OPINIÓN

Cátedra Sanabria con Benjamín Scharifker

por William Anseume William Anseume

El lunes pasado volvimos con la Cátedra Libre Edgard Sanabria en frente de la Universidad Simón Bolívar. Uno de los dos únicos accesos estuvo cerrado todo la mañana. El que va en la dirección de Hoyo de la Puerta a Baruta. Los vecinos protestaban debidamente, porque la falla de borde en El Laurel, como venían anunciando, impidió el paso de transportes. Esto generó una molestia inusitada y trancaron las vías. Ahí quedamos atrapados. No pudimos llegar a la USB.

Pero allá, por el otro lado, estuvieron Benjamín Scharifker y otros profesores, los egresados que pudieron acercarse de ese modo, y hubo cátedra, hubo cátedra libre, en la calle, frente a la Simón Bolívar. La cátedra se sobrepone curiosamente a los obstáculos, a los variados obstáculos. A la lluvia, como en la de Joel García, a la parálisis lenta de la universidad. Los estudiantes se quejan a diario de la infuncionalidad de los transportes. Pero no es lo único que la paraliza. Varios cargos de dirección andan vacantes, conseguir profesores de matemáticas o idiomas es prácticamente imposible con esos sueldos, con esa inmensa desprotección social. Es más fácil que más profesores se vayan definitivamente antes que poder conseguir uno solo dispuesto a cargar a cuestas el sacrificio de financiar a la universidad. Los colegas sufren la desatención médica permanente. No es todavía lo peor. Unas autoridades designadas se han convertido en adalides de la persecución inclemente de la comunidad. Exigen una presencialidad todavía imposible y abren expedientes a quien consiguen. Son perjudiciales institucionalmente. Pedimos elecciones cuanto antes. No sólo por eso, ya se les cumplió el lapso de su interinato hace más de año y medio. Deben marcharse de esos cargos con los que estorban.

Benjamín, un rector ejemplar, con sus características habituales, conversó largo afuera con los colegas y egresados, de la autonomía universitaria, esa que recuerda bien el nombre de Edgard Sanabria. También de la relación de la universidad con la sociedad y de las indispensables elecciones que deben realizarse para seleccionar nuevas autoridades en nuestra USB. Grabaron un vídeo para la recordación y quedaron las fotos sumadas a las importantes palabras de nuestro exrector, del rector de cuando se hacían elecciones y se tenía consideración por la universidad y su comunidad. De los recuerdos y de la actualidad de la lucha, porque me gustaría insistir en que la.lucha no es solo laboral, no puede ser solo laboral, aunque lo laboral pese inmensamente en el día a día. Tenemos que concentrarnos en una pelea superior, por el país, por la democracia, por la dignidad de los individuos, por la garantía plena de los derechos humanos, por las libertades.

No llegamos a esta cátedra pero vendrán muchas más. Algunas ya proyectadas. Debemos agradecer a quienes han comprendido la idea, al exrector Giannetto de la Universidad Central de Venezuela, a Joel García, ese batallador por los derechos humanos y la legalidad, a los familiares de las víctimas, presos políticos, que en una jornada nos acompañaron, a quienes, profesores, alumnos, trabajadores y egresados nos han seguido y apoyan esta idea de sacar a la calle la universidad en una cátedra que dura lo que lleva en tiempo una hora académica de clase, pero que representa mucho para nosotros en varios sentidos: como libertad de expresión, fundamentalmente, en un país reprimido. Como manifestación contra la vulneración permanente de todos nuestros derechos, lo que incluye, desde luego la autonomía universitaria y la libertad académica y como búsqueda y planteamiento de un país en libertades, el que queremos.

Tenemos innumerables ideas con la cátedra. Para lo cual necesitamos mucho apoyo, especialmente humano. Pero ya circula periódicamente el verbo y la acción, porque por más que deseen una universidad paralizada desde el poder actual y no eterno, la universidad brinda las herramientas para combatir esa paralización impuesta. El hecho de que la cátedra sea libre le permite  una maleabilidad increíble. Pronto dejará de estar, seguramente, en la puerta de la USB para extenderse a otros sitios, en procura de llevar la voz de las personalidades, académicas y no académicas, cuyo aporte en procura de la liberación de la universidad y el país ha sido y seguirá siendo significativo. Queda bastante de la Cátedra Libre Edgard Sanabria. Acompáñanos.