El panorama político incierto que vive el país por causa del empecinamiento del caviarismo de no perder el poder que ostentó ilegítimamente por años, se pondrá “color de hormiga” en el corto y mediano plazo debido a que estamos en plena expansión de una nueva “matriz” criminal traída por las organizaciones delictivas transnacionales que han venido para quedarse. La Impunidad, el oro y la informalidad son los principales elementos que atraen a los malvivientes para perjuicio de todos los peruanos.
La avalancha de inmigrantes venezolanos al Perú trajo consigo no solo gente buena, honrada y trabajadora, sino, una costra de criminales (muchos del Tren de Aragua) que cambiarían radicalmente el escenario ejecutando crímenes execrables con un nivel de salvajismo nunca antes visto, cuya razón es amedrentar y someter a sus eventuales enemigos o víctimas para el logro de sus objetivos como son obtener recursos económicos ilegalmente a sangre y fuego
El principal elemento que permite el avance de la criminalidad es la impunidad. En efecto, la liberación de delincuentes gracias a jueces y fiscales ignorantes, corruptos o bajo amenaza, son la punta del iceberg de un sistema de justicia precario que les facilita las cosas. Otra historia es la lucha contra la impunidad emprendida por el presidente Bukele, quien ha puesto freno a sus propias pandillas, Las Maras, y a cualquier otra que se le ocurra “hacerla linda” en El Salvador. ¿Acaso vemos marchar entusiastas al “Tren de Aragua” hacia El Salvador?, pues no.
Por otro lado, al parecer empezamos a sufrir de una nueva “fiebre del oro” en Sudamérica y también en el Perú. Por ejemplo, en Colombia, la periodista Bianca Padró Ocasio del diario “Ojo Público” dijo el 16 de diciembre 2023 en su artículo denominado “La disputa por el oro ilegal que financia el terrorismo de los grupos armados en Colombia”, que “a medida que sube el precio del oro en el mundo, los grupos armados en Colombia se disputan los territorios de minería ilegal, una fuente cada vez más importante de financiamiento a actividades criminales y terroristas”. Como es obvio, esto debe encender las alarmas debido a lo sucedido en Pataz-La Libertad en los últimos meses. La realidad colombiana se viene replicando en el Perú a pasos agigantados y según nuestro concepto, van por mas y a nivel nacional. Estamos advertidos.
Por último, la informalidad. En el periodo julio 2022 – junio 2023 en el país había 17.3 millones de personas con empleo, de los cuales el 72.7% tienen empleo informal según la última actualización de la Encuesta Permanente de Empleo Nacional (EPEN) del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Si analizamos en qué sectores hab enfilado sus baterías los criminales, comprobaremos que ha sido en los sectores de mayor nivel de informalidad debido a que éstos manejan dinero fresco, circulante, efectivo y no bancarizado. Los criminales no tienen intensiones de bancarizar nada, no podrían, por eso van tras el dinero de los informales con las consecuencias que ya hemos visto.
Sino entendemos que ya estamos bajo ataque de una criminalidad en expansión que vienen por el oro y el dinero del informal, no podremos conjurar el fenómeno. Por eso planteamos inteligencia operativa con una inversión histórica, estrategias creativas y precisas para desalentar el crimen, y firmeza a prueba de balas para combatirlos hasta que abandonen el país.
Desde esta nuestra columna, nos solidarizamos con la congresista Patricia Chirinos quien es víctima de persecución política por parte del caviarismo. Todo nuestro apoyo, fuerza Patricia. Sí se puede.
Artículo publicado en el diario El Reporte de Perú