Apóyanos

Becarios en fuga

    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

El oficio político incluye aún los más inimaginables, atreviéndose al político mismo. El régimen lo ha llevado a los confines de un obsceno cinismo, reivindicándolo como una hazaña de la propia supervivencia a la que le sobran los tinterillos de ocasión.

Poco importa la falta de preocupación, talento y vocación por los asuntos comunes, cuando repican estridentes las campanas de las oportunidades. Una pequeña demostración de angustia, alguna técnica extraviada del relacionista público y, acaso, la invencible simpatía personal de la que se puede hacer gala, fácilmente allanan el camino de una tarea que hoy tiene una naturaleza, significación y alcance harto diferente de la que continentalmente se supo de los venezolanos dos siglos atrás.

La primera y más sentida consecuencia de las negociaciones mexicanas, ha sido la de acabar con la política y sus oficiantes, en nombre de la política misma.  De ello, ya se sabía en los partidos, universidades o en cualesquiera latitudes en las que poco importaban, mientras hubiese el silencio y la resignación necesarias para gozar de un antojadizo privilegio, soñar con la lluvia saborizada u otra de las extravagancias que prodigan los paraísos fiscales.

La siguiente e inmediata repercusión del  atrevimiento mexicano, es la de reivindicar la política y a quienes la seguirán haciendo bajo un claro e inequívoco compromiso histórico. De esto se sabe en todos los corrillos, porque jamás nadie ha ocultado que los rufianes de la rutina partidista,  los gremialistas del oportunismo político, los mercantilistas de las desgracias ajenas, solo les ha quedado sincerar la condición de esquiroles, dándole paso a las nuevas corrientes, personalidades y movimientos sociales que les toca y tocará reconstruir al país.

A los becarios del régimen solo les queda huir de sí mismos, procurando unas escaleras de emergencia. No caben y nunca cupieron en el país y el continente de las libertades pendientes.

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional