Foto @ConVzlaComando
La alegría contagiosa del venezolano vive nuevos momentos. Las calles de Barinas fueron una procesión de las antiguas fiestas patronales donde el pueblo se daba cita para celebrar a la Virgen del Pilar; fiestas genuinas, de valores familiares, de respeto singular y de particular reverencia.
Esa antigua tradición se celebra en octubre, pero este año se adelantó con la llegada del liderazgo del cambio.
Desde las calles, con el río Santo Domingo serpenteando la ciudad, los barineses esperan a su virtuosa líder y a su próximo presidente para entregarles el mensaje que Dios envía: “Con intercesión de la Virgen del Pilar, los bienaventurados nuevos gobernantes, consoliden nuestra esperanza, fortalezcan la patria y nunca dejen de amar la verdad”.
Esa ilusión marchaba el sábado por la avenida Márquez del Pumar, la Medina Jiménez, la calle Camejo e iba de la Carolina a los Pozones, del llano alto al llano bajo. Aquella “Barinas de los ríos, el tabaco y el viento” se ha convertido en la señal más clara de multitud, única en el nuevo siglo. Los hacedores del milagro: María Corina, Edmundo y “Libertad”. Barinas fue una calle de grito llanero.
Venezuela aprovechó para celebrar en Barinas la gesta de la Vinotinto, que logró reafirmar la identidad nacional y deportiva; unos verdaderos legionarios que han vencido el sectarismo y logrado lo que la calle también ha conquistado: Unidad nacional. País Vinotinto, país futuro.
Desde el manto del cielo de la ciudad del marqués, habló el país venidero; ese nuevo país anhelado por todas las disciplinas deportivas que claman por proyectos para el desarrollo de las canteras Vinotinto. El diseño del fútbol del cambio debe atender problemas básicos como la seguridad social para todos los integrantes, desde las ligas infantiles hasta las mayores; capacitación integral en las diferentes áreas; clubes no para negociados del gobierno, sino franquicias con capacidad de inversión de dinero limpio -con fortaleza de empresa privada-, de trabajo y creación y no de ocasión para el lavado y el aprovechamiento ilícito. Profesionalización de la dirigencia con base en la probidad y la ética deportiva. Reestructurar todas las divisiones sin distinciones políticas, e institucionalizar la formación académica en la totalidad de las instancias. Los integrantes de la Vinotinto son héroes nacionales y sin ninguna de estas condiciones han logrado grandes triunfos y sobre todo, devolver la esperanza a Venezuela.
El programa presentado por el próximo gobierno incluye estos planteamientos sobre el sistema deportivo nacional, que ofrecen abordar con carácter urgente.
Continuando con su mensaje -en su cátedra en plena vía- la líder dijo a los productores agrícolas que su trabajo consistirá en acelerar la producción, volver a sus propiedades con respeto por su labor… que nunca más les robarán sus tierras: «Les toca mucho esfuerzo, pero volverá la agricultura y la producción agropecuaria. Ustedes saben cómo potenciarlas».
También se refirió a los adultos mayores: «Con mucho respeto también les digo que su esfuerzo no será en vano, sus pasos en la sociedad serán valorados y se establecerá la seguridad social sin confiscar a los demás. Se debe estructurar una vida digna y productiva. Todos los venezolanos merecen respeto sin discriminación alguna».
“Esta líder es una profesora”, comentaron en una esquina rebosada de pueblo puro, entre la avenida Libertad y la calle 5 de Julio, frente a la casa de don Rafael Pérez, productor que laboró toda la vida, un adulto mayor que pasó su vejez feliz, con la diferencia de que el Estado de esos tiempos respetaba la persona, la dignidad y el trabajo.
Barinas aceptó el desafío y, como toda Venezuela, se prepara para cuidar el voto. Desde Santa Bárbara hasta Ciudad de Nutrias, un bongó remonta los caudales: “Optimista, soberano, inteligente”. Eufórico, inmenso, pensante.
En Santa Rosa las fiestas patronales son en agosto, pero la unanimidad acordó comenzarla el 28 de julio este año. El recuerdo de Pepe Hernández volverá en su potro de sabana abierta y de país libre.
En los más lejanos potreros y en las hamacas de los aleros, la decisión es una y no hay vuelta atrás: Libertad.
El panorama llanero es un arquetipo del país.