OPINIÓN

¿Bofetada a la tiranía o al derecho a  la democracia?

por Luis González Del Castillo Luis González Del Castillo

La venida de una misión oficial del gobierno de los Estados Unidos a Venezuela para negociar con el régimen de Nicolás Maduro, en plena ejecución de la criminal invasión a Ucrania ejecutada por orden de Vladimir Putin, dejó, como afirmamos en nuestro artículo anterior (“En honor a la verdad”, 19 de marzo de 2022, El Nacional ) “infructuoso intento del gobierno de Biden… y de su embajador James Story quedan igualmente al desnudo, pues Diosdado Cabello aparece fingiendo tener poder o autoridad para mandar al respecto, y declarando “que no está decidido reasumir tales encuentros”. Ese es el juego macabro que han mantenido en nuestro país, ya por demasiados años”.

La noción de que se puede seguir administrando al mundo mediante un doble rasero de principios fundamentales y valores de dignidad del ser humano, es decir para unos países de “poco avance democrático” es aceptable la continuación de las violaciones de los derechos humanos, y el imperio de la tiranía; por tanto podemos negociar la moderación de sus hechos escandalosos, mientras nos separen de sus mal olientes calabozos de tortura y horror, con abusos sexuales, denigración de la condición humana y el asesinato.

Es hora ya de que las naciones que formamos parte de los organismos internacionales, y que con nuestro impuestos se pagan los funcionarios y funcionamientos de dichos organismos, exijamos la aplicación expedita y de salvación de seres humanos sometidos a los más horrendos crímenes por parte de tiranías que se van perpetuando en el poder mientras los gobiernos se excusan en que deben esperarse las actuaciones de instancias judiciales que llegan tan tarde ante el evidente secuestro, tortura y asesinato de prisioneros políticos en países como Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Cuba.

Al comisario Iván Simonovis, por ejemplo, le robaron quince años de libertad al lado de su familia, hasta que logró escapar. Tres policías metropolitanos siguen secuestrados por el régimen de Maduro, ante la tolerancia humanamente absurda  de fuerzas del continente que pueden y deben intervenir para acabar con un crimen en continua ejecución, frente a los ojos, literalmente gracias a las tecnologías de la comunicación de hoy, de todo el mundo.

El Nacional sufre el despojo de su sede física, por órdenes de Diosdado Cabello, corresponsable de todos los desmanes que ha llevado a cabo la fuerza de ocupación en que transformaron al ejército, otrora orgullo de los venezolanos, y en Los Cortijos de Caracas hay quienes se complacen por la devolución de las ruinas del Sambil La Candelaria, como un gesto de buena voluntad de la tiranía.

No vamos a aceptar jamás la pérdida de nuestra auténtica “República de Venezuela” frente a la afrenta al Libertador y a su precursor y más grande hombre de nuestra historia “Francisco de Miranda”. No dejaremos que manipulen nuestra identidad e historia. Nuestra Cátedra Internacional por la Libertad fundada el 30 de marzo del año 2018 seguirá viva siempre como promesa de un futuro glorioso que no será “bolivariano” ni de “socialismo del siglo XXI” sino de “libertad y democracia continental” en honor a los grandes y verdaderos hombres y mujeres libertarios. Por nuestras venas corre la sangre de Washington, Adams, Jefferson, Miranda, Nariño, Bolívar, Sucre, San Martín, O’higgins, Artigas,  y muchos otros. Por ellos, y por nosotros, un día llegará a ser la América Unida la suma de los Estados Unidos de Norteamérica, de los Estados Unidos de Centroamérica y de los Estados Unidos de Suramérica. “Muera la tiranía, viva la libertad”.