OPINIÓN

Campaña, problema y solución

por David Uzcátegui David Uzcátegui

centros de votación Valencia

La intensa actividad política que prevalece en la opinión pública en Venezuela nos indica que estamos inmersos en la campaña electoral. Y poco importa que aún no haya comenzado formalmente, pues la urgencia del ciudadano por debatir sus problemas y encontrar soluciones ha llevado a todos a tomar la delantera frente a los políticos de profesión en esta tarea.

Lo que resulta sorprendente y desconcertante en medio de este debate es la omisión de muchos líderes establecidos, quienes hasta este punto no han hecho mención alguna de los objetivos que deben perseguir.

Los problemas persisten sin cambios: el suministro de agua en los hogares es insuficiente, los apagones son una constante en los pueblos, el dinero no alcanza para cubrir la canasta básica alimentaria, las bombonas de gas no llegan a tiempo, los hospitales carecen de insumos, y los niños solo reciben clases tres veces por semana. La calidad de vida se ha visto gravemente afectada. Estos deben ser los temas centrales de la campaña.

Un porcentaje significativo de la población no tiene garantizado el acceso al agua necesaria para mantener la vida y la salud, y para satisfacer sus necesidades básicas. Según el Diagnóstico Comunitario de HumVenezuela, aproximadamente 7 de cada 10 venezolanos presentaban necesidades humanitarias relacionadas con el suministro regular y el saneamiento del agua.

Resulta paradójico que, en materia de recursos hídricos, Venezuela sea un país privilegiado. Con una estimación de 1.325 kilómetros cúbicos de agua dulce, Venezuela se encuentra entre los 10 países del mundo con mayores reservas de agua.

Esta tierra ha experimentado también una ola migratoria masiva. Según la encuestadora Consultores 21, 40% de la población venezolana desea partir para no regresar.

Esta situación evidencia el grado de angustia, frustración y desesperación que enfrentan nuestros compatriotas, así como el fracaso de las propuestas políticas que han gobernado en las últimas décadas.

En cuanto al suministro eléctrico, las regiones del país sufren desde cortes esporádicos hasta interrupciones diarias, a veces prolongadas hasta por 24 horas consecutivas. Los 23 estados, en mayor o menor medida, experimentan fallas en el suministro eléctrico que van desde fluctuaciones breves y recurrentes hasta interrupciones prolongadas que afectan también la telefonía, la conexión a Internet, el bombeo de agua potable y otros servicios básicos.

La inflación del 193% para 2023 mantiene a la escalada de precios como la más alta del mundo; seguida por el 160,1% de Argentina, mientras comparativamente entre las menores se puede contar a Estados Unidos con 3,1% y la Unión Europea, con 2,9%.

Todo esto confirma que siguen existiendo graves problemas para el ciudadano promedio; el deterioro del salario es sostenido mientras el bolívar sigue pulverizado y la economía nacional confía en la circulación de dólares para poder seguir funcionando.

Los hospitales sufren carencias de insumos y trabajadores. Las familias deben encargarse de proveer medicamentos y hasta limpiar las salas donde se encuentran sus seres queridos.

La crisis adicionalmente pone en jaque a nuestro sistema educativo público. En el país no hay suficientes maestros. Los bajísimos salarios empujan todos los profesionales de la docencia a buscar otros trabajos. Los alumnos tienen hoy más días libres que de clases y salen del ciclo secundario con grandes lagunas educativas.

Pero a pesar de todo y aunque parezca increíble, según diversas encuestas los venezolanos mantienen en alto su optimismo respecto a la posibilidad de lograr un viraje positivo.

Muchos consideran que la vía para lograr un cambio político en el país es a través de las elecciones y adicionalmente, a diferencia de años anteriores, la mayoría no apoya la abstención. La participación y la acción llevan por mucho la delantera en las intenciones del venezolano en la actualidad.

Es importante recordar que el verdadero candidato no es una persona, sino la unidad. Además, destaca que 70% de los consultados considera que las elecciones son el mejor camino para abordar la compleja problemática nacional.

Es por ello que, en medio de los desafíos y las adversidades, Venezuela está experimentando un nuevo y decisivo despertar. Los venezolanos saben hoy que la solución está en sus manos y sienten que el momento histórico para dar vuelta a la página y comenzar un nuevo ciclo está al alcance. Las conversaciones palpitan con pasión por el cambio, con un interés notable y un deseo innegable de participar.

Quienes no lo ven, están ciegos; pero aquellos que eligen abrir sus ojos pueden mirar un horizonte lleno de posibilidades. Es la hora de avanzar. El impulso viene desde abajo, alimentado por la fuerza de una voluntad que se niega a resignarse.