OPINIÓN

Carta al presidente Gabriel Boric sobre la emigración venezolana

por Javier Vivas Santana Javier Vivas Santana
venezolanos Chile

Foto: Ignacio Muñoz / AFP

Señor

Gabriel Boric

Presidente de Chile

Hay espacios en los cuales se agotan los mecanismos de diálogo interno y por diversas razones la solución está en la negociación política externa.

Chile se ha convertido, desde que la expresidenta Michelle Bachelet estaba al frente de la Oficina de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, en un factor esencial para destrabar las causas de la crisis en Venezuela, entre ellas la liberación de presos políticos, siendo el suscrito, gracias a sus gestiones, uno de los liberados por indulto presidencial el 31 de agosto de 2020.

En tal sentido, como una nación que vivió 17 años de férrea dictadura con Augusto Pinochet, Chile pudo sentir en carne propia el destierro de miles de sus ciudadanos, como el caso de Isabel Allende. La novelista encontró en Venezuela un hogar para desarrollar sus ideas y como bien ella lo afirmó en una oportunidad, para plasmar desde la tierra de Bolívar La Casa de los espíritus, una forma de encuentro con sus ideas mas profundas y que posteriormente hicieron de esas líneas un éxito sin precedentes en la literatura latinoamericana.

Del mismo modo, ha sido durante su administración, presidente Boric, que finalmente en este 2023 se descubrió que Pablo Neruda murió envenenado, dos semanas después del sangriento golpe de Estado contra Salvador Allende, y que fue esa infeliz dictadura como todo régimen totalitario, la que aseguró en su momento, en 1973, que el más grande escritor de Chile y de América Latina había «muerto» por cáncer de próstata en el centro asistencial en el que se encontraba hospitalizado y justo cuando pensaba pedir asilo en México.

Hoy, miles y miles de venezolanos han visto en Chile una segunda nación ante la interminable crisis política, económica y social que continúa azotando a Venezuela. Fue también una de las 20 naciones que esta semana respondió a la convocatoria de Gustavo Petro para impulsar nuevamente el diálogo entre el gobierno de Maduro y la oposición. Es otro factor integral de las soluciones políticas para Venezuela.

Sepa presidente Boric que los (neo)totalitarismos no perdonan las escrituras, máxime cuando estas son contrarias a la barbarie humana, y así vemos cómo el gobierno de Nicolás Maduro ni siquiera ha felicitado a Rafael Cadenas por haber obtenido el premio Cervantes, algo que comprueba que, si algo desprecia el régimen de Venezuela, es a quienes con sus ideas y pluma plasman la verdad y la realidad del desastre y las constantes violaciones de derechos humanos de las que hemos sido víctimas millones de ciudadanos.

A veces no quedan alternativas, cuando los encargados de hacer justicia en el país solo atienden condiciones políticas que favorezcan a los intereses del gobierno totalitario, y esa debe ser la principal fuente que oriente a las naciones como Chile en búsqueda de preservar los derechos humanos de quienes hemos sido atropellados de manera brutal, y sin posibilidades de ser asistidos por la Fiscalía o los tribunales, porque estas no responden a los intereses ciudadanos ni de las personas, máxime cuando es el Estado quien viola la Constitución y las leyes.

Esperemos que Chile continúe asistiendo a los miles de venezolanos que por diversas razones han encontrado en ese país, aunque sea circunstancialmente, un territorio que les permite seguir viviendo en paz y libertad, hasta que Venezuela recupere la democracia, y que podamos encontrar en las letras de Andrés Bello, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Isabel Allende, Rómulo Gallegos y entre las historias de Bolívar, San Martín y O’Higgins las grandezas de nuestros pueblos y los acercamientos hacia una nueva América Latina.

Gracias Chile, gracias presidente Boric por ayudar a esos miles de venezolanos.

@vivassantanaj_