
Foto: Ezequiel Carías (@yosoliaser_eze)
Andrés Caleca, expresidente del Consejo Nacional Electoral, excandidato en la primaria opositora de octubre de 2023, ahora militante del Movimiento por Venezuela (MPV), es un convencido defensor del instrumento del voto como un centro vital de la actividad política tanto en democracia como en una autocracia. Ante las elecciones del 25 de mayo, a pesar de lo ocurrido en las presidenciales del 28 de julio, considera que se está ante una “oportunidad extraordinaria” para movilizar, organizar y elegir, y de esa manera reconstruir el tejido social del país.
En esta entrevista con el periodista Víctor Amaya del pasado 7 de abril, día en el que estaba previsto el inicio de las postulaciones ante el CNE para los comicios de mayo, Caleca abordó en amplitud los temas vinculados con la participación en las venideras elecciones, la situación del ámbito opositor al régimen de Nicolás Maduro y las tareas prioritarias que tendría que asumir el liderazgo opositor para producir el cambio político, lo que requiere, dice, un esfuerzo a mediano y largo plazo.
El 7 de abril, por cierto, no hubo postulaciones porque los partidos que recibieron el enlace del CNE no lograron abrir la plataforma respectiva, otros ni siquiera recibieron el enlace como el MPV, partido que no sabe si su tarjeta está habilitada. Tampoco para esa fecha, a menos de 50 días para las votaciones, se ha publicado la convocatoria en la Gaceta Electoral, el cronograma no se difunde por medios institucionales, también se desconocen las circunscripciones que regirán para la elección de los diputados a la Asamblea Nacional, el número de mesas de votación y dónde estarán. Caleca admite que no sabe qué pretende el régimen con el proceso electoral. «El CNE está prácticamente cerrado», señala.
Aún en esas condiciones sin garantías ni certezas electorales, Caleca se guía por un tozudo lema: estar en todas partes todo el tiempo al mismo tiempo. Tarea épica a juzgar por sus propias palabras sobre la situación política organizativa de la sociedad venezolana, sin partidos fuertes, sin sindicatos, sin gremios, con organizaciones no gubernamentales pequeñas y limitadas. Lo que lo lleva a admitir que el cuidado de los votos el 25 de mayo será “muy difícil”, aunque se hará todo lo posible y en cuánto a “cobrar” las victorias que eventualmente se produzcan solo se sabrá en el momento del conteo y adjudicación de cargos.
El dirigente del MPV cree que es un falso dilema decir que participar en la elección supone pasar la página del 28J. Con la franqueza que, ciertamente, lo caracteriza considera que ocho meses después de las elecciones del 28J no observa la fuerza necesaria para hacer valer la victoria a Edmundo González Urrutia. “La esperanza es lo último que se pierde, pero los hechos son los hechos», dijo. No ve capaz al régimen de reconocer que cometió un fraude, y generar la fortaleza que obligue al aparato dominante a abandonar el poder llevará mucho tiempo.
Frente al panorama de una gran abstención en mayo (encuestas la calculan entre 65% y 70%), Amaya preguntó a Caleca si los partidos de oposición que participan en la convocatoria electoral del régimen no están desconectados del sentir de la mayoría. “Yo he estado desconectado de la mayoría muchas veces. Cuando 80% del país apoyó a Chávez (la mayor votación de Chávez llegó a 63%, en 2006), yo nunca estuve de acuerdo. Nosotros nos opusimos a Chávez antes de que ganara. Tenemos que tratar de convencer a la gente, que 70% no nos oiga es un problema nuestro”. El porcentaje de quienes se abstendrían es similar al porcentaje de votación a favor de Edmundo González en julio pasado. En ese entonces Caleca, y tantísimos venezolanos, estaban con la mayoría.
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