OPINIÓN

Carta abierta a los asesores de González Urrutia y a los representantes de la ONU, la OEA, el FMI, el BM, el BID y la CAF

por Jesús Contreras Jesús Contreras

Apreciables asesores y representantes:

Mi experiencia me permite dirigir a ustedes la presente con sumo agrado, considerando el beneficio que logran los países miembros de las organizaciones arriba mencionadas, por el buen resultado de las tareas que se realizan. Es impensable que funcionarios de nuestro país estén actualmente activando planes para el próximo gobierno de Edmundo González Urrutia, pero sin duda ustedes -asesores y representantes- están listos para ofrecer iniciativas que pueden ser de gran beneficio en la infausta situación que azota a Venezuela.

Me atrevo a someter a ustedes una sugerencia que puede ser viable, pero requiere una justificación no muy factible en una tesitura normal. En momento crucial puede surgir alguna apreciación no habitual, como la que me animo a recomendar basándome en la destreza de venezolanos que son o han sido funcionarios de las 6 organizaciones mencionadas en el título de este escrito.

Mi sugerencia -fácil y difícil- es la siguiente: actuales funcionarios venezolanos de los 6 entes, por sus tareas, deben ser competentes para que formen en Caracas un Comité Interinstitucional de Operaciones (de 6 miembros), para manejar los fondos que faciliten las 6 organizaciones al país a fin de ayudarlo a superar enormes dificultades que padece desde hace un tiempo descomunal.

Para ello se requiere: (i) hacer un acuerdo entre Venezuela y las 6 organizaciones (hecho en un solo contrato entre las 7 partes contratantes) que prevea no solamente cooperaciones técnicas y financieras que las organizaciones otorgan normalmente a sus países miembros, sino también gastos de «caja chica» muy grande, de muchos millones que se necesitan para afrontar toda clase de gastos no previsibles, debido al regreso de enormes masas de migrantes venezolanos, lo que es justamente la causa de este inusual acuerdo; (ii) localizar el Comité en un edificio de Miraflores; y, (iii) agregar al jefe del Comité -escogido por sus colegas- como uno de los normales asesores del presidente de Venezuela.

Es destacable un aspecto relevante, novedoso y muy útil: los seis funcionarios serán estrictos no solo con las responsabilidades que tienen en el Comité, sino celosos también de las tareas de cada uno de sus organismos. Son dos pinzas que aseguran riguroso cumplimiento del acuerdo. También es destacable que esta operación es para usar los dineros en breve tiempo puesto que es emergencia.

Pero es lamentable que no sea fácil que se apruebe esta sugerencia, porque rebasa la característica tradicional de dichos organismos y esta manera de participar no es de fácil aquiescencia por su sencilla estructuración, paradójicamente. Por esto no debe ser extraño que haya tendencia a que cada organismo prefiera otorgar su cooperación según sus propios procedimientos, normas, requisitos, políticas, tiempos. Pero eso no se puede hacer en emergencia sino como muy profesional trabajo a corto, mediano o largo plazo, según los propósitos, metas, aportes del prestatario.

En todo caso, para que esta cooperación sea justificable es necesario que los 7 contratantes la aprueben en los tres primeros meses de 2025, cuando se produzca la más espontánea gigantesca entrada de los migrantes venezolanos y se requieran gastos no previstos usualmente en todos los niveles del sector público, municipal, estadal y nacional. Afortunadamente, los trámites para esta específica operación aquí sugerida son muy sencillos porque la justificación es elemental y obvia, y por tanto no requiere presentación de análisis técnicos, sesudos cálculos, estadísticas, análisis financieros complejos y toda la parafernalia sustentadora.

Pero, como decimos en Venezuela, «la peor diligencia es la que no se hace». Por ello, con máximo optimismo me estoy dirigiendo a ustedes.

Con mi mayor consideración,

Jesús Contreras