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Gasolina

Foto Archivo

En mi andadura por Italia… casi obligado por unas amigas fui acarreado a un local nocturno llamado Encanto Club Latino, en Milán, donde además de bailar salsa se ofrecen como escuela de danza de ritmos tropicales.

Llegué como un pedo y salí como una exhalación, ¡en un santiamén! Estaba sonando “Gasolina” de Daddy Yankee – Pitbull. El texto era algo así como:

A ella le gusta la gasolina (whatcha say) 

Dame más gasolina (hey)

Como le encanta la gasolina (whatcha say) 

Dame más gasolina (hey).

No lo pude soportar y hui… pensando en mi país, una vieja potencia petrolera carente de gasolina, igual que el imperio cubano que hoy la gobierna. Y a la gasolina que le llega, nótele el color, si alcanza a verla, es rojizo porque está manchada de sangre de quien la vende, Irán, y de quien la compra, Venezuela.

¿Cómo pudimos llegar hasta aquí, qué nos pasó?

Me encuentro sentado solo en una acera cerca del Encanto Club Latino, meditando, tal vez con un trago de más, que dos representantes del régimen (escoja usted el nombre que quiera ponerle, yo caprichosamente los llamé Nicolás y Diosdado)… paseándose en un auto oficial con bastante gasolina, se detienen ante un campo de adoctrinamiento de niños creado por el propio Nicolás, quien le pregunta a la directora: “¿Qué podemos hacer por ustedes? ¿Qué necesitan, pues?” Y ella, que todavía cree lo que este sátrapa dice, le responde: “Oiga usted, una piscina para que los muchachos en vacaciones tengan donde solazarse”. –“No, no se puede”, responde súbitamente el dictador, “no hay dinero”. Y se marchan en su enorme camioneta full de gasolina.

Pasan por una cárcel, de las que abundan en Venezuela, y tras reunirse con el director le pregunta el déspota: “¿Qué podemos hacer por ustedes, director? ¿Qué necesitan, pues?” Y el director le dice que unos litros de pintura y brochas les vendrían bien para pintar las celdas y barrotes, por los propios encarcelados. “Y algo más que quieran”, agrega Nicolás… “No sé, no se me ocurre más nada”. Y el tipo entonces le propone: “¿No les gustaría una piscina enorme para que los muchachos se diviertan?”. “Sí, sí”, respondió el minúsculo burócrata. “¡Ejecútese!”, ordenó Maduro.

Ya de retorno en la enorme camioneta full de gasolina le pregunta Diosdado a Nicolás: “Pero ¿cómo dijiste que no a una piscina para los muchachitos y, en cambio, sí en la cárcel de Caracas?”… Nicolás responde: “Cuando se acabe toda esta mierda, que está por acabarse, ¿tú crees que nos van a mandar al asilo?

Y evaporándose finalmente mis ofuscaciones etílicas, ya la cruda realidad es que la escasez de gasolina se agrava en todo el país, mientras empeora la pandemia del covid-19.

En 2020 el colapso del precio del petróleo vinculado a la recesión mundial por coronavirus, junto con la ineptitud de los cinco últimos presidentes chavistas de Petróleos de Venezuela, S. A. (incluyendo el actual), hacen que Venezuela sobreviva en medio de la escasez de electricidad y gasolina más inexplicable de su historia como país petrolero. El apoyo de Vladimir Putin a Maduro se ha desvanecido: la compañía petrolera de Moscú abandonó Caracas a finales de marzo.

Desde entonces, el racionamiento de combustible en Venezuela se ha endurecido. El país con las mayores reservas de petróleo del mundo ha estado luchando con las colas en las estaciones de servicio durante semanas, largos días, sometiendo al personal médico involucrado en la lucha contra la pandemia a interminables colas, igual que cualquier venezolano común… menos a los jerarcas, especialmente los cubanos. El régimen ha limitado la compra de gasolina en los distribuidores, en algunos estados solo se pueden comprar hasta 30 litros por semana.

Antero Alvarado, un experto en la industria energética de la consultora con sede en Caracas Gas Energy Latin America, dijo a The Wall Street Journal que “la refinería de Paraguaná, una de las más grandes del mundo, está operando a 10% de su potencial”. Otros parámetros macroeconómicos, como el producto interno bruto, que se ha desplomado en 88% desde 2014 y la inflación, que ha alcanzado niveles incalculables, no parecen dejar esperanza alguna ni para la recuperación del régimen de Maduro, ni para tener la imprescindible gasolina.

La producción de petróleo crudo cayó a 400.000 barriles por día en junio, un revés que la devolvió a los niveles de 1934. Así lo informó la Organización de Países Exportadores de Petróleo.

La del combustible es solo la última de muchas otras crisis que afectan a Venezuela desde hace tiempo.

Y yo, maldita sea, no me puedo quitar de la cabeza el estribillo:

A ella le gusta la gasolina (whatcha say)

Dame más gasolina (hey).

@CarlosOmobono

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