OPINIÓN

Candidatura y consecuencias

por Adolfo P. Salgueiro Adolfo P. Salgueiro

Los acontecimientos se vienen presentando con rapidez inusitada al tiempo en que lo insólito se convierte en habitual.

No cabe duda de que el régimen está en su peor momento, aun cuando hasta hace poco parecía ir consolidándose.

Ya está demostrado y decidido que en la oposición hay un nuevo liderazgo encarnado en una candidata que no pertenece a la vieja política, que no tiene rabo de paja y que está dotada de legitimidad incuestionable.

Cierto es que a la dictadura le quedan aún algunas cartas por jugar, pero ya son pocas. El tema de la inhabilitación pretenden encasillarlo en argumentos leguleyos subalternos cuando es ya más que evidente que tal inconveniente ha sido superado por el tsunami del pasado 22 de octubre al que se le quiere poner contención con la sentencia 122 del Tribunal Supremo de Justicia que impone “medidas cautelares” que pretenden “suspender” la nueva realidad política que se ha instalado en nuestro país.

Una a una van cayendo las máscaras que en su momento pretendieron esconder aviesas intenciones, tales como el recurso judicial interpuesto por un anónimo señor Ratti  o el recientemente resuelto por la vía de amparo en respuesta a presentación de un reconocido sinvergüenza traidor llamado  José Brito, quien en su momento incurrió en el fraude de haber falsificado oficios de la Asamblea Nacional (2015) certificando la “santidad” de empresas descalificadas para contratar con el Estado. El mismo individuo a quien los videos de hace un par de años lo muestran pronunciando encendidas peroratas que hacían suponer que se trataba de un opositor. Es el mismo que fue elegido justamente en las planchas del partido Primero Justicia que  fue uno de los que preparó el colapso de la figura de la presidencia interina  a principios de este año 2023 que a su vez ha desatado lamentables consecuencias en distintos frentes.

Han venido publicándose inobjetables opiniones jurídicas emanadas de los más eminentes  profesionales en las que se explican y razonan numerosos argumentos que descalifican los múltiples obstáculos que se han venido presentando para que el sector opositor del país exprese su preferencia candidatural. A estas alturas creemos que, sin perjuicio de dichas autorizadas opiniones, el asunto trasciende lo jurídico para transformarse en una realidad política imposible de contener.

De allí, pues, que nos atrevamos a ofrecer, en forma aleatoria, las siguientes afirmaciones.

La primaria es un hecho político histórico y sus efectos difícilmente puedan ser detenidos por la acción del Tribunal Supremo en su Sala Electoral. Los magistrados ponentes y firmantes de ese mamotreto deberán rendir cuenta de su actuación al tiempo en que tendrán que esconder sus rostros de la vista de sus hijos.

El diputado Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, cuyo cinismo diariamente adquiere nuevos niveles, también habrá de rendir cuentas ante el mismo Dios y la misma patria ante los cuales prestó su juramento.

El general Padrino y su cadena de mando es probable que ya estén considerando  para dónde cogerán cuando la Corte Penal Internacional los impute y los incluya en alguna orden de aprehensión que les dificultará la vida.

El gobierno de Estados Unidos deberá decidir si su preferencia es el levantamiento de las sanciones a tenor de su interés económico o si seguirá del lado de la defensa de la democracia venezolana y del continente. No sería raro que lo segundo se imponga sobre lo primero. De allí dependerá, entre otras cosas, la supervivencia o colapso de Citgo, que no es poca cosa.

Las empresas petroleras y otros inversionistas que están como “caimán en boca de caño” tendrán que decidir si en las precarias condiciones de estabilidad reinantes en Venezuela les convendrá realizar las importantes inversiones a largo plazo  que se requieren para reactivar sus negocios.

La Unión Europea tendrá que decidir si acoge la iniciativa española de levantar las sanciones -todas personales- que pesan sobre los que gerencian la ignominia o si se mantendrán apegados a la defensa de los derechos humanos, cuya importancia no dejan de proclamar.

Las naciones del Caribe (Caricom), siempre listas para extender la mano receptora de la asistencia petrolera venezolana a través de Petrocaribe -a la que nunca le pagan- deberán pensar qué les espera si siguen apoyando a Maduro y a Guyana.

Los “muchachos del Club de Sao Paulo” seguramente pensarán en la posibilidad de algunas bajas ante la emergencia de un nuevo orden regional marcado por la elección de Noboa en Ecuador, Arce en Guatemala, el cataclismo sufrido por Petro en la recientísima elección departamental y el giro hacia lo razonable de su ficha estrella: Boric.

Rusia, China & Cía. podrán ir pensando en nuevas realidades geopolíticas si pierden el principal peón que les viene garantizando poner pie en nuestro continente. Solamente les quedará Nicaragua.

Todo lo anterior es lo que está en juego ante la posibilidad de un giro de 180 grados en Venezuela cuya emergencia pudiera venir de la mano de María Corina Machado.

Y para no hacerlo más largo, solo enunciamos el tema Guyana en el cual los que ocupan Miraflores han elegido el rumbo de un referéndum que además de no tener consecuencia internacional alguna, salvo agitar el nacionalismo,  bien puede volverse en contra justamente ahora cuando la Corte Internacional de Justicia -cuya competencia Venezuela ha reconocido en este caso- se preparaba para abordar la etapa de sentencia en la reclamación del Esequibo.

@apsalgueiro1