OPINIÓN

Canciller convalida con sus declaraciones tratos crueles a los detenidos por las protestas poselectorales

por Rafael Narváez Rafael Narváez
Venezuela registra 1.953 presos políticos, el mayor número conocido en este siglo

F9to AFP

¡Una burla! Eso es lo que son las declaraciones del canciller Yván Gil en las que afirma que en el país no existen presos políticos. No se puede ser más irresponsable ante el dolor de las 2.500 personas detenidas de manera arbitrarias y 25 fallecidos por exigir que se respete la soberanía popular que se expresó el pasado 28 de julio con motivo de las elecciones presidenciales.

¿Sabía usted, canciller, que cuerpos de seguridad del Estado ejecutaron allanamientos al margen de la ley, que actuaron con violencia, torturas, permanencia de más de una semana en las cárceles sin que a sus familiares y abogados de confianza se les informara de su  paradero? ¿Sabía usted que todos los detenidos han sido imputados vía telemática por el delito de terrorismo, con la novedad de la figura impuesta por el sistema de justicia de los jueces sin rostros que hicieron desaparecer el derecho a la defensa y la presunción de inocencia como derechos sagrados e intocables del debido proceso establecido en el artículo 49 de la Constitución?

Canciller, ¿está usted en conocimiento de que actualmente existen 1.956 detenidos, incluidos niños y adolescentes  que según testimonios de sus familiares han bajado de peso por la mala alimentación y son víctimas de tratos crueles y degradantes con torturas? ¿Le han informado que también existen adolescentes detenidos con discapacidad que en nada han conmovido el alma al Estado? ¿Sabe usted que existen detenidos a cuyos familiares no se les permite visitarlos?

Usted afirma que no son presos políticos, entonces, ¿puede decir que son?

Lo menos que puede hacer es rectificar su postura y pedir disculpas por el dolor causado a las víctimas y familiares.

Lo invito a visitar todos los centros de detención comenzando por Tocorón y Tocuyito, donde hay muchos niños y adolescentes, para que conozca la verdad. ¡Ah!, y no se olvide del Helicoide… No tenga temor, yo lo acompaño.