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Carta a Michelle Bachelet

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Dra. Bachelet, con todo respeto.

Yo estuve en la audiencia de la Segunda Sala de la Corte Suprema de Chile donde los militares que torturaron y llevaron a la muerte a su padre, el general Alberto Bachelet Martínez, pedían que se les absolviera de la acusación que contra ellos había llevado a una sentencia de cárcel. Vi el debate del recurso de casación que interpusieron los condenados por la Corte de Apelaciones de Santiago. En ese acto ellos pedían clemencia para que les anularan la condena que pagaban.Eso fue en Santiago de Chile el 5 de agosto de 2016. Allí estaba su mamá, Ángela Jeria de Bachelet, con el abogado de la familia, el doctor Isidro Solís. Ella hierática, aunque en dos momentos del ardiente discurso de este, le vi rodar lágrimas por sus mejillas.

La audiencia

De muy restringida asistencia porque usted todavía era presidente de Chile, se constituyó el Alto Tribunal con sus cinco magistrados. Estaban los dos generales condenados como autores de las violaciones de los derechos humanos del general Bachelet, cada uno con sus defensores. Estaba la señora Ángela y su abogado. Había un restringido público al que se nos permitió la entrada solo por invitación y la prensa. Se inició el acto con discursos de los defensores, que además de alegar que sus defendidos actuaron por obediencia debida, peticionaban clemencia. Siguió con la exposición del doctor Solís.

La petición de clemencia de los torturadores

En ejercicio de un recurso de casación los abogados de los procesados, además de invocar defensas basadas en ley, fundamentalmente en que ellos mantuvieron en prisión al general Bachelet cumpliendo órdenes superiores (obediencia debida), alegaban que él había muerto de un infarto, una causa natural porque él sufría del corazón. Pedían clemencia por la avanzada edad de los reos, incluso se alegó demencia en uno de ellos. Llamó la atención uno de los alegatos, que se fundamentó en que el caso ya había sido procesado antes exonerándoles de responsabilidad –lo que los abogados llamamos “cosa juzgada”. Que el expediente lo habían desaparecido, dejando solo la carátula y algunas páginas para así poder volver a enjuiciarles.

La exposición del abogado de la familia Bachelet

Fue un discurso brillante aquel que allí dio el abogado acusador Isidro Solís, estuvo lleno de citas legales sobre violaciones de derechos humanos, su imprescriptibilidad y la inaplicabilidad del concepto de obediencia debida, entre otras. Pero lo mas impactante fue su relato de cómo se ejecutó el crimen de llevar a prisión y con ello ocasionaron dolencias mortales al general Bachelet por el solo hecho de su discrepancia política con Pinochet. Dijo que poner incomunicado en una celda a una persona enferma del corazón, como en ese caso hicieron, es matarla, no es una muerte natural. Narró las torturas, lo inhumano de las condiciones en prisión, los sufrimientos de la familia. Sobre la desaparición del expediente dijo que eso era una farsa, un remedo de juicio para protegerse, tanto que según la supuesta carátula del expediente que exoneró de responsabilidad a los torturadores todo el juicio había durado solo 27 días.

Ese discurso fue uno de los mejores que he visto en más de 40 años que llevo litigando en tribunales, por lo que me honra haber sido invitado por el doctor Solís a una larga conversación en la que me dio detalles del caso.

El 28 de septiembre del mismo año 2016 la Corte Suprema de Chile desestimó el recurso y confirmó la pena de prisión y su ejecución total. Cero clemencias.

Ahora doctora Michelle Bachelet, toca a usted honrar la memoria de su padre

En su condición de alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, usted estará en Venezuela. Le recuerdo que, como el caso de su padre, tenemos 152 militares presos por razones políticas, 71 de ellos son del Ejército; 22 de la Armada; 13 de la Aviación y 46 de la Guardia Nacional. Todos están allí sin debido proceso judicial, en inhumanas condiciones, torturados y hasta privados de contacto con abogados y familiares. En similares circunstancias tenemos 966 civiles, entre ellos incluso hay diputados con inmunidad parlamentaria, también por razones políticas y sin debido proceso, como lo certifica la ONG Foro Penal. Es el insólito caso de que hasta dos perros –Thor y Arpa– están presos desde hace dos años para castigar a su dueño, el coronel prisionero Oswaldo García Palomo.

Doctora Bachelet, haga lo que corresponde. La memoria de su padre y las lágrimas de su madre recordando sus sufrimientos así se lo exigen.

 

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