Carmen Guevara, desde muy joven sintió una ardiente inclinación por los vehículos pese a que, para la época, esas tendencias eran cosas de hombres. Sus hermanos mayores eran muy interesados por la mecánica, escenario en el cual se desenvolvió desde sus primeros pasos, y antes de los 20 años ya conocía a la perfección el funcionamiento de los motores de las principales marcas que circulaban en la ciudad.
Era conocida como la “Doña Bárbara” y tras sus primeras incursiones en el mundo del improvisado automovilismo, se convirtió en corredora y mecánico de autos de competición en el Barquisimeto de mediados del siglo XX.
A finales de los años 40, Venezuela no contaba con ningún ente que organizara competencias automovilísticas y, por lo tanto, estas no se celebraban. Sin embargo, un grupo de aficionados a estos eventos organizaron la carrera Caracas-Maracaibo-Caracas.
El 23 de marzo de 1949 fue la fecha elegida para la contienda automovilística, quizá la más importante del momento-, por lo que a tiempo comenzaron a alistarse los voluntarios y los cuerpos de seguridad que colaborarían con la carrera.
A finales de enero de 1949, se abrieron las preinscripciones regionales para el evento. Se llamaba preinscripción porque los pilotos debían pasar luego por una prueba selectiva a fin de que participaran solo los mejores choferes de cada zona.
Carmen Guevara se encontraba entre los 73 pilotos a competir, era la única mujer y ya su figura cobraba fama por su osadía en las carreras de Lara, Zulia y Los Andes, donde asombró por su intrepidez.
Corrió en representación del diario El Nacional, con un Lincoln de 1939, y su hermano Víctor Manuel Guevara, correrá en un Studebaker año 1948.
Audacia por la América
A Carmen Guevara se le veía siempre manejando pesados camiones de carga con su atuendo de overoles, y entre las anécdotas rescatadas por Juan Manuel Díaz Guevara, el sobrino que se ha preocupado por rescatar estos datos interesantes de nuestra biografiada destaca que en 1949, ella se embarcó en la temible aventura de viajar en su propio carro desde San Cristóbal hasta Nueva York, en un extenuante y asombroso recorrido de casi 25 mil kilómetros, acompañada de Amer Camarillo como copiloto y Edgar Bacalao, un jovencito de tan solo 7 años.
La audacia tuvo por escenario Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras El Salvador Guatemala, México y Estados Unidos
Otra de las anécdotas reseña que el vicealmirante Wolfgang Larrazábal, presidente de la Junta de Gobierno de Venezuela, le obsequió a Carmen Guevara en 1958, en acto público, un carro de policía con todo el equipamiento de la época.
Una vez llegando a su taller con la patrulla policial obsequio del presidente de la República, se encontró sentada en la acera a una joven mujer, quien estaba desconsolada porque su esposo la había maltratado y echado de la casa junto a sus tres pequeños hijos. Guevara los subió a la patrulla y se los llevó al Palacio de Gobierno en donde fueron recibidos por Eligio Anzola, primera autoridad regional. Ya en el Despacho, Carmen le relató lo sucedido al gobernador y para concluir le pidió una casa para la desamparada mujer, cosa que se cumplió inmediatamente.
La sensación del momento
En 1950 se celebró el Premio Gran Mariscal de Ayacucho o Grancolombiano, evento realizado desde el 21 al 29 de enero, que contó con la participación de 83 corredores de los cuales 82 hombres y una dama: Carmen Guevara.
Los corredores debían atravesar un total de tres mil 880 kilómetros, en la ruta Ecuador-Colombia-Venezuela, trayecto que se dividió en ocho tramos con un solo día de descanso.
Según el cronista Antonio Itriago, los venezolanos que participaron en la osada carrera, lucieron los números del 36 al 75, ambos números fueron la sensación del momento e incluso fueron los más reseñados en la prensa ecuatoriana; “y entre ellos, quien se robó el show fue la única dama del grupo -conductora del coche distinguido con el número 51- Carmen Guevara Partidas, mejor conocida como Doña Bárbara”.
Las hazañas de Doña Bárbara siempre eran las más sonadas por comentaristas y narradores, y cada vez que participaba en una carrera, las radios se agolpaban para entrevistarla, seguido de cientos de personas -de todas las edades-, que se lanzaban sobre su automóvil para ovacionarla. Era una leyenda viviente cuya proeza en las pistas improvisadas, era seguida de cerca por un aeroplano que narraba desde lo alto.
Pero quién era Doña Bárbara
Su nacimiento ocurrió el 11 de junio de 1910, en el Barquisimeto remoto y señorial. Tercera hija de la unión entre Eduardo Guevara Fernández (1879) y María Antonieta Partidas Linné (1884), quienes casaron entrando el nuevo siglo (1907).
Tuvo 10 hermanos: José Antonio ´Toño´ nacido el 25 de diciembre de 1908, Eduardo Marcial en 1909, Rafael Félix en 1912, María Antonieta en 1914 (y su melliza que fallece en la infancia); Víctor Manuel en 1915, Jesús María en 1919, Nelly Graciela en 1920, Paz Consuelo en 1922 y Eduardo en 1923.
El hogar de los Guevara Partidas tuvo por asiento la Calle Regeneración (hoy carrera 16 entre 28 y 29), haciendo frente con Residencias La Salle. Compartía la casona de amplios pasillos y jardín interno con el Santuario Nacional de La Paz. La casa fue demolida en los años noventa.
Sus primeras letras las aprendió en el afamado colegio de monjas María Auxiliadora. Pasado un tiempo, contrajo sus primeras nupcias con Virgilio Soteldo, un reconocido músico y compositor, fundador de la centenaria Orquesta Mavare, La Pequeña Mavare, y director y fundador, junto a José Antonio Abreu, de la Orquesta Cámara de Barquisimeto. Virgilio era hombre versado, tocaba todos los instrumentos.
El matrimonio entre Virgilio y Carmen se celebró en el Templo de la Inmaculada Concepción de Barquisimeto. Virgilio y Carmen procrearon a Katiuska Soteldo Guevara, luego adoptaron a dos bellas niñas. Con el paso del tiempo, se divorció y volvió a casarse.
En Carmen Guevara había una promesa incumplida de retirarse de las pruebas de la Mecánica Nacional tras varios accidentes de consideración que comprometieron su salud; por ello, en 1960, para suscribir la palabra ofrecida a una de sus hijas, se inscribió en la que creyó su última carrera, la Bogotá-Caracas, para la cual acondicionó un Chevrolet 1957, pero una falla dio al traste su deseo de continuar en la competición.
Katia Soteldo Guevara, declaró a El Nacional el 7 de enero de 2015: «Mi madre Carmen Guevara Partidas, fue la primera mujer que compitió en carreras automovilísticas en Venezuela y Latinoamérica, bautizada cariñosamente por el pueblo: La Doña Bárbara del automovilismo».
En 1972, la leyenda femenina del automovilismo Latinoamericano corrió la última de sus carreras cuya meta celestial consagró su inmortalidad.
Fotos: Álbum Familia Guevara, Carlos Guerra Brandt, Fototeca de Barquisimeto, Museo del Transporte
Fuente: 50 años 1970-2020 del Museo del Transporte Guillermo José Schael. Varios autores. Rivero Blanco Editores. Estados Unidos, 2021
Barquisimeto eran otros tiempos. A la ciudad en sus 450 años. Otto Acosta. Ediciones de la Universidad Fermín Toro. San Cristóbal, 2002
Entrevista a Juan Manuel Díaz Guevara. 12/05/2021
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional