A la ciudad de Santiago de León de Caracas en su 454 aniversario.
Caracas, 25 de julio de 2021
1. La maqueta más grande del mundo
En 1964, Robert Moses, el legendario promotor neoyorkino, a la sazón presidente de la Feria Mundial de Nueva York, para celebrar la infraestructura municipal de la ciudad encargó a los maquetistas Raymond Lester & Associates una enorme maqueta, que bautizaría como el Panorama de la Ciudad de Nueva York. El proyecto tomó cien personas trabajando continuamente por más de tres años en realizarse.
Para hacer la maqueta, Lester utilizó fotografías aéreas y echó mano de todo tipo de materiales urbanísticos, “ya que el Panorama debía ser fidedigno, con menos de uno por ciento de margen de error entre la realidad y lo que se convertiría en la maqueta más grande del mundo”.1 Incluyendo toda el área que abarcaba la ciudad de entonces (trescientas veinte millas cuadradas), el Panorama fue “una metrópolis en miniatura”. Nueva York para 1964 tenía unos ochocientos noventa y cinco mil edificios “y cada calle, cada parque y unos cien puentes debieron ser representados”. A esta escala urbana el edificio del Empire State alcanza treinta y ocho centímetros mientras que la estatua de la Libertad ll tiene solo cinco centímetros de altura.
Ni qué decir que el Panorama se convirtió en una de las mayores atracciones de la feria mundial, y lo sigue siendo para los visitantes que aun acuden a admirarlo en el Queens Museum, pero especialmente para los estudiosos de la ciudad, ya que desde 1974 la maqueta siguio siendo actualizada, eliminando los edificios demolidos y agregando algunas de las nuevas obras que se fueron erigiendo desde entonces. 2
2. Una ciudad en miniatura
Arrumada a un lado en un pasillo de la planta baja de la Biblioteca Central de la Ciudad Universitaria de Caracas, se encuentra una inmensa maqueta de la ciudad de Caracas. Enorme isla flotante de corcho, cartón y madera pintada en bellos colores, representa vívidamente al mar Caribe como una inmensa piscina azul, a la montaña del Ávila inimaginablemente escarpada, al valle altísimo entre las montañas, y a las colinas, multiplicadas mil veces más allá de los que las imaginábamos, fluyendo por todas partes, mientras que otro tanto podemos decir de los cursos de los ríos y de las insospechadas geometrías de la montaña.
Este modelo es lo más cercano que conocemos en estas latitudes urbanas al legendario Panorama de la ciudad de Nueva York que comisionara el visionario Robert Moses. Mucho más pequeña en tamaño (la versión caraqueña mide solo unos tres metros por cuatro, que ya es bastante decir), la maqueta fue encargada por la Universidad Central de Venezuela luego del deslave de 1999 para estudiar el impacto de los conos de deyección de los ríos y quebradas de la montaña del Ávila sobre ambas laderas de la ciudad, tanto en el litoral como en el valle y fue magníficamente realizada por los arquitectos maquetistas Magaly Suarez y Paulo Pestana.
Encontrarla es un verdadero impacto. Un shock. Muchos creemos que por amar la ciudad creemos que nos la sabemos de memoria, y que conocemos a la ciudad realmente. Craso error. Una miopía semejante a la de aquellos que dicen conocer bien la arquitectura y a las ciudades en el mundo sin haber estado nunca físicamente en ellas. Pues bien, esta maqueta nos dice que la realidad supera a la ficción y que esta ciudad es aún más alucinante de lo que creíamos.
Quizás los únicos que realmente entiendan a Caracas sean los que la pueden ver desde el aire, los cartógrafos aéreos y los pilotos, y los arquitectos pilotos, como Tomás J. Sanabria, quienes realmente desde allá arriba son los únicos que pueden unir las curvas de topografías con las formas urbanas en una sola y plástica imagen realista y veraz. El paisaje natural y la ciudad como realmente son.
No es que yo no haya nunca sobrevolado mi amada ciudad. Lo hice muchas veces y hasta en helicóptero, desde y hacia La Carlota, pero el vértigo y el miedo desdibujaron sin duda mi memoria. Se que el Abra de Catia es espeluznante: la maqueta de la Biblioteca Central lo corrobora. Espeluznantemente bello, quiero decir. Así como toda la geografía monumental de la ciudad.
Pero la buena nueva, queridos amigos, en este renovado aniversario de nuestra amada Caracas es que esta maqueta esta allí. Resguardada en toda su deslumbrante verdad en el corazón de la Biblioteca Central. El Panorama de la Ciudad de Caracas. Para que nos aprendamos de verdad su dramática realidad geográfica, para que asimilemos de nuevo lo inverosímil de las vertientes de la montaña, lo variopinto de su fotografía alto planar, la insospechada sensualidad de sus colinas…y, en fin, la idiosincrasia de las formas de su urbanismo de 455 años de edad, tan apegadas del suelo, tan deslumbrantes desde al aire, tan orgánicas, justas, floridas, exóticas, modernas y antiguas a la vez.
Cruda naturaleza urbana, la nuestra. Impactante hallazgo que nos convoca a todos a reunirnos a su alrededor, en ruedo en torno a este reencontrado panorama a reflexionar todos juntos sobre la memoria urbana de Caracas y lo que debe ser su futuro bien comprendido. Gracias, Universidad Central de Venezuela, por tus fértiles arcas insospechadas. Feliz día de la Ciudad 2021.
NOTAS:
- Panorama of the City of New York, Queens Museum: https://queensmuseum.org/2013/10/panorama-of-the-city-of-new-york
2. Richard Plunz escribió en 1995 un poético estudio sobre la evolución de la maqueta versus la evolución de la ciudad: New York Paleotectonic 1964-95, citado en: Structure Has a Life with Personality. Queens Museum, New York City: https://queensmuseum.org/2017/11/structure-has-a-life-with-personality