La palabra “avariciaflación” la leí por allí en un periódico, para referirse a la inflación que sufre el mundo como consecuencia de la especulación de las grandes empresas que impulsan la subida de los precios, según un estudio elaborado por los centros de pensamiento (think tanks), IPPR (Instituto de Investigación de Políticas Públicas) y Common Wealth (Bien Común) del Reino Unido.
La palabra más adecuada es la codicia, y por extensión la “codiciaflación”, pues la primera, la avaricia, es una obsesión por poseer bienes y atesorar cosas, mientras la codicia se refiere al enriquecimiento excesivo, sin medidas, aún a costa de los daños que pueda causar, como esta de los grandes monopolios que no tienen reparos en dañar la salud de la gente y de la naturaleza por su afán de lucro.
Justamente son las grandes empresas de la energía, la alimentación y las farmacéuticas las que aparecen en estos informes como las principales responsables de este crecimiento reciente de la inflación. Ya se sabe cómo la pandemia de COVID-19 empobreció al mundo, pero incrementó las ganancias de las empresas fabricantes de vacunas e insumos para su control. Tanto así que el propio gobierno de Estados Unidos está tratando de intervenir para controlar los excesos en los precios de los medicamentos.
El informe cita que entre las empresas que más aumentaron sus ganancias con respecto al promedio prepandemia se encuentran la ExxonMobil, Shell, Glencore, Archer-Daniels-Midland, Kraft Heinz, Bunge, Cargill, Dreyfus y Río Tinto. Son empresas petroleras, mineras, productoras de insumos para la agricultura y la agroindustria, productos alimenticios que dominan amplios sectores de la economía mundial. Coca Cola ganó este año 21% más que en 2022 y parecidos resultados anuncia PepsiCo, todo a costa de producir gaseosas y snacks dañinos para la salud, igual que sus contaminantes envases.
“El análisis de las cuentas financieras de muchas de las empresas más grandes del Reino Unido encontró que las ganancias superaron con creces los aumentos de los costos, lo que ayudó a elevar la inflación el año pasado a niveles no vistos desde principios de los años 1980”. Situación similar es la de las empresas de Estados Unidos, Alemania, Brasil y Suráfrica, en los sectores tecnológico, las telecomunicaciones y la industria bancaria. También impulsaron importantes aumentos de precios que elevaron sus márgenes de beneficio Philip Morris y British American Tobacco saben que el tabaco y los cigarrillos electrónicos están haciendo desastres en adultos y adolescentes; sin embargo, su publicidad es muy agresiva para incrementar su consumo.
En la situación en OpenAI, la empresa creadora del chatbot de inteligencia artificial ChatGPT con el despido del cofundador y director ejecutivo Sam Altman y su regreso, ilustran la carrera entre la ética y el dinero. OpenAI se fundó como una organización sin fines de lucro, pero empezó a ganar mucho dinero y entre la codicia y la ética, claramente ganó la codicia. Otra situación muy ilustrativa es la Cumbre del Clima COP28 que se celebra en Dubái, en manos de los petroleros, justamente los mayores responsables del calentamiento global.
Esta danza de millones la pagamos todos, junto a todo el sistema natural, para que unos monopolios se hagan más y más ricos, en una carrera por la codicia a la que nadie pone freno.