Querido Poeta Mayor,
Estoy segura de que en esta carta no hablo solo por mí, sino por tantísimos venezolanos que aprecian y admiran tu obra poética. Permíteme comenzar con una cita de otro admirado escritor, Oscar Wilde, quien dijo que “el artista puede expresarlo todo. El pensamiento y el lenguaje son para el artista instrumentos de un arte”. Y tú, como artista que eres del pensamiento y el lenguaje, has expresado todo tu mundo interior, con sus complejidades, angustias, soledades y tristezas, pero también con toda su simplicidad, alegrías, verdad y esplendor. Tus obras son joyas literarias que han tocado el corazón de innumerables personas, no solo en Venezuela, sino en todo el mundo. Tu talento, trabajo y dedicación te han hecho merecedor de todos los premios y reconocimientos que te han otorgado y que has recibido con esa humildad que siempre te ha caracterizado y que a mí me conmueve hasta los tuétanos. Verte del brazo de la Reina de España, con tu caminar pausado y como siempre, sin corbata, será una imagen que guardaré hasta que viva mi memoria.
Tu discurso fue inolvidable por lo cierto, preciso y valiente. Deseo que se convierta en el punto de partida hacia un futuro mejor para un pueblo sojuzgado que ha perdido todo, hasta las esperanzas. Que tus palabras resuenen en todas partes, como un nuevo himno, porque son el bálsamo que necesitan nuestras almas en esta hora aciaga de la Patria.
Tu poesía ha sido una luz en la oscuridad, una voz que habla en nombre de quienes no tienen voz. Han demostrado una y otra vez tu compromiso inquebrantable con la causa de la justicia, la igualdad, la democracia y la libertad y tu maravillosa exploración de temas universales como el amor, la muerte, la naturaleza, y también la identidad, la justicia social y la política, entre otros.
Espero que sigas creando belleza y certidumbre de tiempos mejores para el mundo. Gracias a tu poesía, la literatura jamás “dejará de ser lo que es, la manera más entrañable de habla”. No se volverá un simple objeto de estudio, sino que seguirá siendo vivida, como tú mismo escribiste en “Dichos”.
Sé que seguirás luchando por lo que crees, con toda la valentía que se requiere para hacerlo. Tu compromiso con la democracia es inspirador y emocionante.
Quiero terminar diciéndote “gracias”. Una vez dijiste, en un acto en la Sala Cabrujas, que “hay palabras que nunca deben desaparecer: gracias es una de ellas”. Te agradezco el que seas una inspiración para todos nosotros; el que hayas dedicado tu vida a la poesía y a la docencia y siempre hayas estado dispuesto a compartir tu talento con tanta generosidad con quienes te seguimos, te admiramos y te queremos.
Con todo mi respeto y afecto,
Carolina
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