Por Equipo editorial
El hecho de la protesta unida, constante y decidida por parte de los educadores del país en contra del neototalitarismo de Nicolás Maduro ha revelado que el régimen es derrotable en cualquier terreno aunque estos inicialmente quieran imponer sus reglas y violaciones sobre los derechos de las mayorías.
En efecto, el madurismo intentó en su bazofia jurídica, administrativa y laboral, cerrar el pago del bono vacacional de los docentes adscritos al Ministerio del Poder Popular para la Educación con una reducida quincena, mientras que en el caso de los profesores universitarios, la decisión, para más desgracia profesional, «avalarla» por unos seudosindicalistas, queriendo ser «cancelada» mensualmente a partir de 2023 un beneficio de 2022, es decir, con una acción donde pudiéramos preguntar: ¿qué aplicaría el régimen contra un contribuyente que le dijera: «voy a pagarle los impuestos con tasa de cálculo de este año, a partir del próximo, y de manera fraccionada»?
Lo que no estaba dentro de los cálculos del neototalitarismo era el resultado social de sus nefastas sumatorias de destrucción salarial y de conculcar beneficios de ley, razón por la cual se multiplicó una acción valiente y conjunta de las maestras y profesores en toda Venezuela, quienes desde la calle, incluyendo las sedes del MPPE y universidades a nivel nacional, así como en sus espacios comunitarios, y en las redes, levantaron una sola voz de reclamo por el pago del correspondiente bono vacacional, que hasta llegó a ser amenazada por individuos que llamándose «diputados» y voceros del madurismo manifestaron en sus infelices palabras una clara incitación a la agresión física, y cuyas propensiones al odio si hubiesen sido por parte de quienes rechazan al régimen era seguro que la susodicha «ley» con ese nombre se habría quedado corta para imputar y tener tras las rejas a cualquiera que se hubiese atrevido a decir algo semejante como lo expresado por tales «representantes del pueblo».
En tal sentido, que este otro infame capítulo de nuestra historia sobre los cuales disfruta fustigarnos el madurismo, y que fue originado desde la mal llamada Oficina Nacional de Presupuesto también haya tenido como desenlace la destitución de su director, así como el pago – aún reducido- del bono vacacional conforme lo establecido en la Ley Orgánica de Educación y de Universidades ha sido una gran derrota política contra el régimen de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, – quienes controlando tanto los ingresos petroleros como de impuestos del país- y que más allá de cualquier retórica llena de demagogia demostró que las argucias y falacias del régimen para negarse a pagar tal beneficio en las condiciones jurídicas establecidas no pudieron contra la verdad que despertó la protesta social, como hace tiempo no veíamos con tanta emoción y deseos de levantar los reclamos laborales contra sus verdugos.
El madurismo como sistema político que desde 2013 ha empobrecido sistemáticamente a los trabajadores y la sociedad en general, al parecer se le agotaron sus condiciones de manipulación discursiva que ni las voces de sus más desgraciados dirigentes, pudieron intimidar con su basurero semántico las acciones de un gremio unido y que cansado de ser violado en sus más elementales beneficios, respondió con mayor espacio de protesta ante sus irrenunciables derechos.
Los educadores han dado una gran demostración de temple, valentía y responsabilidad política, porque está última no puede negarse como una cima de acciones articuladas que no pueden detenerse por este importante logro en la defensa de sus derechos, sino que este resultado debe ser otro aliciente para continuar en la calle exigiendo salarios dignos, así como la revalidación de todos los beneficios que han sido desconocidos por el madurismo, y con ello, que la destrucción de la educación se haya convertido en su principal acción para perpetuarse en el poder.
Que tengan claro Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, así como sus derivados y mampuestas como Yelitze Santaella y Tibisay Lucena que los profesionales de la docencia nos vamos a mantener activos por el rescate de la educación, y también como gremio que entiende y comprende que cada una de nuestras acciones de calle también buscan el rescate de la constitucionalidad, y cuya máxima de derechos han sido convertidos en papel higiénico del madurismo.
El pago del bono vacacional es un triunfo de la sociedad de la educación. Es un triunfo que demuestra que el régimen de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello tiene a la vuelta de la esquina una humillante derrota si cada estructura del país encuentra en la auténtica unión social el camino de la unión política.