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Honorables representantes:
Ustedes recordarán que antes de la era democrática moderna era muy frecuente la lucha entre grupos de gentes armadas dentro de cualquier país y que los demás países reconocían al que consideraban «predominante». Eso era la realidad factual política, que desembocaba -o no- en realidad jurídica mientras el país pasaba a la etapa de paz interna.
En esta época en que los países se han acostumbrado a la vida democrática, bajo el mando de la Constitución, hay «golpes» y violaciones inconstitucionales al amparo de la acción militar de un país, mediante el uso de las armas del Estado, que solamente deben ser usadas para los fines establecidos en la Constitución, pero esos fines no incluyen golpe.
Hay países agarrados de sus brochas y mientras unos rechazan a los golpistas, otros se cubren con el manto del «predominante» (acusando retención de «intereses» que son mencionados como ineludibles, aunque no respalden políticamente al golpista, mientras otros lo apoyen con descaro).
Los venezolanos por suerte nos desarmamos mientras empezábamos a dar nuestros primeros pasos de vida democrática y así debemos continuar. Es evidente que el régimen actual no puede ser derrocado sin ayuda del gobierno de Estados Unidos y demás gobiernos democráticos auténticos, particularmente los del Nuevo Mundo.
No es inoportuno recalcar que nuestro futuro sigue siendo el de los países miembros del Nuevo Mundo (muy alejados -en todo sentido- de los viejos respetables países) y que ellos pueden hacer de inmediato un acuerdo militar (sin Venezuela obviamente) para introducir al presidente electo Edmundo González Urrutia a este país a fin de eliminar la usurpación que se está haciendo para controlar al gobierno venezolano. No se trata de invasión para atacar a las FANB, pues estas pueden aceptar la visita de fuerzas de protección al presidente electo Edmundo González Urrutia. Creo que hay un buen número de países del Nuevo Mundo listos para actuar en concordancia. Pudiera ser que algunos de ustedes tuvieran participación.
Con mi mayor consideración.
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