El 28 de julio debe prevalecer la organización a base de activistas, medios y tiempo para lograr resultados, pero en esta carrera el hocico le puede ganar a la nariz, mediante «demostración» que pueden hacer los maduristas.
Nótese que el resultado electoral es verificable por profesionales experimentados como observadores internacionales, pero que solo son invitados por el régimen y que deben ser muy numerosos en casos como este en Venezuela. Lo cierto es que no puede haber garantía de total neutralidad, recordando lo que durante el chavismo ocurrió bajo la batuta del Grupo de Río en manos Fidel y que dieron rienda suelta a mirones borrachines traídos disfrazados de observadores, además de no producir auditorías y otras legalidades. La «historia» se va a repetir.
Es normal que los observadores comiencen sus tareas desde varios meses antes del día electoral, revisen temas legales, registro de votantes y de candidatos, aprecien la labor de entes electorales, los actos y las campañas políticas, hagan seguimiento a los medios de prensa y a lo que sucede en todo el país, que pueda tener relevancia electoral. Pero eso no parece que ocurra en Venezuela.
En cuanto al resultado, a llorar al valle si gana el madurismo, aceptando la realidad, que abarca culpa. El país va a seguir comandado por la FANB mientras la Iglesia consolida el país. Si Edmundo González Urrutia resulta elegido es por el voto de los católicos. Pero la subida al poder no está garantizada. Habiendo factores externos, este escrito no les da cabida. Si Edmundo González Urrutia gana, la FANB no pierde porque sigue comandando.
Como lo lógico se impone por su peso, no incluyo un párrafo sobre arreglo de convivencia, antes que una salvajada, porque la FANB sigue en el poder. La mamarrachada de Petro no cabe jurídica ni políticamente.
Es necesario que todos los miembros de partidos opositores se activen para lograr que se popularice la candidatura de Edmundo González Urrutia, viendo que ellos son escasos y esto es una debilidad que solo se puede superar con la participación masiva de todos los católicos. Para esto es necesario que se active un mecanismo de comunicación fácil de propagar: la Plataforma Unitaria Democrática y entes católicos pueden coordinarse para empujar activistas católicos en cada ciudad, pueblo, caserío, para que a su vez empujen a colaboradores católicos en cada rincón, a fin de que divulguen la noción clave: Todos los católicos vamos a votar por Edmundo González Urrutia.
También es indispensable inundar al país de propaganda por todo medio apropiado. Esto no se está viendo y algo de lo que se ve no parece permisible, porque puede confundir a mucha gente; además, millones de venezolanos no son fácilmente accesibles; millones no pueden estar al día, no leen la prensa, no ven TV, dependen de lo que otros les digan, si es que les dicen… ¡Pero van a la iglesia!
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