Durante las ultimas décadas se ha visto la eclosión de poblaciones enteras de naciones ricas en minerales y agricultura del mundo hacia economías más sustentables debido a la industria y a sus políticas.
Lo que no se esperaba por parte de los Estados fundados en el Modelo de Bienestar, receptores de éxodos masivos de estas naciones vulnerables, por los recursos, era que las economías receptoras no dan abasto a la masa de trabajadores existentes en las naciones mencionadas.
Esto ha producido un sufrimiento incalculable, que afecta a todos los implicados en las relaciones económicas y sociales entre las naciones, donde no hay nadie que escape al dolor de los miles de millones de familias rotas que componen en unidad, sin mencionar al daño emocional que viene causando en toda la tierra, con el paradójico lema, de fronteras abiertas.
Sin embargo, el sistema económico implementado durante décadas de éxodos, se piensa que siglos, de tragedia incalculable en términos económicos y humanos, alberga en su interior pura maldad de un modelo que lo toca todo, hasta las fibras más sensibles del ser humano.
Del mismo modo, pretender agregar la migración en la agenda mundial, es centrarse en los resultados de políticas dirigistas hacia las economías por parte del sistema de administración del Estado, que no son sostenibles de ningún modo; la solución es centrarse en las causas que descansan, precisamente, en la planificación estatal de la economía.
Se quería un sistema unificado, entiéndase global, pues bien, ya se tiene en los ámbitos económico sociales, científicos, militares, políticos y sanitarios, en especial lo que concierne al mundo del trabajo, sólo que este modelo viene cargado de tal control, que vulnera la libertad de las personas y la libre contratación, haciendo cada vez más engorroso las relaciones de trabajo, por los costos fiscales que esto implica, así pues, pretender una unidad de naciones para sucumbir al control global, no resulta apetecible para nadie.
De ahí que lo medular, de toda la trama, es que siendo las personas extranjeras sujetos de derecho, no cuenten con las garantías propias del sistema de seguridad social del modelo de Estado de Bienestar, cosa que los coloca en una situación de máxima vulnerabilidad, ante no sólo el sistema de contratación oficial, sino ante cualquier carácter de contratación maníaco e inescrupuloso que aflore en las relaciones de trabajo, rebajando a las personas al nivel de la esclavitud de tiempos pasados.
De ahí que el modelo de Estado de Bienestar no posea todas las garantías, dado que existe una gran masa de trabajadores desprotegidos por el sistema de los gobiernos. A pesar de que una cantidad importante de extranjeros son cotizantes soporte del Modelo de Bienestar a través del Sistema de Seguridad Social, existe otra cantidad mayoritaria de extranjeros que está parcialmente fuera de los beneficios del sistema. Es decir, se coloca a las personas en una condición de ciudadanos de segunda e incluso tercera o más baja categoría, violando el principio de igualdad del cual se jacta el sistema.
Donde el Derecho de Gentes demuestra, más que la humanidad sigue anclada en la época de patricios y plebeyos, distribuidos en categorías ecuestres, ciudadanos, libres, ingenuos, libertos, esclavos; que en términos prácticos siguen más vigentes que nunca. Debido a que es el mismo sistema con otras modalidades, pero en esencia sigue siendo el sistema tiránico de tiempos pasados.
Sin embargo, los organismos y organizaciones pertinentes no están ejerciendo de forma efectiva su rol, el cual es, entre muchos otros, exhortar con tiempos previos, por medio de llamados de atención pública a la comunidad internacional, además de advertir de las potentes desorientaciones económicas de un sistema injusto y de opresión económica inflacionaria, para así evitar la migración laboral que se produce ante los excesos de la política de regulación de la economía.
Puesto que relegan a las poblaciones no sólo a la esclavitud laboral, sino a situaciones caóticas de trata de blancas, esclavitud sexual, pederastia, trabajos mal pagados, entre otros abusos, generados por los múltiples controles económicos que se infringe sobre la política económica de las naciones.
Por lo tanto, se eleva un exhorto a los organismos pertinentes para que se realice una campaña masiva de difusión internacional que vaya en favor de sistemas de libre competencia, impuestos bajos, libre empresas, libertades económicas propias del capitalismo liberal, que permitan políticas económicas fiscales que catapulten la generación de trabajo de calidad; además, que permitan la capacidad de ahorro en todas las naciones para así frenar la migración de esclavos, que en el fondo es lo que representan los éxodos en el extranjero.