Pocos días antes de las elecciones generales de Honduras, una delegación estadounidense de visita en el país fue directa y poco diplomática en sus mensajes a los dos principales candidatos presidenciales, la luego victoriosa Xiomara Castro, del Partido Libre, y el alcalde capitalino Nasry Asfura, del hasta ahora oficialista Partido Nacional. En sus reuniones, la comitiva, encabezada por Brian Nichols, subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, dejó en claro que Washington quiere que el país mantenga sus relaciones diplomáticas con Taiwán.
Washington y Pekín en la región centroamericana
Desde los tiempos de Nixon, Estados Unidos reconoce a la República Popular China como la representante de Taiwán, del pueblo chino, pero como los designios del poder solo responden a sus propios intereses, no es cuestión de dar más poder al enemigo, permitiendo relaciones non sanctas.
Un vocero oficioso del Departamento de Estado, quien solicitó anonimato, señaló que Washington advirtió a las naciones centroamericanas de «algunos de los riesgos asociados con el enfoque de China hacia la región». Con un Asfura triunfante, no habrían surgido ni siquiera sospechas de acercamientos con China continental, pero como el candidato del oficialismo de derecha sufrió una derrota apabullante, las cosas se complicaron.
El plan de 30 puntos para los primeros cien días del nuevo gobierno, que ha elaborado el equipo de Xiomara, indica con precisión en el punto seis que “de inmediato abriré relaciones diplomáticas y comerciales con China Continental”.
Antes de los comicios, sin embargo, el entonces candidato a la vicepresidencia, Salvador Nasralla, expresó que ese era un tema a consensuar y que no era considerado de carácter urgente. Tras las elecciones, en similares términos se pronunció el diputado electo Hugo Noé Pino, un respetado economista de renombre, cofundador del Partido Libertad y Refundación (Libre).
O sea que, por el momento, Washington puede esperar que Honduras no cambie su postura respecto de Taiwán, pero la situación podría cambiar en un futuro más o menos cercano. Debe considerarse que empresas de China continental tienen presencia en el país, construyendo diversas obras públicas como la hidroeléctrica Patuca III. China, de hecho, aunque con bajo nivel, ya tiene un pie en Honduras.
Cabe señalar que Honduras es uno de los pocos países en el mundo que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán, lista que se achica casi periódicamente. Recientemente, Nicaragua rompió sus lazos de larga data con la isla para volcarse a China.
En Washington se ve con alarma la creciente influencia china, tanto en el campo económico como en lo político-diplomático, en una región en la cual Estados Unidos siempre tuvo decisiva influencia.El vocero del Departamento de Estado indicó ante la agencia Reuters que «hemos sido bastante claros con todos los actores clave en Honduras por qué creemos que la relación entre Honduras y Taiwán es tan importante. Nos gustaría que eso continuara».
El Triángulo Norte de Centroamérica
En el último tiempo, a Estados Unidos no le ha ido muy bien en la estratégica región centroamericana, conocida como el Triángulo Norte, integrada por Honduras, Guatemala y El Salvador. El presidente guatemalteco Giammattei, tiene actitudes que no siempre responden a los intereses de Washington. Y ni hablemos del díscolo y errático salvadoreño Nayib Bukele.
Hasta ahora, a Washington le quedaba la interesada y temerosa lealtad del hondureño Juan Orlando Hernández, pero éste se va y deja en la silla presidencial nada menos que a la esposa de Mel Zelaya, quien fuera derrocado en 2009 con el beneplácito de la entonces administración Obama.
Las preocupaciones respecto a China se intensifican en la Casa Blanca y el Pentágono, quien ha definido a estos tres países como la valla roja que Pekín no debería cruzar en su estrategia de influencia y en la instalación de infraestructura civil de posible uso militar. Según la revista especializada Military Times, Washington presiona fuertemente a los gobiernos de la región para que no permitan que en sus territorios alberguen instalaciones de China que puedan ser de uso civil y militar, como la base espacial emplazada en la provincia argentina de Neuquén, que tiene escasa supervisión por parte del Estado nacional.
Otro, más preocupante para el Pentágono, es el permiso otorgado por Nicaragua a la empresa Xinwei Telecom Enterprise Group para levantar redes de telecomunicaciones. En su momento, el canal interoceánico fue otro motivo de alarma, pero, tal como lo vaticinaban los expertos, este nunca pudo concretarse por inviable estructural y financieramente.
Honduras y las relaciones con China
Es tal el interés de Washington de impedir el establecimiento de relaciones de Honduras con China que, tras las elecciones, envió a la subsecretaria de Estado para Democracia y Derechos Humanos, Uzra Zeya, para mantener conversaciones con las actuales autoridades y la presidenta electa Xiomara Castro.
Cabe señalar que el equipo de trabajo del Partido Libre ha estado realizando gestiones desde hace un par de meses ante altos funcionarios estadounidenses para tranquilizar los ánimos. El nuevo gobierno no se centrará en acciones conflictivas, pues demasiado tiene con la herencia que recibe. Por ello, sus acciones estarán principalmente dirigidas al combate a la corrupción y a mejorar la economía. Dos puntos esenciales que son bien recibidos en Washington, porque son las causas más importantes de las emigraciones masivas y descontroladas. En ese contexto, las relaciones con China pasan a segundo plano y, por el momento,probablemente no será tratado.
Dardo Justino Rodríguez es analista, comunicador y consultor independiente de organismos y organizaciones internacionales. Director nacional de Presagio Consulting Honduras.
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