista militar la actuación del ejército de Putin es inadecuada y puede llevar a su segunda derrota en poco tiempo, la primera fue en Kiev donde tuvieron que retirarse. Según pasa el tiempo el ejército ruso está peor en eficacia, inteligencia y resultados y el ucraniano cada vez mejor, con potente futuro, con la llegada de bastante más armamento, gracias al importante apoyo, logístico, de adiestramiento, inteligencia y satelital aportado por Occidente. Como hemos dicho muchas veces, Occidente está detrás de las fronteras rusas y de Ucrania, pero cada vez más activo, motivado y asertivo. Los ucranianos cada vez piensan más en la victoria, se sienten más seguros y apoyados por Occidente. Los soldados rusos van en sentido contrario con deserciones, fusilamientos y enfrentamientos entre ellos. El tiempo corre a favor de Ucrania.

La idea, incluso votada en el Parlamento Europeo, es cortar el consumo de gas y petróleo ruso, cuando Putin, en una jugada de farol, corta el gas a Polonia y Bulgaria tirándose un tiro en los pies, pues lo único que puede es favorecer el necesario corte total de hidrocarburos de la Unión Europea con Rusia. No entiendo muy bien el papel de algunos periodistas y medios de comunicación resaltando como éxito de Putin el corte de gas por parte de Rusia y como grave problema para la Unión Europea. Solo es explicable por el colaboracionismo o por hacer de tontos útiles o tal vez una mezcla de ambas razones. Como ya he comentado reiteradamente, en esta invasión es fundamental más armas, más apoyo y cortar con los hidrocarburos de Rusia. Esto último debería ser de inmediato, definitivo e irreversible para posibilitar la transición energética tan útil, necesaria y beneficiosa para Europa y el mundo y no favorecer al clan de países tramposos cuyo pilar fundamental es Putin.

El colaboracionismo, en política y socialmente, es la práctica de colaborar con poderes opresivos, liberticidas e injustos, generalmente asesinos y criminales. Se utiliza fundamentalmente en las invasiones de un país a otro.

Por lo tanto, es de libro que todo aquel que de alguna manera apoye o ensalce sin razón a un invasor es un colaboracionista. Tenemos el ejemplo de Oliver Stone ensalzando a Putin. Es evidente que Hitler, Stalin y Putin son tres peligrosos monstruos, criminales de nuestra historia ideológicamente extremistas, liberticidas, fuera de la pirámide de la libertad, invasores, nacionalistas e imperialistas.

Son también colaboracionistas los 25 firmantes venezolanos de la carta dirigida a Biden saliendo en defensa y protección del dictador y liberticida Maduro, sus firmantes fueron: Luis Vicente León, Pablo Zambrano, Ricardo Cussano, Mariela Ramírez, Feliciano Reyna, Alejandro Sucre, Alfredo Padilla, Andrés Rojas, Blanca Vera Azaf, Francisco Rodríguez, Jorge Botti, Jorge Makriniotis, José Guerra, José Gil Yepes, José Manuel Puente, Juan Ernesto Aguilera, Leida León, Luis Oliveros, Manuel Sutherland, Marianela Herrera, Michael Penfold, Rafael Quiroz, Reinaldo Quintero y Víctor Álvarez.

En general, los colaboracionistas apoyan facilitar o ensalzar al dictador por intereses, negocios o prebendas. En relación con Venezuela también debemos mencionar al expresidente de España Zapatero, uno de los mayores defensores internacionales de Maduro y de su estructura política.

Relacionado con la invasión de Ucrania, los peores colaboracionistas son los que presionan y defienden a ultranza un pacto entre Rusia y Ucrania rápido y en beneficio de Putin, mientras las armas rusas machacan y violan a Ucrania, torturando, asesinando y destruyendo el país. Son demasiados los que hasta hace unos días defendían que había que darle a Rusia la región del Donbas, además de consolidar la de Crimea.

Volvamos a nuestro símil de la violación del niño o la mujer. No podemos decirle que se pongan a negociar entre ellos y menos aún decir está bien señor violador termine su violación, siga usted violando a esa mujer o a ese niño, pero no violé a nadie más, quédese con su casa y propiedades, pero no avance más, si acaso delimite por ahora la zona ocupada y haga usted lo que quiera. Una total aberración inhumana y criminal de lesa humanidad.  Entre un criminal violador y una víctima no cabe negociación sino ayudar a la víctima, contener y parar al violador para después castigarle, penalizarlo y exigir compensaciones. Es verdad que no siempre podemos imponer lo más justo, pero siempre debemos intentarlo.

No debemos ni podemos mirar para otra parte con total tranquilidad y desatender por intereses particulares, económicos, políticos o de país. Con esta actitud hacemos mucho daño a terceros directamente como es el caso del pueblo de Ucrania, pero también a otros, como sus vecinos que se ven en peligro a corto plazo como los países bálticos, Finlandia, Polonia, Moldavia, Bulgaria y otros, para después, como pasó con Hitler, que toda Europa se encontró con los nazis en su frontera a punto de iniciar su siguiente invasión.

Este es mi 23 artículo o capítulo del diario político de la invasión en el que trato de analizar la guerra a partir de la realidad y los conceptos filosóficos-políticos. Siempre vi lo que está sucediendo prácticamente en casi todo, todos los demás analistas no lo percibieron así, poco a poco se van adaptando, tampoco desde Occidente, ni la Unión Europea ni Estados Unidos. Ahora pienso que sí, siempre dije que esta guerra provocada por la invasión se podría ganar con el apoyo de Occidente desde la retaguardia, así está ocurriendo. Ahora con más ánimo y convicción, disculpadme que me repita, siempre que desde Occidente no les traicionemos. Hay quien a veces me dice que soy un gurú o adivino, nada de eso, solo leo los hechos desde el punto realista de los datos históricos y actuales y de conceptos filosóficos políticos.

Debemos tener claros los objetivos, Ucrania, con el apoyo del mundo va a ganar la guerra, Rusia la va a perder, los países gamberros se debilitarán y ganará la democracia y las libertades en el mundo. Esto último será un paso pequeño pero muy importante.

En la medida de que Putin vea que empieza a perder aumentará su agresividad de todo tipo, incluyendo sus amenazas, no creo que las pueda cumplir, en el caso de que haga algo, él y su país perderán mucho más.

Todo el mundo puede amenazar, es prácticamente gratis, puede que un loco o un tonto llegue a materializar parte de sus amenazas, no por ello debemos aceptar sus chantajes porque hacen demasiado daño, son criminales e injustos, lejos de asegurar nuestro futuro, lo dañan y lo hacen mucho más difícil y peligroso. La última amenaza de Putin a través de la televisión estatal rusa es anunciar que pueden atacar las principales ciudades europeas, tardaría, según ellos, 200 segundos, poco más de 3 minutos después del lanzamiento de misiles desde Kaliningrado. Según ellos podrían destruir Berlín en 106 segundos y París en 202 segundos.

Si cedemos a su chantaje, seremos sus esclavos, si no seremos ciudadanos libres y democráticos. Evidentemente es un farol, globalmente imposible de que se pueda producir, pero no cabe duda de que a nadie le interesa un conflicto del tipo del que amenaza el nazi Putin. No por ello debemos ceder un centímetro de lo que ya se está haciendo en defensa de Ucrania, su pueblo, Europa, el mundo y la libertad y la democracia. El incremento de sus brutales amenazas es un claro síntoma de que las cosas están mucho peor para él y para Rusia de lo que imaginaba y de lo que en Occidente pensábamos. La guerra la vamos ganando y como sea la tenemos que ganar.

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