Dicen que el tribunal supremo de justicia (así, en minúsculas) le dio un regalo de cumpleaños a uno de los pilares del régimen al dictar una sentencia que trata de poner –de nuevo– contra las cuerdas a uno de los medios de comunicación más emblemáticos del país: El Nacional.
Destacan que este hecho es parte de una estrategia bien definida: aquí nadie está a salvo y en esta oportunidad quien da el mandarriazo es el propio tsj (sí, otra vez en minúsculas).
La medida que le imponen al diario El Nacional –el pago de millones de dólares de multa– es parte de una política que ya ha afectado a otros medios de comunicación, aunque con otras modalidades de hostigamiento, como es el caso del portal de noticias La Patilla.
La necesidad de silenciar a todos los medios de comunicación es casi patológica en el caso de los usurpadores; no le basta con haber silenciado a todos los canales de televisión, ni tampoco con generarle terror, a través de Conatel y la Ley Mordaza, a todas las estaciones de radio del país, ahora quieren aniquilar a los pocos medios que sobreviven en este valle de lágrimas.
A los diarios y semanarios, desde hace ya tiempo, los vienen obligando a bajar sus santamarías debido a la falta de papel, de tinta y de otros insumos imprescindibles.
Esta realidad los ha obligado a emigrar al mundo digital, donde cohabitan con portales creados para este ambiente; sin embargo, estos no están fuera del radar de los usurpadores.
Y no se trata de juicios, amenazas o persecuciones aisladas, sino que desde el mismísimo ministerio de comunicación usurpado están diseñando un proyecto de ley para regular las redes sociales, el cual –de acuerdo con su plan– debe ser aprobado por la asamblea nacional (también así, en pequeño) que usurpa Jorge Rodríguez.
Todo es parte de un esquema, de una estrategia que la ejecutan -debemos reconocerlo– milimétricamente.
Quieren cerrarle la boca al periodismo en cualquiera de sus formas; quieren aniquilar por completa la libertad de expresión y pensamiento.
Ellos saben que es imposible que metan a 30 millones de venezolanos en las celdas de la policía política o en Ramo Verde, es por ello que quieren encerrarnos en una burbuja donde nadie sepa nada, donde nadie pueda decir absolutamente nada, es un plan aterrador y lo están llevando adelante sin el menor remordimiento.
El regalo de tsj en lo que respecta a El Nacional no es un gesto extraño, sino que es la dinámica de terror que vienen aplicando con fuerza y con afán, pues no pueden darse el lujo de que existan formas en que sus maldades y sus corruptelas queden expuestas ante propios y extraños.
Como periodista, como conductor de programas de opinión –en radio y en televisión–, como defensor de la libertad de expresión le envío a todos los colegas periodistas, fotorreporteros, correctores, diseñadores y demás trabajadores de El Nacional, mi más sincero mensaje de apoyo, solidaridad y ánimo.
Hoy más que nunca quienes somos periodistas debemos estar claros que la lucha no será fácil; sin embargo, durante 20 años nos hemos mantenido en pie y no podemos claudicar ahora. Rendirnos ante la censura, jamás.
Así como los magistrados le dan una multa millonaria en dólares contra un periódico emblema del país; hagamos nosotros lo mismo, en favor de El Nacional.
Apoyemos a este medio de comunicación y no permitamos que ellos se salgan con la suya.
Por la libertad sigamos luchando, por el mañana no nos rindamos hoy.
Estoy convencido de que con energía, organización, estrategia y un liderazgo como el de María Corina Machado, lograremos la liberación nacional.
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