OPINIÓN

Caracas aniversaria bombardeada de gris

por Luis Barragán Luis Barragán

Brochazos grises en la estación Capitolio del Metro de Caracas

En las vísperas de su aniversario fundacional, la Caracas histórica que se extiende a los predios mirandinos, exhibe calles y avenidas sofocadas de gris. En nada inocentes  brochazos oficiales, el atrevimiento completa una atmósfera de pesadez, tristeza y resignación, buscando por exacto domicilio el inconsciente colectivo.

El fúnebre color que tiñe crecientemente las defensas viales o los hidrantes, en franco desafío a la universalidad del  amarillo y el rojo que aseguran el tránsito terrestre y la inmediata localización del agua para un repentino incendio, cuenta con la complicidad de las extendidas paredes que hacen de la mirada una hazaña inmerecida de la depresión. Todo luce como el inmenso  y uniforme teatro de la guerra no convencional de un régimen empeñado en nuestro apocamiento, desdicha y desesperanza.

Constituye un riesgo transitar la Cota Mil al compás de la grisura reiterada de sus defensas de concreto, acaso, adormecedoras. Caída  la noche, en buena parte desalumbrada la ciudad, el monótono paisaje no sabe de resplandores, excepto el escupitazo de un arma de fuego.

Defensa de la Cota Mil también de gris

En la Caracas mirandina se aprecia igualmente el fenómeno, convertidas sus autoridades municipales en artilleros de la desilusión. Pretendidamente opositores al poder central, por Chacao brota el gris hasta en los materos, ajardinando el infortunio, con la venia del alcalde y sus ediles.

Aproximadamente año y medio atrás denunciamos que diferentes sectores de la ciudad capital fueron masivamente manchados de ese gris quejumbroso y harapiento que tupió hasta las casetas telefónicas de viejos azules (https://guayoyoenletras.net/2019/11/18/psicologia-del-color). Desde entonces, la Caracas tropical que hizo del cinetismo un festejo permanente, recuerda su aniversario con una aflicción inducida.