No es un recién llegado a la política, el nuevo presidente Biden. Al contrario, es la suma del político profesional, por vocación, experiencia e intereses. Solo le faltaba ocupar la Casa Blanca para cumplir su máxima aspiración. Y lo ha logrado en medio de un camino tortuoso.
Para empezar, derrotar a Trump parecía increíble a comienzos del año anterior. El covid y los graves efectos económicos, entre otras razones, contribuyeron en buena medida a transformar las elecciones presidenciales de noviembre en un referéndum sobre Trump y este lo perdió.
Lo que no quiere decir que desaparezca de escena, a pesar de lo tóxicas que fueron sus últimas semanas. Trump puede convertirse en un gran dolor de cabeza para Biden.
Al igual que el activismo del ala más a la izquierda del Partido Demócrata, y más allá, cuyas críticas y algunas manifestaciones violentas ya se hacen sentir.
Biden ha ofrecido conciliar o trabajar por la unidad de Estados Unidos, país no solo polarizado sino también fragmentado. Ojalá y pueda avanzar en ese sentido. El tema de Biden y Venezuela lo dejo para una próxima ocasión.