OPINIÓN

Coexistencia pacífica

por Albert Geovo Albert Geovo

Nixon, Eisenhower y khrushchev

El tema a abordar, está vez, será el de la cohabitación, asunto que ha sido clave para entender todo el desarrollo de los últimos acontecimientos tanto del siglo XX como del presente.

Existe esa perspectiva, paradójica de negar u omitir hechos que marcan precedentes, sin querer, queriendo despintar, hasta de manera altanera, acontecimientos a lo largo de toda la historia de la humanidad donde los “malos” y los “buenos” de la “realidad o ficción” del orden establecido, son actores del mismo guión, sin caer en frases panfletarias de Los Protocolos de los Sabios de Sion se va a mencionar a Shakespeare en la comedia Como Gustéis de aquella metáfora de visión barroca, que reza así  “El mundo es un escenario, y todos los hombres y mujeres son meros actores, tienen sus salidas y sus entradas; y un hombre puede representar muchos papeles”.

La convivencia entre ambos lados, la han calificado, muchas veces, traición, pero está muy lejos de ser aquello, ya que precisamente la coexistencia pacífica, es la suma de mayor obediencia que se tiene con el pacto histórico de erigir un orden social de carácter totalitario y globalista o divino, sobre toda las naciones, sin distinción de raza, sexo, color, ideología, religión, creencias, entre otras cualidades que identifiquen a las personas.

Afrontar este tema, desde la misma cosmovisión de Occidente, puede permitir una visión desprejuiciada para ver la realidad, tal cual es y, no como quieren interpretarla. Por ejemplo, cuando revisamos el manual, nos damos cuenta que El Creador, no está solo en su reino, sino que allá están sus hijos, los ángeles, son estos, los que participan en la creación, desde ese reino celestial, en donde suceden las primeras manifestaciones de coexistencia pacífica, por  parte del creador con las desavenencias de aquel ángel, lleno de soberbia; está escrito que era el más bello y especial entre todos los demás. El cual, como acuerdo, es echado a la tierra con toda su compañía.

Cabe recordar que en el Libro de Job aparece Lucifer o Satán, el cual entra y sale del reino divino para solicitarle al Artista de la Gran Obra, fustigar a Job para que reniegue del Creador; haciéndoles perder sus bienes patrimoniales e incluso hijos y hasta enfermando.

Poniendo los pies en la tierra y dejando atrás las genealogías, se abordarán unas escenas dentro de la realidad o ficción que representa la historia, se puede apreciar situaciones de coexistencia entre los diferentes actores, por ejemplo, aún no todo está dicho, con respecto a la Independencia de las Colonias de Norte América y de la América Hispana.

En la primera participa el Imperio Español y la Corona Francesa, prestando ejércitos y financiamiento para el logro de la independencia de las Trece Colonias; la respuesta del Imperio Ingles fue precisamente la misma, casi de forma inmediata, financiar y apertrechar a un séquito de jóvenes, involucrado en las logias patrióticas, para destronar la corona, primeramente la francesa en 1789 con el grupo llamado los Jacobinos y luego las colonias españolas de sus territorios de América, que eran, las que mayores ingresos generaban a las monarquías europeas.

Fue a comienzos del siglo XX, el derribo de más de 300 años de dominio de los zares, al pueblo moscovita, familia que tiene lazos estrechos con todas las monarquías europeas, como ese gran vástago de las principales casas reales, como lo fueron las Austrias, casi de forma paralela en esa época se da la Revolución mexicana, como parte de las revoluciones ese nuevo orden mundial.

A pesar de que, en el reemplazo de la Rusia zarista, viene con destierro, homicidio para no dejar rastro de línea de sangre real, además de genocidio incluido, por parte y en manos del grupo, bolchevique, entre otras facciones comunistas y social demócratas, que el abanderado Vladimir Lenin lidera como cara visible de este nuevo trato social que en palabras del presidente de Estados Unidos apodado Teddy sería el gobierno invisible.

Gobierno invisible, donde la propuesta de Lenin  “paz, pan y tierra”, está muy distante de lo que son estos instrumentos ideológicos de gobernanza global, donde no existe paz, tampoco el pan, y mucho menos la tierra, sino que, todo pasa a ser controlado desde un buró o cerebro central, a las anchas de una burocracia voraz de toda riqueza, incluyendo la más preciada que es la espiritualidad y la inteligencia humana.

Con este actor político del siglo XX todos los demás histriones de la ficción colectivista; coinciden los estudiosos de la narrativa histórica, concluyendo que fueron: líderes prodigios, brillantes, mesías, héroes, milagros de la historia en como lograron imponerse contra todos los obstáculos y pronósticos.

Cuando al final de cuenta, son solo actores puestos en la escena con un fin específico, la de arrasar pueblos enteros de todos sus recursos, incluidos los humanos, a través de la hambruna, éxodo y genocidio al que someten a estos pueblos.

En pocas palabras todo un plan bien organizado de despojo de la riqueza de las naciones, a través del instrumento conductriz que representa la ideología colectivista en la sociedad.

No obstante, ¿cómo se explica, que no fuera detenido por las potencias europeas, entre esas, la de su primo Jorge V, rey de Inglaterra, el levantamiento de Lenin con el homicidio de la familia de los zares?

En época más próxima, ¿el levantamiento de un muro en Berlín, para dividir los territorios en Occidente de la dictadura totalitaria con licencia de exportación, en contraposición de una “sociedad libre” heredera de las tradiciones de paz y libertad de Occidente?

Otro ejemplo ¿la financiación y equipamiento por parte del gobierno de Estados Unidos e incluso, la puesta de tropas en apoyo a la guerrilla cubana, liderada por Castro, contra el gobierno de Batista? ¿O la misma guerrilla colombiana con más de 60 años de prédica comunista y que hoy se les premia con curules en el Congreso y la posible toma del poder por vías democráticas?

¿O las injusticias contra la población china, que hasta la Iglesia romana, viene olvidándose de sus fieles ante el derrumbe de los templos cristianos? ¿O el atropello que viene sucediendo con la nación de Venezuela por más de dos décadas, ante la pasividad de Occidente? que además era una historia cantada desde los años cincuenta con el derrocamiento del régimen de Pérez Jiménez; la razón es la coexistencia pacífica de los organismos internacionales, con disidencia controlada, cooperantes del sistema globalista que cada vez más se extienden por toda la tierra.

¿Qué pensar del África con la opresión de más de 600 años que se ha cometido con esas naciones, acaso no hay coexistencia pacífica? ¿O el apartheid que vivieron los de raza negra hasta la década de los sesenta en Estados Unidos y que también es de historia reciente en Suráfrica, luego de que elevaran a Mandela con apoyo de la ex URSS? ¿O el mismo Gandhi en la India con aquella frase de la violencia pacífica, el cual, logra vencer al Imperio Británico y establecer un Nuevo Trato, entre ambas naciones? ¿O hace nada, la retirada de Afganistán, o las guerrillas del grupo Boko Haram ante el saqueo de las riquezas de Nigeria?

Por ejemplo, hoy denuncian por todos los medios, un mismo programa sanitario, como una prueba más de los miles de ejemplos, en el área educativa, económica, filosófica, social,  en el mundo con dos propósitos: el primero es de un régimen totalitario global; segundo de una libertad condicionada.

A manera de conclusión, resulta perspicaz que «un acto de amor» sea puesto en marcha, tanto en los regímenes tiránicos, dictatoriales y totalitarios, con los mismos protocolos, normativas, sugestión y persuasión, que en los sistemas democráticos más libres, mientras que tenemos un grueso de expertos, y verificadores de consciencia, de ambos lados, opinando de otros temas sempiternos como el del cambio climático, la corrupción, entre otros.