El triángulo virtuoso para el desarrollo humano integral está constituido por la sustentabilidad, el capital social y la economía humana. Pero, y es una útil reflexión, hay diversos tipos de triángulos: el equilátero que tiene los tres lados iguales, el isósceles que tiene dos lados iguales, y el escaleno que tiene sus tres lados desiguales. Parece ser que este triángulo del desarrollo no es equilátero.
La duda surge en medio de un debate en la presentación de una serie de evaluaciones sobre el cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, y varios indicadores del Capital Social, medido por el grado de participación en organizaciones civiles y trabajo comunitario voluntario, más la confianza interpersonal y frente a diversas instituciones, en una serie de localidades del estado Trujillo y del occidente del país.
Esta investigación fue elaborada por un grupo de estudiantes de 2° año de la carrera de Derecho de la Universidad Valle del Momboy, quienes aplicaron 1.160 encuestas en sus comunidades de residencia, cuyos resultados fueron presentados el pasado jueves 8 de junio. Fueron dos encuestas paralelas, un sobre los ODS y otra sobre Capital Social. Los resultados esperados fueron parecidos a los encontrados en investigaciones anteriores: 1) Un elevado desconocimiento de los ODS, pero una disposición a trabajar por sus logros, si se tiene la información y los canales adecuados; 2) Una grave y creciente desconfianza entre las personas y de estas frente a diversas profesiones e instituciones.
Pero en los análisis realizados por los estudiantes y en la discusión dada en el evento, surgió una convergencia entre estas dos investigaciones paralelas: No se pueden cumplir los Objetivos del Desarrollo Sostenible con elevados déficits de Capital Social. Donde no existe confianza y una adecuada participación de la comunidad, no es posible la sustentabilidad, y, agrego yo, tampoco una economía humana vigorosa.
El triángulo virtuoso no es equilátero, es más importante el capital social que los otros dos procesos. Y uno se pregunta, junto a los estudiantes: ¿Puede existir respeto a los ecosistemas naturales en donde no existe confianza entre la gente? ¿Puede una empresa ser sostenible, sin instituciones confiables? ¿Puede ser una economía humana o solidaria, sin confianza entre productores y consumidores? Sin confianza entre los ciudadanos y el Estado ¿Puede existir desarrollo humano integral?
Lo portentoso es el Capital Social. Lo que verdaderamente está en centro de todo proceso de construcción de bienestar humano, en armonía con la naturaleza, es la confianza y el respeto, la participación activa de la sociedad civil, la honestidad del sector público y la calidad de las instituciones, empezando por la familia y la comunidad local, hasta la nación y el Estado.
Nada es más poderoso para el desarrollo humano integral que una ciudadanía activa y honesta, unas organizaciones intermedias o asociaciones civiles numerosas y comprometidas, muchas redes de cooperación y apoyo mutuo, junto a un Estado decente y responsable.
Lo más preocupante de los resultados en estas investigaciones es la muy baja confianza entre las personas, pésima valoración de los cuerpos de seguridad pública, de la justicia, baja confianza en los funcionarios, en los políticos, en las redes de Internet y hasta en las instituciones religiosas.
La principal tarea de los venezolanos en la construcción de confianza, el incremento de la participación comunitaria, la transformación institucional y la instauración del Estado de Derecho. Tareas formidables, pero podemos empezar por poner en el centro del debate el tema de nuestro lenguaje habitual, la calidad de nuestros mensajes y exigir la elevación del nivel de los que más influencia tienen el colectivo nacional. Empezar por el lenguaje ayuda mucho gracias al poder transformador de la palabra. Transforma al que habla y transforma al que al que escucha.
La calidad de las conversaciones en un componente fundamental del capital social, y refleja los valores de las personas y de las instituciones. Y sin capital social no hay triángulo virtuoso, los otros son la sustentabilidad y la economía humana.
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