En los contextos electorales, las motivaciones de la abstención son poco claras y pueden esconder una serie de razones. La abstención se enmarca en el fenómeno más amplio de apatía participativa. La variable de la abstención se manifiesta también a nivel internacional en casi todos los países. En Europa las cifras promedian 30%. En Latinoamérica 40% y en Estados Unidos las cifras de abstención han sobrepasado en algunos casos 50%. Las causas se articulan a factores sociológicos y demográficos tales como: la edad, el nivel de educación, el nivel de ingresos, la religión, o el ámbito de población en que se reside y también a factores psicológicos, como la apatía, o indiferencia, la desideologización o desinterés por los asuntos políticos, el convencimiento íntimo de la indiferencia y del escaso peso específico e inutilidad del acto participativo (escepticismo), la relativización de lo significativo de las elecciones dada su escasa influencia en las decisiones políticas posteriores a éstas.
Para el presente análisis de la variable abstención podemos enfocarnos en el 9 de enero, día del evento electoral en el estado Barinas o repetición de la elección a gobernador, debemos tener presente que a medida que se acercaba la elección del primer mandatario regional, el gobierno nacional se movía con rudas prácticas electorales populistas, esta estrategia cuando se develo no era más que potenciar el ventajismo, hasta edificar actitudes complejas próximas a la antipolítica en el electorado opositor.
Contexto Barinas, nuestras encuestas preelectorales proyectaban una victoria de la oposición, pero las expectativas de gran parte de los opositores, sobre todo después de lo ocurrido en noviembre, eran que costaría mucho que el chavismo reconociera otra derrota Barinas, pero la reconoció con una brecha de más 44.000 votos. Nuestro último informe terminado el 4 de enero de 2022 revelaba que 55,2% de los barineses estaría dispuesto a votar, sufragó 52,0%. Esta intención seguía siendo positiva para que la oposición se llevara el triunfo en el estado llanero, donde votó 45% de la población el 21 de noviembre de 2021. Según nuestros datos cuantitativos mostraban que si la participación crecía, robustecería a la oposición, así fue. En esa misma encuesta 42,0% de los consultados se definía como opositor, 25,3% como chavista y 32,7% dijo no sentirse identificado con alguna tendencia partidista. La oposición ganó y el chavismo perdió, pero para ambos las elecciones a la Gobernación de Barinas interpelaron las posturas abstencionistas de muchos lideres políticos nacionales; el pueblo barinés demostró que la vía para salir de la crisis política sigue siendo electoral.
Es un hecho electoral significativo de trascendencia lo ocurrido en el contexto electoral de Barinas, fue toda una rebeldía silenciosa de los distintos militantes que integran el llamado G4 (Acción Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo) que manifestaron con su voto su deseo de participar en la escogencia del nuevo gobernador. Es relevante para el análisis enfatizar que el voto es un instrumento pacífico y democrático que fue capaz derrotar en este caso concreto en su propio feudo, pero necesariamente con una avalancha de votos.
En síntesis, la gente debe transitar por los encauces que se articulen a los procesos político-electorales, es evidente que si se vota en avalancha no hay forma de que los ciudadanos pierdan su voto. La oposición venezolana ojalá asimile la significativa enseñanza de Barinas, útil para comprender que es necesario salir a votar; y que la unidad es vital para lograr los objetivos que tenga planteado una oposición seria y renovada. Es evidente que el compromiso revolucionario se mide precisamente en momentos de crisis, un gobierno sin duda con muchas fisuras pero que, aun así, representa la mejor opción de lucha social ante una oposición que, a pesar de su discurso en sentido contrario, no termina de reconectar en su mayoría con los estratos sociales D/E.
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